¿La semilla muere o no muere? Nuestro profesor de biología nos enseño la lección más interesante de mi secundaria cuando nos habló sobre la muerte de las semillas. Él nos habló de la posición de la ciencia sobre lo que Jesús dijo de las semillas. Jesús dijo que si la semilla no muere, no produce nueva vida y la ciencia ha debatido por mucho tiempo sobre la veracidad y validez de esa aseveración. El asunto está en el concepto de muerte. Si el concepto de muerte es desaparición, la semilla no muere. Pero si el concepto de muerte es transformación, la semilla si muere. La ciencia, a traves de los estudios de Lavoisier, Lomonosov y más recientemente Einstein, ha comprobado que el total de masa material y energía no se destruye ni desaparece, sino que se transforma y se conserva. La semilla se sacrifica a si misma y deja de ser semilla para transformarse en planta. La semilla muere. El huevo se sacrifica a si mismo y deja de ser huevo para transformarse en pollito. El huevo muere. La oruga se sacrifica a si misma y forma la crisálida que se transforma en mariposa. La oruga muere. Igualmente, nuestro cuerpo se sacrifica y deja de ser cuerpo para transformarse en el ser espiritual que Dios creó. El cuerpo muere. La muerte no es desaparición, sino transformación. Adicionalmente, ese proceso de transformación se aplica al diario vivir porque debemos "morir" a nuestra vieja manera de vivir, pensar y actuar, y ser transformados por el poder de Dios. Todo el que pertenece a Cristo se ha convertido en una persona nueva. La vida antigua ha pasado, una nueva vida ha comenzado.
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