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LECTURA DIARIA - Volumen 2
Siguiendo a Jesús distribuye la “Lectura Diaria” otorgando todos los derechos de copia, reproducción y distribución, de manera totalmente gratuita. El único requisito que se exige es que todas aquellas personas u organizaciones que copien, reproduzcan o distribuyan estas lecturas diarias, lo hagan igualmente de manera totalmente gratuita y sin obtener ningún tipo de ganancias económicas o rentabilidad.
Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
Los versículos de la Biblia citados en todas las lecturas, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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(1 de enero) GRACIAS SEÑOR
Señor, ahora, en el silencio y la quietud que queda después de las fiestas te decimos desde lo más profundo de nuestro corazón:
Gracias Señor, por todo cuanto nos diste en el año que terminó.
Gracias, por todo lo que este año que nos concediste.
Gracias, por todo lo recibido, sin haberlo merecido.
Gracias, por todas las circunstancias que nos acercaron a Ti.
Gracias, por todo lo sucedido ¡Tú sabes lo que haces!
Gracias, por la esperanza.
Gracias, por iluminar las tinieblas.
Gracias, por levantarnos cuando caemos y por perdonar nuestros errores.
Gracias, por todo aquello que ignoramos y que has hecho por nuestro bien.
¿Qué te pediremos para el año que empieza?
Lo que Tú quieras Señor.
Danos Señor, lo que tú sabes que nos conviene y no sabemos pedir.
Derrama Señor, tus gracias sobre todos nosotros.
Libéranos de la envidia, el odio y la guerra.
Llénanos de comprensión, contentamiento, perdón, amor y paz.
Enséñanos a amar verdaderamente a nuestro prójimo.
Enséñanos a tratar a los demás como queremos que ellos nos traten a nosotros.
Que nuestra travesía por este año esté llena de ti.
Así sea. Amén.
(2 de enero) ESPÍRITU Y MATERIA
Existen límites muy específicos entre el mundo espiritual y el mundo material en el que vivimos los seres humanos. Sin embargo, nuestro Padre celestial, abre algunas veces una puerta o canal de comunicación a fin de transmitir alguna revelación u ofrecer asistencia excepcional a Sus hijos.
Lucas 16:19-31
Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes. Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico. Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado. Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: ¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego. Pero Abraham le contestó: Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres. Aparte de esto, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes; de modo que los que quieren pasar de aquí allá, no pueden, ni de allá tampoco pueden pasar aquí. El rico dijo: Te suplico entonces, padre Abraham, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre, donde tengo cinco hermanos, para que les llame la atención, y así no vengan ellos también a este lugar de tormento. Abraham dijo: Ellos ya tienen lo escrito por Moisés y los profetas: ¡que les hagan caso! El rico contestó: Padre Abraham, eso no basta; pero si un muerto resucita y se les aparece, ellos se convertirán. Pero Abraham le dijo: Si no quieren hacer caso a Moisés y a los profetas, tampoco creerán aunque algún muerto resucite.
1 Corintios 2:9
Pero, como se dice en la Escritura: Dios ha preparado para los que lo aman cosas que nadie ha visto ni oído, y ni siquiera pensado.
La creación visible de Dios es un reflejo de su Esencia y Espíritu. Toda la creación nos muestra como es nuestro Padre celestial y su mundo Espiritual, solo que nosotros no entendemos como es el reflejo. Siempre que nos topamos con un reflejo es porque en alguna parte está el original. Descubrir a Dios en Su creación es lo mejor que podemos hacer mientras estemos en este mundo.
Romanos 1:20
Lo que de Dios se puede conocer, ellos lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado; pues lo invisible de Dios se puede llegar a conocer, si se reflexiona en lo que él ha hecho. En efecto, desde que el mundo fue creado, claramente se ha podido ver que él es Dios y que su poder nunca tendrá fin. Por eso los malvados no tienen disculpa.
El problema está en que nuestra visión y percepción del mundo espiritual es indirecta, borrosa e imperfecta. Así lo explicó el apóstol San Pablo.
1 Corintios 13:12
Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí.
El mundo material conocido por nosotros es temporal. Si embargo, el mundo espiritual, desconocido e invisible para nosotros, es eterno.
Salmo 102:25-26
Afirmaste la tierra desde el principio; tú mismo hiciste el cielo. Todo ello dejará de existir, pero tú permaneces firme. Todo ello se gastará, como la ropa; ¡tú lo cambiarás y quedará cambiado, como quien se cambia de ropa!
2 Corintios 4:18
Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras, pero las que no se ven son eternas.
Existe un solo Dios todopoderoso y Creador de todas las cosas visibles e invisibles. Sin embargo, existen incontables seres espirituales y poderes menores creados por Él, que actúan dentro de los límites que Él les ha determinado. Nosotros no podemos ver nada de eso porque Nuestro Padre quiere que creamos puramente por fe en las cosas invisibles y que demos crédito a lo que dice de ellas en Su Palabra. Si pudiéramos ver todo lo que nos rodea en el plano espiritual, no nos costaría nada creer.
Hebreos 11:1
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.
Hebreos 11:6
Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan.
El capítulo 11 de la Epístola de San Pablo a los Hebreos nos entrega un apasionante relato de la fe y las proezas de diversos siervos de Dios del Antiguo Testamento. En ese capítulo San Pablo menciona a: Abel, Henoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Rahab, Gedeón, Barac, de Sansón, Jefté, David, Samuel y a los profetas. Finalizada la relación de héroes y heroínas de la fe, el primer versículo del siguiente capítulo dice así:
Hebreos 12:1
Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante.
¿A quien se refiere San Pablo cuando menciona que tenemos a nuestro alrededor a tantas personas que han demostrado su fe? Esos héroes son algunos de esas personas. Imagínate lo maravilloso que es que haya seres espirituales que fueron personas probadas como héroes de fe, allá arriba observándonos y rogando por nosotros.
Muchos seres espirituales bajan a ayudarnos. En el mundo espiritual se les encarga a algunos ayudantes que permanezcan junto a ciertas personas y velen por ellas toda su vida. Normalmente se los denomina ángeles.
Salmo 34:7
El ángel del Señor protege y salva a los que honran al Señor.
Salmo 91:11-12
Pues él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna.
A otros seres espirituales se los envía en misiones especiales para responder a una necesidad o plegaria urgente, como el ángel que se presentó a ayudar a Daniel cuando éste fue arrojado al foso de los leones, o el personaje que se apareció misteriosamente en el horno de fuego donde habían puesto a sus amigos. El rey Nabucodonosor señaló que parecía un ángel.
Daniel 3:91-97
Entonces Nabucodonosor se levantó rápidamente, y muy asombrado dijo a los consejeros de su gobierno: ¿No arrojamos al fuego a tres hombres atados? Así es, le respondieron. Pues yo veo cuatro hombres desatados, que caminan en medio del fuego sin que les pase nada, y el cuarto hombre tiene el aspecto de un ángel. Y diciendo esto, Nabucodonosor se acercó a la boca del horno y gritó: ¡Sadrac, Mesac y Abed-negó, siervos del Dios altísimo, salgan y vengan aquí! Los tres salieron de entre las llamas, y todas las autoridades de la nación allí presentes se acercaron a aquellos hombres, cuyos cuerpos no habían sido tocados por el fuego, y comprobaron que ni un pelo de la cabeza se les había chamuscado ni sus vestidos se habían estropeado, y que ni siquiera olían a quemado. En ese momento Nabucodonosor exclamó: ¡Alabado sea el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-negó, que envió a su ángel para salvar a sus siervos fieles, que no cumplieron la orden del rey, prefiriendo morir antes que arrodillarse y adorar a otro dios que no fuera su Dios! Ahora pues, yo ordeno que cualquier hombre que hable mal del Dios de estos jóvenes, sea descuartizado, y su casa convertida en un montón de escombros, sea cual sea su pueblo, nación o lengua, pues no hay otro dios que pueda salvar así. Luego el rey dio a estos tres jóvenes cargos más importantes en la provincia de Babilonia.
