Es mucho más fácil seguir una religión que amar a la gente. Jesús no te pide que cumplas un conjunto de normas y tradiciones, ni que participes en ritos y ceremonias. Jesús sólo te pide que cambies tu corazón y ames, siguiendo su ejemplo. Pero eso es tan difícil que la gente prefiere la religiosidad. Jesús te dice: Ama a tus enemigos y haz el bien a quienes te odian. Bendice a los que te maldicen y ora por los que te lastiman. Dale a cualquiera lo que te pida, si te quitan algo no intentes recuperarlo y presta sin esperar nada a cambio. Trata a los demás como te gustaría que ellos te trataran a ti. En resumen, compórtate como un hijo de Dios pues Él es bondadoso con los que son desagradecidos y perversos. O sea que, debes ser compasivo como tu Padre celestial es compasivo. Así lo enseño Jesús y si quieres comprobarlo, léelo en Lucas 6:27-36.
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