Armas poderosas. El diablo te va a tentar usando sus tres armas más poderosas. Son tan poderosas que fueron las que usó para tentar a Jesús.
La primera arma con la que te va a tentar es distraerte para que sólo cuides tu cuerpo y no te ocupes de tu espíritu, olvidando tu prioridad de cuidar tu espíritu. Así tentó a Jesús: Entonces Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó del río Jordán. Y el Espíritu lo llevó al desierto, donde fue tentado por el diablo durante cuarenta días. Jesús no comió nada en todo ese tiempo y comenzó a tener mucha hambre. Entonces el diablo le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, dile a esta piedra que se transforme en pan. Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive solo de pan”.
La segunda arma que el diablo usará contra ti es seducirte con la ambición desmedida de riquezas y poder, para que sigas a tu ambición y no sigas a Dios. Al no seguir a Dios, estás siguiendo al diablo aunque no te des cuenta. Esto fue lo que le dijo a Jesús: Entonces el diablo lo llevó a una parte alta y desplegó ante él todos los reinos del mundo en un solo instante. —Te daré la gloria de estos reinos y autoridad sobre ellos —le dijo el diablo—, porque son míos para dárselos a quien yo quiera. Te daré todo esto si me adoras. Jesús le respondió: —Las Escrituras dicen: “Adora al Señor tu Dios y sírvele sólo a él”.
La tercera tentación es hacerte pensar que Dios "tiene" que ayudarte y hacer lo que tu quieras. Así te hace olvidar que siempre debes hacer la voluntad de Dios y terminas poniendo a Dios "a prueba". Así pasó con Jesús: Entonces el diablo lo llevó a Jerusalén, al punto más alto del templo, y dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen: “Él ordenará a sus ángeles que te protejan y te guarden. Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”. Jesús le respondió: —Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al Señor tu Dios”. Cuando el diablo terminó de tentar a Jesús, lo dejó hasta la siguiente oportunidad.
Son tentaciones tan poderosas que fueron las que el Diablo usó para tentar a Jesús. Pero Jesús se defendió usando el arma más poderosa, mucho más poderisa que las tentaciones del diablo. Se defendió y salió victorioso repitiendo versículos de la Biblia. Jesús no entró en argumentos con el diablo, sólo repitió la palabra de Dios. Sigue Su Ejemplo y logra tu victoria.
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