Daniel 6:20-22
Cuando el rey estuvo cerca, llamó con voz triste a Daniel, diciendo: Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien sirves con tanta fidelidad, librarte de los leones? Y Daniel le respondió: ¡Que viva Su Majestad para siempre! Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hicieran ningún daño, pues Dios sabe que soy inocente y que no he hecho nada malo contra Su Majestad.
Mateo 4:11
Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a servirle.
Mateo 18:10
No desprecien a ninguno de estos pequeños. Pues les digo que en el cielo los ángeles de ellos están mirando siempre el rostro de mi Padre celestial.
Mateo 26:53
¿No sabes que yo podría rogarle a mi Padre, y él me mandaría ahora mismo más de doce ejércitos de ángeles?
Mateo 28:2
De pronto hubo un fuerte temblor de tierra, porque un ángel del Señor bajó del cielo y, acercándose al sepulcro, quitó la piedra que lo tapaba y se sentó sobre ella.
Lucas 1:11
En esto se le apareció a Zacarías un ángel del Señor, de pie al lado derecho del altar del incienso.
Lucas 1:19
El ángel le contestó: Yo soy Gabriel, y estoy al servicio de Dios; él me mandó a hablar contigo y darte estas buenas noticias.
Lucas 1:26
A los seis meses, Dios mandó al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret.
Lucas 2:8-10
Cerca de Belén había unos pastores que pasaban la noche en el campo cuidando sus ovejas. De pronto se les apareció un ángel del Señor, y la gloria del Señor brilló alrededor de ellos; y tuvieron mucho miedo. Pero el ángel les dijo: No tengan miedo, porque les traigo una buena noticia, que será motivo de gran alegría para todos: Hoy les ha nacido en el pueblo de David un salvador, que es el Mesías, el Señor. Como señal, encontrarán ustedes al niño envuelto en pañales y acostado en un establo. En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor! Cuando los ángeles se volvieron al cielo, los pastores comenzaron a decirse unos a otros: Vamos, pues, a Belén, a ver esto que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño.
Lucas 22:43
En esto se le apareció un ángel del cielo, para darle fuerzas.
Dado que en esta vida estamos restringidos a las cuatro dimensiones: ancho, largo, profundidad y tiempo, hay muchos conceptos sobre el Cielo y la esfera espiritual que nos resultan imposibles de entender a cabalidad. Sin embargo, la información que El Señor nos ha dejado en Su palabra es suficiente para comprender lo que nuestro Padre quiere que comprendamos hasta donde el nos permite comprender. Cuanto más sabemos, más entendemos que lo que falta por descubrir es de un orden infinitamente mayor. Dios te puede revelar muchas realidades de su mundo espiritual si te propones a descubrirlas en Su Palabra.
Cuando salgamos de nuestro cuerpo, seremos liberados del estuche en el que estamos contenidos y entraremos al maravilloso mundo espiritual junto a nuestro Padre celestial. Entonces comenzaremos a comprender lo que ahora no podemos entender.
(3 de enero) QUERIDO PAPÁ
Amado Padre, te damos gracias.
Te damos gracias por esta vida que nos regalas.
Te damos gracias por ser nuestro Padre celestial que nos ama, nos comprende y nos perdona.
Te damos gracias por todo lo que haces y por todo lo que permites que suceda.
Te damos gracias por habernos aceptado como tus hijos y haber cambiado nuestro corazón.
Deseamos vivir en tu reino en esta vida y en la próxima.
Provéenos lo que Tu sabes que realmente necesitamos y no los caprichos de nuestros deseos y anhelos.
Danos lo que es bueno para nosotros porque a veces queremos los que nos hace daño.
Perdónanos por todo lo que hemos pensado, dicho o hecho, que no haya sido de tu agrado.
Capacítanos para perdonar a los que nos han fallado.
Líbranos de todo mal y toda tentación.
Te entregamos el control de nuestra vida.
Provéenos la actitud correcta para vivir de acuerdo a tu voluntad.
Que tu Espíritu Santo nos llene para poder escucharte y ser obedientes a tu voluntad.
Que tu Amor esté en nosotros.
Que tu Alegría esté en nosotros.
Que tu Paz nos llene.
Que tu Paciencia resida en nosotros.
Que tu Bondad sature nuestro interior.
Que tu Amabilidad nos recubra.
Que tu Fidelidad esté sembrada en nosotros.
Que tu Humildad nos equilibre.
Que tu Dominio Propio nos controle.
Que la fe, la esperanza y el amor prosperen dentro de nosotros.
Que aprendamos a tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros.
Que nuestra oración salga de nuestro espíritu y no de nuestra mente.
Que podamos ayudar y consolar a nuestro prójimo.
Que podamos ayudar a los que no te conocen.
Que podamos luchar en la batalla con tu estandarte y tus fuerzas.
Padre, te amamos y te necesitamos, llénanos, úsanos, tómanos. Somos tuyos.
Mateo 6:5-15
Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno. Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
(4 de enero) ADVERTENCIAS DEL FABRICANTE
Todos los seres humanos al nacer deberían venir con una etiqueta con las advertencias del fabricante sobre el mal uso del ser humano, como sucede con los productos creados por fábricas del mundo. ¿Será que así comprenderíamos algunas cosas? La etiqueta debería tener un texto que aproximadamente estableciera lo siguiente:
Advertencias del Fabricante:
· Se ha determinado que el egoísmo, la vanidad y la soberbia son nocivos para la salud física y espiritual de este espécimen.
· Evítese todo contacto con los prejuicios porque pueden afectar seriamente su capacidad de funcionamiento.
· No recomendamos el uso de este espécimen bajo los efectos de: odio, tristeza, contienda, impaciencia, maldad, descortesía, irritabilidad, enojo, ira, infidelidad, indisciplina, indolencia, desesperanza, avaricia, codicia, lujuria, lascivia, falsedad, rencor, venganza, hipocresía y pereza.
· No tomar en cuenta estas advertencias resultará en un serio malfuncionamiento de este espécimen, con la gravedad adicional de que su condición puede ser contagiosa para otros especimenes, causando la infelicidad de todos los especimenes involucrados y sus acompañantes.
· El fabricante ha establecido una garantía de recoger todos los especimenes al llegar a su fecha de vencimiento por llegar al final de su vida útil y retornarlos a su lugar de origen de manera permanente y con condiciones privilegiadas. Sin embargo, la falta de seguimiento de estas advertencias podría anular esta garantía.
En Juan 3:16 leemos: Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Por eso sabemos que creyendo en Jesucristo obtenemos la vida eterna como regalo de Dios. El asunto está en que se ha corrompido el concepto de creer en Jesucristo y se ha transformado en una tradición de seguir unos ritos religiosos. Cuando leemos las palabras de Jesús es claro que el nos manda a vivir de una manera muy especial. Entonces, si creemos en Jesucristo y creemos que es el hijo de Dios y Dios mismo hecho hombre, de la misma naturaleza que El Padre, ¿Cómo podemos vivir sin obedecerlo? La falta de obediencia a Jesús equivale a no creer en Él, independientemente de los ritos que practiquemos.
