Jesús nos mandó a ser la sal y la luz del mundo. Él dijo: Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros. También dijo: procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo. O sea:
- El bien que hacemos a otros, es la luz que brilla delante de la gente y que hace que se alabe a nuestro Padre que está en el cielo.
- Nuestros esfuerzos por vivir en paz unos con otros son la sal del mundo.
Si todos los cristianos obedeciéramos a Jesucristo este mundo en el que vivimos sería iluminado y salado. Un mundo donde todos los seguidores de Jesús, hacemos el bien a nuestro prójimo y promovemos la paz.
Los que seguimos a Jesús debemos siempre:
Llevar y promover sonrisas.
Acompañar a quienes ya nadie quiere acompañar.
Ayudar a levantar a los que caen.
Dar valor agregado a la vida de otras personas.
Enseñar a mirar hacia adelante con optimismo.
Estimular y apoyar los sueños.
Acompañar al que está solo.
Arreglar corazones rotos.
Aconsejar a quién lo necesite.
Dar fuerzas al que está cansado.
Animar a los decaídos.
Amar y abrazar a las personas.
Mitigar el sufrimiento y el dolor.
Sanar los enfermos.
Dar agua a los sedientos.
Alimentar a los hambrientos.
Visitar a los enfermos y a los presos.
Llevar amor con nuestros pensamientos, miradas, palabras, lenguaje corporal y acciones.
La vida es un camino lleno de sorpresas, cada día El Señor nos presentará nuevas oportunidades para hacer el bien. Lo que importa no es lo que tenemos en la vida, sino lo que hacemos con lo que tenemos.
¡Iluminemos y salemos al mundo!
Mateo 5:13-16
Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Marcos 9:50
La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros.
Lucas 14:34-35
La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo volverá a ser útil? No sirve ni para la tierra ni para el montón de abono. Simplemente, se la tira. Los que tienen oídos, oigan.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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