Sin fe no avanzas. Hay un ejercicio usado en talleres de desarrollo personal, para mostrar el concepto de confianza en el equipo. El ejercicio es por parejas y una persona guia por una ruta con obstáculos a otra persona con los ojos tapados. Una vez hicimos ese ejercicio en un taller y es impactante ver como los que confiaron en su pareja, aunque tropezaron algunas veces, lograron llegar al final de la ruta. Pero los que no confiaron, se paralizaron, ofrecieron resistencia y no llegaron a la meta. Eso es lo que nos pasa con nuestro Padre celestial. En la vida andamos como si tuviéramos "los ojos tapados" porque no podemos ver ni saber, lo que nos espera en nuestro próximo paso y los obstáculos que podemos encontrar y no podemos ver, son mucho más imponentes y desafiantes que los del ejercicio del taller. Dios nos dice: Confía en mi y déjame guiarte, porque yo si puedo ver y conozco el camino. Sin embargo, dudamos de Dios y sentimos miedo, inseguridad y nos paralizamos, luchando contra la perfecta mano de Dios que nos guía. Estás en el mejor equipo y tu guía es el Creador del universo, que todo lo sabe y todo lo puede. Si confías en Él y te dejas guiar, avanzarás por el perfecto camino de Dios y tendrás éxito, aunque tengas algunos tropiezos.
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