Pongamos mucha atención a los mandatos de Jesús. Pongamos mucha atención a las advertencias del fabricante, el máximo fabricante, máximo inventor, creador de todas las cosas visibles e invisibles.
Mateo 5
Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, 2 y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo: Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que sufren, porque serán consolados. Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos. Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes. Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo. No crean ustedes que yo he venido a suprimir la ley o los profetas; no he venido a ponerles fin, sino a darles su pleno valor. Pues les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, no se le quitará a la ley ni un punto ni una letra, hasta que todo llegue a su cumplimiento. Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos. Porque les digo a ustedes que, si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos. Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo. Ustedes han oído que se dijo: No cometas adulterio. Pero yo les digo que cualquiera que mira con deseo a una mujer, ya cometió adulterio con ella en su corazón. Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtatela y échala lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo vaya a parar al infierno. También se dijo: Cualquiera que se divorcia de su esposa, debe darle un certificado de divorcio. Pero yo les digo que si un hombre se divorcia de su esposa, a no ser en el caso de una unión ilegal, la pone en peligro de cometer adulterio. Y el que se casa con una divorciada, comete adulterio. También han oído ustedes que se dijo a los antepasados: No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido al Señor bajo juramento. Pero yo les digo: simplemente, no juren. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni juren ustedes tampoco por su propia cabeza, porque no pueden hacer blanco o negro ni un solo cabello. Baste con decir claramente, si o no. Pues lo que se aparta de esto, es malo. Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado. También han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Mateo 6
No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio. Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio. Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno. Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados. Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que está en lo oculto, y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa. No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón. Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma! Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas. Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose:¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 7
No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo. No den las cosas sagradas a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los hagan pedazos. Y no echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen. Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas. Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran. Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar fruto malo, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no da buen fruto, se corta y se echa al fuego. De modo que ustedes los reconocerán por sus acciones. No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: Señor, Señor, nosotros comunicamos mensajes en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros. Pero entonces les contestaré: Nunca los conocí; ¡aléjense de mí, malhechores! Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre! Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley.
(5 de enero) VIVAMOS
¿Qué es la vida? ¿Hacer y que nos hagan? ¿Arriba y abajo? ¿Bueno y malo? ¿Estar y no estar? ¿Blanco y negro? ¿Ganar y perder? ¿Ser y no ser? ¿Vivir y morir?
Podríamos pensar en:
· Perdonar y ser perdonados. Sustituir y ser sustituidos. Olvidar y ser olvidados. Decepcionar y ser decepcionados. Abrazar y ser abrazados. Amar y ser amados. Odiar y ser odiados. Reír y hacer reír. Rechazar y ser rechazados. Traicionar y ser traicionados. Gritar y ser gritados. Fallar y que nos fallen. Llamar y que nos llamen. Sonreír y que nos sonrían. Consolar y que nos consuelen. Ser fieles y que nos sean fieles. Jurar y que nos juren. Llorar y que nos lloren. Alegrar y que nos alegren. Temer y que nos teman. Sanar y ser sanados. Dar y que nos den.
· Ganar y perder. Triunfar y fracasar. Saber y no saber. Tener y no tener. Amor y odio. Tristeza y alegría. Guerra y paz. Esperar y desesperar. Bondad y maldad. Fidelidad e infidelidad. Humildad y soberbia. Control y descontrol. Amistad y enemistad. Quitar y Dar. Seguridad y miedo. Valentía y temor. Salud y enfermedad. Ir y regresar. Vanidad y sencillez. Creer y no creer. Vivir y morir.
Ciertamente la vida es eso, pero también es mucho más. La vida es un regalo que Dios nos ha dado y durante esta vida que Él nos ha regalado, nos preparamos para la próxima vida. Este es el ensayo, el entrenamiento, la capacitación, la preparación y el requisito, para poder optar a la próxima vida. La vida eterna.
Por lo tanto, no nos contentemos simplemente con pasar por la vida. Vivámosla plenamente para lograr la meta que tenemos. Luchemos con pasión y determinación. Atrevámonos y seamos osados. Perseveremos hasta lograr lo que hemos venido a buscar.
Génesis 1:27-28
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su bendición: Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo.
Mateo 16:26
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?
Lucas 9:25
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo?
Juan 3:16
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Juan 12:25
El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
(6 de enero) LO POSITIVO ES DE DIOS ¿Y LO NEGATIVO?
Hay un principio general que se cumple como una ley: Toda actitud o acción positiva es mejor que dar lugar al negativismo que no tiene nada de bueno.
Definición de la palabra negativo: Que incluye o contiene negación o contradicción. Perteneciente o relativo a la negación. Pesimista. Que propende a ver y juzgar por el lado más desfavorable. Opuesto a positivo, en una determinada convención.
Sinónimos: Apático, perjudicial, adverso, pesimista, decaído, contrario, desalentador, deprimente, destructivo, derrotista, nocivo, dañoso, maligno, desfavorable, desventajoso.
Como ven, la negatividad no tiene nada de bueno. Es todo lo contrario de lo que representa el reino de Dios.
Definición de la palabra positivo: Cierto, efectivo, verdadero y que no ofrece duda. Por oposición a negativo, se aplica a lo consistente en la existencia y no en su falta. Que es útil o práctico. Dicho de una persona: Que busca la realidad de las cosas o su aspecto práctico. Se dice del derecho o ley divina o humana promulgados, en contraposición principalmente del natural. Afirmativo, en contraposición de negativo.
Sinónimos: Seguro, certero, claro, convencido, garantizado, que tiene confianza, irrefutable, inmejorable, explícito, concreto, concluyente, categórico, decisivo, incuestionable, confirmado, innegable, optimista, constructivo, provechoso, afirmativo, progresivo, alentador, cierto, verdadero, indudable, real, efectivo, práctico, pragmático.
El efecto del negativismo despoja a la persona de las posibilidades con que Dios la creó y le impide realizar todo lo que Él se propone hacer por medio de ella, porque enfocar la vida de modo negativo es todo lo contrario de la actitud positiva y optimista que Dios desea que tengamos. El negativismo es la antítesis de la fe y Dios nos llamó a vivir una vida de fe mientras que la negatividad, por el contrario, es vivir en la incertidumbre, llevándonos siempre al mismo resultado: El pesimismo que provoca pesar y atrofia la vida, privándonos de la oportunidad de desarrollar al máximo nuestras posibilidades y alcanzar nuestros objetivos.
Pensemos positivamente manteniendo los ojos en Dios y tengamos un concepto positivo de nosotros, de los demás y del mundo que nos rodea. El éxito, la victoria y la felicidad no son fruto de que todo marche de maravilla en nuestra vida, sino que son el resultado de creer y confiar en las promesas de Dios y cuando optamos por no dejar que las cosas terrenales nos desmoralicen. Cuando tenemos una actitud positiva manifestamos un espíritu de fe y confianza, porque reconocemos y confiamos en Dios, aceptamos que Su criterio siempre es acertado y que lo tiene todo en Sus manos. Para ser positivo se necesita fe, porque creemos en Su Palabra. Los que piensan positivamente obtienen resultados positivos y contundentes.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 8:26
Él les contestó: ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo.
