No tengas miedo, actúa con fe y verás un milagro. Hay un pasaje que leemos en capítulo 8 de Lucas, en el que un hombre llamado Jairo, tenía una hija de 12 años que estaba muriendo y le rogó a Jesús que lo acompañara a su casa. Mientras iban en camino, llegó un mensajero y le dijo a Jairo: Tu hija está muerta. Cuando Jesús oyó lo que había sucedido, le dijo a Jairo: No tengas miedo. Solo ten fe, y ella será sanada. Al llegar a la casa, Jesús la tomó de la mano y dijo en voz fuerte: ¡Niña, levántate!. En ese momento, volvió la vida, ¡y se puso de pie enseguida! En ese mismo pasaje, mientras Jesús iba con Jairo, una mujer que estaba enferma hacía doce años y no encontraba ninguna cura, se acercó a Jesús por detrás, le tocó el fleco de la túnica y al instante, se sanó. Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque yo sentí que salió poder sanador de mí. Cuando la mujer se dio cuenta de que no podía permanecer oculta, ella le explicó por qué lo había tocado y cómo había sido sanada al instante. Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz. ¿Cuál es la lección? El miedo y la preocupación no solucionarán tus problemas, sino tu fe en el gran poder de Dios, si actúas de acuerdo a esa fe.
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