Mateo 14:31
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
Mateo 16:8
Jesús se dio cuenta, y les dijo: ¿Por qué dicen que no tienen pan? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
Mateo 17:20
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de aquí y vete a otro lugar, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
Marcos 11:22
Jesús contestó: Tengan fe en Dios.
(7 de enero) ¿QUEREMOS SER HUMILDES?
La humildad se promociona como algo bueno y se alaba al que es humilde, pero ¿Queremos nosotros ser humildes? O, es una de esas características que está bien para ser alabada en otros pero que realmente no estamos interesados en practicar. El problema está en el paradigma que la sociedad ha construido sobre la humildad. Leamos que nos dice el diccionario sobre la humildad.
El diccionario nos define humildad en los siguientes términos:
· Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.
· Bajeza de nacimiento o de otra cualquier especie.
· Sumisión, rendimiento.
De acuerdo con esta definición la humildad es el reconocimiento de nuestras limitaciones y debilidades, el resultado de nuestra bajeza o nuestra sumisión y rendición. Con esa definición no es de extrañar que nadie quiera ser humilde.
Lo que realmente significa la palabra humildad, es esa cualidad de las personas que rechazan el orgullo, la soberbia, la vanidad, la arrogancia y la impertinencia. Es estar satisfechos con lo que somos sin necesitar comparar nuestras fortalezas solamente con las debilidades de los demás. Es descubrir que la humildad es la puerta de entrada a la verdadera sabiduría, poder y conocimiento de la verdad.
Cuando aprendemos sobre la humildad con las enseñanzas de Jesucristo comprendemos que para poder recibir todo lo verdaderamente bueno que existe, es necesario que seamos humildes.
Mateo 5:5
Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida.
Mateo 11:29
Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontrarán descanso.
Mateo 21:5
Digan a la ciudad de Sión: Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un burro, en un burrito, cría de una bestia de carga.
Mateo 25:40
El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron.
Lucas 1:51-53
Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
(8 de enero) RESPUESTAS Y PRUEBAS
El ser humano siempre está haciendo preguntas y quiere respuestas sobre el sentido de la vida y pidiendo pruebas sobre la existencia de Dios.
El ser humano quiere respuestas: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es nuestro destino? ¿El universo apareció espontáneamente y por casualidad o hay un creador supremo y todopoderoso? ¿Existe vida después de esta vida?
El ser humano pide pruebas: Pruebas de que Dios existe y no comprende por que no se manifiesta para que lo veamos y le creamos.
Lo que no queremos entender los seres humanos es que Dios, Nuestro Señor y Padre celestial, no necesita justificar ni probar su existencia ante nosotros. Sin embargo, nosotros si necesitamos buscar y hallar el sentido de nuestra vida. Somos nosotros los que tenemos que justificarnos ante Él.
Lamentablemente, nosotros pasamos la vida desorientados y sin propósito, sin saber adonde vamos y por que estamos aquí. Es como si viajáramos en un automóvil de noche, adormecidos por movimiento del vehículo, pero sin saber adonde vamos o por qué viajamos en el automóvil.
El Señor nos pide que vivamos por fe. Fe en sus promesas y en la nueva alianza que a través de Jesucristo hizo con nosotros. En lugar de eso, nosotros queremos vivir por vista. Mirando y analizando las pruebas y respuestas que buscamos obtener por métodos racionales. La fe que nos Dios nos pide y que Él mismo nos ayuda a tener cuando se lo pedimos, es portadora de la verdadera vida y de una certeza que sobrepasa lo racional. Nos transforma y responde a todas nuestras preguntas. Nos da la oportunidad de realizarnos plenamente y de hallar la fuerza y las ganas de vivir. En cambio, es imposible encontrar ejemplos de vidas positivamente transformadas por la falta de fe.
Mateo 26:28
Porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados.
Marcos 14:24
Les dijo: Esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos.
Lucas 22:20
Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo: Esta copa es la nueva alianza confirmada con mi sangre, la cual es derramada en favor de ustedes.
2 Corintios 5:19
Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje.
Hebreos 11
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos. Nuestros antepasados fueron aprobados porque tuvieron fe. Por fe sabemos que Dios formó los mundos mediante su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse. Por fe, Abel ofreció a Dios un sacrificio mejor que el que ofreció Caín, y por eso Dios lo declaró justo y le aceptó sus ofrendas. Así que, aunque Abel está muerto, sigue hablando por medio de su fe. Por su fe, Henoc fue llevado en vida para que no muriera, y ya no lo encontraron, porque Dios se lo había llevado. Y la Escritura dice que, antes de ser llevado, Henoc había agradado a Dios. Pero no es posible agradar a Dios sin tener fe, porque para acercarse a Dios, uno tiene que creer que existe y que recompensa a los que lo buscan. Por fe, Noé, cuando Dios le advirtió que habían de pasar cosas que todavía no podían verse, obedeció y construyó el arca para salvar a su familia. Y por esa misma fe, Noé condenó a la gente del mundo y fue heredero de la justicia que se obtiene por la fe. Por fe, Abraham, cuando Dios lo llamó, obedeció y salió para ir al lugar que él le iba a dar como herencia. Salió de su tierra sin saber a dónde iba, y por la fe que tenía vivió como extranjero en la tierra que Dios le había prometido. Vivió en tiendas de campaña, lo mismo que Isaac y Jacob, que también recibieron esa promesa. Porque Abraham esperaba aquella ciudad que tiene bases firmes, de la cual Dios es arquitecto y constructor. Por fe también, aunque Sara no podía tener hijos y Abraham era demasiado viejo, este recibió fuerzas para ser padre, porque creyó que Dios cumpliría sin falta su promesa. Así que Abraham, aunque ya próximo al fin de sus días, llegó a tener descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo y como la arena de la orilla del mar, que no se puede contar. Todas esas personas murieron sin haber recibido las cosas que Dios había prometido; pero como tenían fe, las vieron de lejos, y las saludaron reconociéndose a sí mismos como extranjeros de paso por este mundo. Y los que dicen tal cosa, claramente dan a entender que todavía andan en busca de una patria. Si hubieran estado pensando en la tierra de donde salieron, bien podrían haber regresado allá; pero ellos deseaban una patria mejor, es decir, la patria celestial. Por eso, Dios no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos, pues les tiene preparada una ciudad. Por fe, Abraham, cuando Dios lo puso a prueba, tomó a Isaac para ofrecerlo en sacrificio. Estaba dispuesto a ofrecer a su único hijo, a pesar de que Dios le había prometido: Por medio de Isaac tendrás descendientes. Es que Abraham reconocía que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; y por eso Abraham recobró a su hijo, y así vino a ser un símbolo. Por fe, Isaac prometió bendiciones futuras a Jacob y a Esaú. Por fe, Jacob, cuando ya iba a morir, prometió bendiciones a cada uno de los hijos de José, y adoró a Dios apoyándose sobre la punta de su bastón. Por fe, José, al morir, dijo que los israelitas saldrían más tarde de la tierra de Egipto, y dejó órdenes acerca de lo que deberían hacer con sus restos. Por fe, al nacer Moisés, sus padres lo escondieron durante tres meses; porque vieron que era un niño hermoso, y no tuvieron miedo de la orden que el rey había dado de matar a los niños. Y por fe, Moisés, cuando ya fue hombre, no quiso llamarse hijo de la hija del faraón; prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, a gozar por un tiempo los placeres del pecado. Consideró de más valor sufrir la deshonra del Mesías que gozar de la riqueza de Egipto; porque tenía la vista puesta en la recompensa que Dios le había de dar. Por fe, Moisés se fue de la tierra de Egipto, sin miedo al enojo del rey; y se mantuvo firme en su propósito, como si viera al Dios invisible. Por fe, Moisés celebró la Pascua y mandó rociar las puertas con sangre, para que el ángel de la muerte no tocara al hijo mayor de ningún israelita. Por fe, los israelitas pasaron el Mar Rojo como si fuera tierra seca; luego, cuando los egipcios quisieron hacer lo mismo, se ahogaron. Por fe cayeron los muros de la ciudad de Jericó, después que los israelitas marcharon alrededor de ellos durante siete días. Y por fe, Rahab, la prostituta, no murió junto con los desobedientes, porque ella había recibido amistosamente a los espías de Israel. ¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas. Por la fe conquistaron países, impartieron justicia, recibieron lo que Dios había prometido, cerraron la boca de los leones, apagaron fuegos violentos, escaparon de ser muertos a filo de espada, sacaron fuerzas de flaqueza y llegaron a ser poderosos en la guerra, venciendo a los ejércitos enemigos. Hubo mujeres que recibieron otra vez con vida a sus familiares muertos. Otros murieron en el tormento, sin aceptar ser liberados, a fin de resucitar a una vida mejor. Otros sufrieron burlas y azotes, y hasta cadenas y cárceles. Y otros fueron muertos a pedradas, aserrados por la mitad o muertos a filo de espada; anduvieron de un lado a otro, vestidos solo de piel de oveja y de cabra; pobres, afligidos y maltratados. Estos hombres, que el mundo ni siquiera merecía, anduvieron sin rumbo fijo por los desiertos, y por los montes, y por las cuevas y las cavernas de la tierra. Sin embargo, ninguno de ellos recibió lo que Dios había prometido, aunque fueron aprobados por la fe que tenían; porque Dios, teniéndonos en cuenta a nosotros, había dispuesto algo mejor, para que solamente en unión con nosotros fueran ellos hechos perfectos.
Hebreos 12:1-2
Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono de Dios.
(9 de enero) VOLAR COMO ÁGUILA O CAER COMO PIEDRA
¿Es posible vivir sin tener problemas? No, realmente no. En esta vida podemos tener problemas de salud, laborales, sentimentales, familiares, financieros, emocionales y espirituales, entre otros. Ese es el costo de la vida. Sin embargo lo importante no es que los problemas existan, sino como reaccionamos ante ellos.
Si nos dedicamos a acumular el peso de temores, miedos, heridas, dolores, resentimientos, angustias, tristezas, rencores y desesperanzas, caeremos en tierra como piedras porque ese gran peso no nos dejará volar como águilas.
Volamos como águilas:
Cuando hay esperanza, fuerza, voluntad y fe.
Cuando aceptamos la realidad y tenemos la decisión de vivirla.
Cuando aceptamos nuestro destino, pero tenemos la voluntad de trabajar para cambiarlo.
Cuando asimilamos el pasado y trabajamos en el presente, para construir en futuro.
Cuando nos superamos, nos valoramos y damos frutos.
Cuando abrimos caminos como pioneros, dejando huellas y sembrando semillas.
Cuando nos ponemos metas, sin importarnos comentarios negativos, ni prejuicios.
Cuando damos ejemplo sin importarnos las burlas, ni desdenes, por cumplir con nuestro deber.
Cuando nuestro carácter está basado en principios y sostenido por valores.
Cuando enfrentamos la adversidad aunque nos duela.
Cuando luchamos por las metas aunque nos cueste.
Cuando mantenemos la capacidad de soñar independientemente de las circunstancias.
Cuando mantenemos libre nuestra capacidad de amar.
Cuando ayudamos a nuestros semejantes, aunque nosotros mismos necesitemos ayuda.
Cuando nos mantenemos firmes y perseveramos en el logro de nuestro propósito de vida.
Entonces, podemos volar.
O sea que, realmente volamos cuando entregamos nuestro corazón a los propósitos de Dios.
Mateo 6:10
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 26:42
Por segunda vez se fue, y oró así: Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
Lucas 22:42
Dijo: Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Juan 3:21
Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.
Juan 4:34
Pero Jesús les dijo: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y terminar su trabajo.
Juan 5:30
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.
Juan 6:38
Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado.
Juan 9:31
Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.
(10 de enero) CONFLICTOS DE PROPIEDAD
Imaginemos que vendemos nuestra casa, pero no la vendemos completa sino que nos quedamos con una pequeña parte. Por ejemplo, nos quedamos con un baño, o con un pasillo. ¿De quién sería la casa? ¿Del comprador o nuestra? Pues realmente sería de ambos pues ambas partes tienen una parte de la casa. Aunque el comprador tenga la mayor parte, no puede decir que la casa es suya porque nosotros tenemos una parte. A eso se le llama: Conflicto de Propiedad.
No permitamos que el Diablo le diga a Dios eso de nosotros: ¡Mira, Dios! ¡Esta persona te lo ha entregado todo a Ti, menos esta pequeña parte! Así que, aunque mayormente te pertenece a Ti ¡Una pequeña parte todavía me pertenece a mí! Por lo tanto, esta persona no es sólo tuya, sino que nos pertenece a ambos. No podemos pertenecer a ambos porque además del conflicto de propiedad, como El Señor es Santo, no puede compartir a una persona con nuestro enemigo, el impuro y mentiroso Diablo. En ese conflicto de propiedad, nosotros llevamos las de perder.
No importa lo que pensemos, anhelemos, deseemos, digamos o hagamos. No importa cuanto oremos, ayunemos, leamos la Biblia, alabemos y adoremos o que ritos practiquemos. Sólo hallaremos la paz que sobrepasa todo entendimiento, la bendición integral de Dios, la unión de perfecta comunión con Él y podremos tener Su Espíritu en nosotros, si nos entregamos enteramente y sin reservas al Señor, nuestro Dios y Padre celestial, sin dejar ni siquiera una pequeña parte sin entregar.
Debemos ofrecer nuestra vida entera a Él, pedirle que nos tome y use para Su gloria. El Señor lo hará si somos sinceros y nos sometemos en absoluta obediencia a Él.
Mateo 5:19
Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 28:19-20
Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Juan 3:21
Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.
Juan 14:21
El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
Juan 14:23
Jesús le contestó: El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
(11 de enero) ¿SABEMOS AMAR?
Necesitamos aprender a amar.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas como son y no como deseamos que sean.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando ellas nos decepcionen.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando no representen nuestro ideal.
Necesitamos aprender a amar y aceptar a las personas aun cuando nos hieran con palabras o acciones.
Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender a amar.
Necesitamos aprender a ver, escuchar y sentir con el alma.
Ver, escuchar y sentir con el alma, lo que dicen los hombros caídos, los ojos evasivos, las manos inquietas y las palabras superficiales, la sonrisa fingida, la alegría simulada y la vanagloria exagerada de los que nos rodean.
Ver, escuchar y sentir con el alma, la angústia, la inseguridad, la soledad, el dolor de nuetro prójimo.
Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender a amar y a perdonar.
Porque el verdadero amor perdona, echa fuera las tristezas y cura las cicatrizes que las situaciones descritas pueden haber grabado en nuestro corazón.
Porque el amor perdona y no alimenta heridas, no cultiva ofensas, olvida y extingue todo el dolor.
Es difícil, muy difícil, pero necesitamos aprender paso a paso, a amar, aceptar y perdonar a las personas.
Descubramos el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas.
Valores que han sido enterrados por el rechazo, la falta de comprensión, cariño y aceptación.
Valores que se han perdido por las experiencias duras vividas a lo largo de los años.
Necesitamos aprender a ver, escuchar y sentir las personas con el alma, las posibilidades que Dios le dió a nuestro prójimo.
Necesitamos aprender, pero ¡Es lento el aprendizaje! ¡Es difícil!
Necesitamos aprender entre tropiezos y errores.
Necesitamos aprender a amar, aceptar y perdonar a nuestros hermanos como Dios nos ama a nosotros.
Nosotros no somos como Dios desea que seamos, lo decepcionamos, nos apartamos de Su ideal, lo herimos y sin embargo, El nos ama incondicionalmente y nos perdona.
Necesitamos aprender a amar y perdonar a nuestro prójimo como El Señor nos ama y perdona a nosotros.
Mateo 5:44
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen.
Lucas 6:27
Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian.
Lucas 6:35
Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos.
Lucas 7:47
Por esto te digo que sus muchos pecados son perdonados, porque amó mucho; pero la persona a quien poco se le perdona, poco amor muestra.
Lucas 10:25-37
Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees? El maestro de la ley contestó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo. Jesús le dijo: Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida. Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Jesús entonces le contestó: Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva. Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Pues ve y haz tú lo mismo.
Juan 3:16
Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna.
Juan 13:34-35
Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
Juan 15:9
Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo.
Juan 15:12
Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.
1 Corintios 13
Si hablo las lenguas de los hombres y aun de los ángeles, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido. Y si tengo el don de profecía, y entiendo todos los designios secretos de Dios, y sé todas las cosas, y si tengo la fe necesaria para mover montañas, pero no tengo amor, no soy nada. Y si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y aun si entrego mi propio cuerpo para tener de qué enorgullecerme, pero no tengo amor, de nada me sirve. Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo. El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto. Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí. Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.
(12 de enero) ¿CUÁNTO TIEMPO QUEDA?
¿Disfrutamos la vida o dejamos que las circunstancias nos estorben? ¿Comprendemos que la vida es corta y muchas veces nosotros no la aprovechamos al máximo? Algunos viven la vida como venga, de día en día y hay quienes piensan que como la vida es difícil es mejor no hacer nada. Que triste es la vida de los que piensan que vivir es solamente existir.
¿Cuánto tiempo nos queda? No importa si nos queda mucho o poco, aprovechemos bien el tiempo. Cuando la vida nos presente circunstancias adversas que nos estorban, respondamos a la vida aprovechando el tiempo al máximo, para derrotar con nuestro optimismo y positivismo todos los obstáculos que se levanten frente a nosotros.
Plan para el aprovechamiento máximo del tiempo:
1. Iniciemos cada día en la compañía del Señor. Temprano cada mañana, leamos la Biblia y hablemos con nuestro Padre celestial, démosle gracias todo lo recibido y por todas las circunstancias que se han presentado, Démosle gracias por el día que comienza, contémosle todo lo que nos sucede, hablémosle sobre nuestro plan para el día y pidámosle que nos diga lo que Él quiere que hagamos. El resultado es algo sobrenatural: El uso de nuestro tiempo será mucho más eficiente y efectivo, si comenzamos el día con nuestro Padre celestial.
2. Tengamos metas de vida y planifiquemos nuestros objetivos a corto plazo para alcanzar nuestras metas. Escojamos para cada día un propósito definido para el logro de nuestros objetivos a corto plazo. No dos o tres. Sólo uno y perseveremos para cumplir el propósito de cada día.
3. Seamos positivos. Debemos creer que el éxito es posible y la victoria esta al alcance de nuestra mano. Decidamos que el cambio es nuestro aliado y que en toda circunstancia hay oportunidades. Todo sucede porque Dios lo permite por alguna razón. Esperemos siempre lo mejor.
4. Dediquemos nuestra vida a hacer la diferencia: Amemos. Perdonemos. Demos. Sirvamos.
5. No perdamos nuestro valioso tiempo en asuntos negativos: Chismes, críticas, murmuraciones, cuestiones del pasado, pensamientos negativos y asuntos que no podemos controlar. Lo que no edifique desechémoslo.
6. Recordemos que no hay sustituto para el trabajo duro. Esforcémonos. Pongamos manos a la obra. Actuemos como si todo dependiera de nosotros y confiemos en que todo depende de Dios.
7. Ante los problemas, busquemos posibles soluciones. Seamos creativos e innovemos. Aprendamos de los errores y fracasos y dejemos que ellos nos enseñen a hacer cambios positivos.
8. Disfrutemos la vida. Disfrutemos el viaje. Es una travesía maravillosa. Sonriamos a la vida. Riámonos de las situaciones complicadas y riámonos de nosotros mismos.
9. Busquemos alguien para compartir nuestras dudas y buscar consejo. Todos necesitamos alguien en quien confiar.
10. Cada noche antes de irnos a la cama seamos agradecidos con El Señor por el día que termina y démosle gracias por permitirnos dormir confiados.
La vida es corta. El tiempo que nos queda hay que vivirlo al máximo, pero sobre todo agradando a nuestro creador y Él nos creó para que vivamos y hagamos grandes cosas.
La esencia de la vida es avanzar un paso a la vez. No esperemos a que las cosas cambien por sí solas. Demos hoy un paso hacia adelante para hacer del día de hoy un día extraordinario.
Juan 14:10
¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las cosas que les digo, no las digo por mi propia cuenta. El Padre, que vive en mí, es el que hace sus propias obras.
Juan 14:12
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre.
Efesios 2:10
Pues es Dios quien nos ha hecho; él nos ha creado en Cristo Jesús para que hagamos buenas obras, siguiendo el camino que él nos había preparado de antemano.
Colosenses 1:10
Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios.
1 Timoteo 6:18
Mándales que hagan el bien, que se hagan ricos en buenas obras y que estén dispuestos a dar y compartir lo que tienen.
Apocalipsis 14:13
Entonces oí una voz del cielo, que me decía: Escribe esto: Dichosos de aquí en adelante los que mueren unidos al Señor. Sí, dice el Espíritu, ellos descansarán de sus trabajos, pues sus obras los acompañan.
(13 de enero) EL PODER DEL NOMBRE DE JESÚS
Cuando la tempestad de los problemas llega a nuestra vida, descansemos en el Señor, Él está con nosotros y tiene el poder de calmar cualquier situación o circunstancia de acuerdo a nuestra fe. El Señor nos alimenta, nos cuida y protege como a la niña de sus ojos y como el águila que cuida a sus polluelos. ¡Nuestra vida es preciosa para El Señor! Aunque andemos por un valle oscuro, no temamos a ningún peligro. No Temamos a trampas, plagas, ni ataques, porque Él está con nosotros y es nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro Padre en quien podemos confiar. Lo importante es comprender que el poder que recibimos para vencer los problemas y circunstancias adversas, está en el nombre de Jesús, porque lo que pidamos en Su nombre con fe, nuestro Padre que está en los cielos, nos lo dará, si permanecemos unidos a Jesús, fieles a sus enseñanzas y dando fruto.
Cuando la tempestad de los problemas llega a nuestra vida, descansemos en el Señor, Él está con nosotros y tiene el poder de calmar cualquier situación o circunstancia de acuerdo a nuestra fe:
Mateo 8:23-27
Jesús subió a la barca, y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo, diciéndole: ¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo! Él les contestó: ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo. Ellos, admirados, se preguntaban: ¿Pues quién será este, que hasta los vientos y el mar lo obedecen?
El Señor nos alimenta, nos cuida y protege como a la niña de sus ojos y como el águila que cuida a sus polluelos. ¡Nuestra vida es preciosa para El Señor!:
Mateo 6:26
Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves!
Mateo 10:29-31
¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.
Deuteronomio 32:10-11
Los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos. Como águila que revolotea sobre el nido y anima a sus polluelos a volar, así el Señor extendió sus alas y, tomándolos, los llevó a cuestas.
Zacarías 2:8
El Señor todopoderoso me ha enviado con este mensaje contra las naciones que los saquearon a ustedes: Cualquiera que toca a mi pueblo, toca a la niña de mis ojos. Por eso, yo mismo lucharé contra esas naciones, y haré que sus propios esclavos las saqueen. Así mostrará su gloria el Señor todopoderoso, y así comprenderán ustedes que él fue quien me envió.
Aunque andemos por un valle oscuro, no temamos a ningún peligro. No Temamos a trampas, plagas ni ataques, porque Él está con nosotros y es nuestro refugio, nuestra fortaleza y nuestro Padre en quien podemos confiar:
Salmos 23
El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar. Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, OH Señor, por siempre viviré.
Salmos 91
El que vive bajo la sombra protectora del Altísimo y Todopoderoso, dice al Señor: Tú eres mi refugio, mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío! Solo él puede librarte de trampas ocultas y plagas mortales, pues te cubrirá con sus alas, y bajo ellas estarás seguro. ¡Su fidelidad te protegerá como un escudo! No tengas miedo a los peligros nocturnos, ni a las flechas lanzadas de día, ni a las plagas que llegan con la oscuridad, ni a las que destruyen a pleno sol; pues mil caerán muertos a tu izquierda y diez mil a tu derecha, pero a ti nada te pasará. Solamente lo habrás de presenciar: verás a los malvados recibir su merecido. Ya que has hecho del Señor tu refugio, del Altísimo tu lugar de protección, no te sobrevendrá ningún mal ni la enfermedad llegará a tu casa; pues él mandará que sus ángeles te cuiden por dondequiera que vayas. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna. Podrás andar entre leones, entre monstruos y serpientes. Yo lo pondré a salvo, fuera del alcance de todos, porque él me ama y me conoce. Cuando me llame, le contestaré; ¡yo mismo estaré con él! Lo libraré de la angustia y lo colmaré de honores; lo haré disfrutar de una larga vida: ¡lo haré gozar de mi salvación!
Lo importante es comprender que el poder que recibimos para vencer los problemas y circunstancias adversas, está en el nombre de Jesús, porque lo que pidamos en Su nombre con fe, nuestro Padre que está en los cielos, nos lo dará, si permanecemos unidos a Jesús, fieles a sus enseñanzas y dando fruto:
Mateo 21:22
Y todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán.
Marcos 11:24
Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán.
Lucas 11:9-11
Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Juan 14:12-14
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan.
Juan 15:7
Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.
Juan 15:16
Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
Juan 16:23-24
En aquel día ya no me preguntarán nada. Les aseguro que el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
(14 de enero) PROCRASTINAR
Procrastinar significa: Diferir o aplazar la ejecución de un acto. Es un concepto muy parecido a postergar, que significa a su vez: Hacer sufrir atraso, dejar atrasado algo, del tiempo en que había de tener su efecto.
La procrastinación y la postergación es el arma del reino de las tinieblas para hacer que nosotros dejemos las cosas importantes para después. ¡Es una de sus armas más astutas! Nuestro enemigo, el diablo, sabe que si no puede detenernos, puede tratar de retrasarnos. Si no puede convencernos de que no hagamos algo, hace que lo retrasemos y posterguemos, porque lo único que necesita para que triunfe su maldad es que nosotros dejemos los asuntos importantes para después. O sea, ¡que no hagamos nada!
¡Debemos recordar constantemente que el tiempo es nuestro recurso más valioso! El tiempo perdido se va para siempre y aunque es muy fácil perderlo, debemos recordar que es muy costoso y valioso. Es cierto que invertir bien el tiempo es difícil y consume mucho esfuerzo y energías, debiendo hacer algunos sacrificios para poder invertirlo sabiamente. ¡Pero el tiempo bien invertido es el que nos permite lograr nuestras metas!
Si procrastinamos o postergamos la tarea que el Señor nos ha asignado, porque hay algo que queremos hacer antes, es probable que la tarea nunca se hará, ¡porque siempre habrá algo que hacer antes! ¡Todo lo que debemos hacer, tenemos que hacerlo con rapidez, pues no sabemos cuanto tiempo nos queda! ¡Después podría ser muy tarde!
Solo somos dueño del ahora, del presente; esforcémonos con voluntad en hacer ahora lo que debemos hacer en lugar dedicarnos a algunos deseos y anhelos que se presentan para distraernos de lo que El Señor nos ha mandado a hacer. ¡No confiemos en que después tendremos tiempo para hacerlo!
Mateo 6:34
No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 24:45-47
¿Quién es el criado fiel y atento, a quien su amo deja encargado de los de su casa, para darles de comer a su debido tiempo? Dichoso el criado a quien su amo, cuando llega, lo encuentra cumpliendo con su deber. Les aseguro que el amo lo pondrá como encargado de todos sus bienes.
Marcos 4:29
Y cuando ya el grano está maduro, lo recoge, porque ha llegado el tiempo de la cosecha.
Santiago 4:13-17
Ahora oigan esto, ustedes, los que dicen: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, y allí pasaremos un año haciendo negocios y ganando dinero, ¡y ni siquiera saben lo que mañana será de su vida! Ustedes son como una neblina que aparece por un momento y en seguida desaparece. Lo que deben decir es: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. En cambio, ustedes insisten en hablar orgullosamente; y todo orgullo de esa clase es malo. El que sabe hacer el bien y no lo hace, comete pecado.
(15 de enero) PUENTES SOBRE ABISMOS - TU MUNDO Y EL MIO
Vivimos en un mismo planeta: La tierra.
Pertenecemos a una misma especie: La especie humana.
Compartimos el pasado y el presente y también compartiremos el futuro.
Entonces ¿Por qué tenemos mundos tan diferentes?
Tenemos:
El mundo de la abundancia y el mundo de la escasez.
El mundo de la riqueza y el mundo de la pobreza.
El mundo de la educación y el mundo de la ignorancia.
El mundo del desarrollo y el mundo del subdesarrollo.
El mundo del aprovechamiento y el mundo del desperdicio.
El mundo de la limpieza y la higiene y el mundo de la basura e insalubridad.
El mundo del cuidado de la salud y el mundo del abandono de la salud.
El mundo de la paz y el mundo de la guerra.
El mundo del dominio propio y el mundo del vicio y las adicciones.
El mundo del amor y el mundo del odio.
El mundo de la bondad y el mundo de la maldad.
El mundo de la verdad y el mundo de la mentira.
El mundo de la unión y el mundo de la separación.
El mundo de los humildes y el mundo de los soberbios.
El mundo bonito y el mundo feo.
Somos todos iguales y vivimos juntos en un minúsculo punto en el universo.
Entonces, ¿Por qué tenemos mundos tan diferentes?
Los líderes y gobernantes de países y organizaciones mundiales y de cualquier tendencia política, están dedicados al logro del poder y festejan sus victorias, sumergidos de un mundo de vanidad y rodeados de escándalos de todo tipo, distanciándose cada vez más de aquellos a quienes deben servir: Todas las personas.
¿Qué diferencia hacen? ¿Qué cruel abismo es este que construimos entre mundos tan diferentes?
La mayoría de los que viven en el mundo bonito prefieren ignorar lo que ocurre al otro lado del abismo, en el mundo feo. Existen, sin embargo, otros que ven más allá, se preocupan e intentan construir puentes que crucen el abismo. Esas personas son como ángeles. ¿Qué lleva a esas personas a abdicar de todo confort y viajar por medio mundo para aliviar un corazón entristecido? Se Involucran durante años en trabajos humanitarios buscando medios de buscar una solución para tantos problemas encontrados. Llaman la atención del mundo hacia las causas humanitarias, involucrándose intensamente en cada proyecto, independientemente de los riesgos.
Estas personas piensan que ayudar al prójimo los conduce a una vida con significado. Preocupándose por otros intentan que el mundo sea un poco mejor. Las cuestiones que otros consideran públicas y responsabilidad de gobiernos y organizaciones, lo asumen como su responsabilidad personal. Son héroes con los ojos vueltos hacia el mundo real, que ellos intentan mejorar con amor, compasión solidaridad, generosidad y valor. Ellos han aprendido que la felicidad es la certeza de que nuestra vida no está pasando inútilmente.
Mateo 25:31-46
Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme. Entonces los justos preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron. Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no vinieron a visitarme. Entonces ellos le preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron. Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
(16 de enero) ¿HAS ENTERRADO ALGO?
¿Qué hacemos con las cosas malas que recibimos? ¿Qué hacemos con las ofensas, los chismes, las murmuraciones, las burlas, el rechazo, las agresiones, la infidelidad, la traición y todas las cosas malas que recibimos, que nos hieren y causan dolor? Muchos de nosotros tenemos la costumbre de enterrar todo lo que nos duele y lo enterramos bien profundo donde queda bien escondido y nadie lo puede ver.
Creemos que si está bien enterrado y escondido, donde nadie lo pueda ver, pasará y eventualmente se olvidará. Pero, no es así. Es todo lo contrario. Toda semilla enterrada, germinará, echará raíces y crecerá. Todas esas cosas desagradables que nos hieren y duelen, son semillas malas que producirán raíces de amargura, pena y tristeza. Lo peor de todo es que de esas raíces de amargura, pena y tristeza, producirán plantas que cuando crecen atan nuestra alma para limitar nuestra capacidad de amar y ser felices.
La única solución posible es desenterrar lo que hemos enterrado y entregárselo al Señor, por medio del perdón. Si, es cierto, la única solución es perdonar. Cuando no perdonamos, enterramos todas esas malas semillas, profundamente en nuestro corazón. Al perdonar, desenterramos las malas semillas y sacamos fuera del escondite todo lo desagradable que nos hirió y dolió.
Perdonar es un acto Divino y nuestro Padre celestial, nos capacitará para sanar todas las heridas por medio del perdón. La naturaleza humana nos inclina a querer tomarnos la justicia por nuestra mano vengándonos y castigando a quienes nos hicieron daño. Sin embargo, Dios es amor y su amor divino y sobrenatural todo lo abarca, incluyendo nuestra capacidad de perdonar. Por eso, Jesús nos enseñó a orar así: Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal.
Mateo 6:12
Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal.
Mateo 6:14-15
Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
Mateo 18:21-35
Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: Señor, ¿cuántas veces deberé perdonar a mi hermano, si me hace algo malo? ¿Hasta siete? Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Por esto, sucede con el reino de los cielos como con un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Estaba comenzando a hacerlas cuando le presentaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, para que quedara pagada la deuda. El funcionario se arrodilló delante del rey, y le rogó: Tenga usted paciencia conmigo y se lo pagaré todo. Y el rey tuvo compasión de él; así que le perdonó la deuda y lo puso en libertad. Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero suyo que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y comenzó a estrangularlo, diciéndole: ¡Págame lo que me debes! El compañero, arrodillándose delante de él, le rogó: Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo. Pero el otro no quiso, sino que lo hizo meter en la cárcel hasta que le pagara la deuda. Esto dolió mucho a los otros funcionarios, que fueron a contarle al rey todo lo sucedido. Entonces el rey lo mandó llamar, y le dijo: ¡Malvado! Yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues tú también debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti. Y tanto se enojó el rey, que ordenó castigarlo hasta que pagara todo lo que debía. Jesús añadió: Así hará también con ustedes mi Padre celestial, si cada uno de ustedes no perdona de corazón a su hermano.
Marcos 11:25
Y cuando estén orando, perdonen lo que tengan contra otro, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados.
Lucas 6:37
No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará.
Lucas 11:4
Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación.
(17 de enero) SI ESTOY CONTENTO SOY AGRADECIDO
Un hombre dijo una vez: He aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.
Esta es una frase hermosa y muy significativa, pero no significaría tanto si no hubiese sido dicha por un hombre que fue tratado injustamente, encarcelado sin razón y que, finalmente, murió a manos de un verdugo. Este hombre fue ¡El Apóstol Pablo!
A todos nos enseñan que dar gracias es bueno, pero casi nadie nos enseña para que aprendamos a vivir agradecidos. Uno de los factores más importantes para poder vivir esta vida con poder para lograr nuestro propósito y agradar a nuestro Padre celestial, es aprender a vivir contentos y agradecidos con lo que somos, con lo que tenemos y con las circunstancias que se nos presentan en la vida.
Tratemos de contentarnos con lo que somos, con lo que tenemos y con las circunstancias que vivimos, aunque nos lleguen pensamientos de que podríamos ser más, tener más y aspirar a más. No busquemos más en el mundo externo que nos rodea, busquemos más en el mundo interno de nuestro corazón. Si no aprendemos a estar contentos con lo que somos, tenemos y vivimos, no podremos estar agradecidos y si no estamos agradecidos, no podremos conversar con El Señor, Nuestro Padre.
Jesús nos enseñó a no preocuparnos por las cosas materiales exteriores, sino a poner toda nuestra atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y entonces recibiríamos también todas estas cosas.
Cuando vivimos agradecidos con El Señor, se desatan todas las fuerzas del reino de los cielos sobre nosotros y Nuestro Padre celestial puede cumplir el plan y propósito que tiene con nosotros desde que nos formó en el vientre de nuestra madre.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Hechos 14:16-17
Aunque en otros tiempos Dios permitió que cada cual siguiera su propio camino, nunca dejó de mostrar, por medio del bien que hacía, quién era él; pues él es quien les manda a ustedes la lluvia y las buenas cosechas, y quien les da lo suficiente para que coman y estén contentos.
Filipenses 4:10-12
Me alegro mucho en el Señor de que ustedes hayan vuelto a pensar en mí. No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme. No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada.
1 Tesalonicenses 5:15-17
Tengan cuidado de que ninguno pague a otro mal por mal. Al contrario, procuren hacer siempre el bien, tanto entre ustedes mismos como a todo el mundo. Estén siempre contentos. Oren en todo momento.
1 Timoteo 6:6-8
Y claro está que la piedad es una fuente de gran riqueza, pero solo para el que se contenta con lo que tiene. Porque nada trajimos a este mundo, y nada podremos llevarnos; si tenemos qué comer y con qué vestirnos, ya nos podemos dar por satisfechos.
(18 de enero) LA OBEDIENCIA ES NUESTRO ESCUDO
Cuando obedecemos los mandatos de nuestro Señor Jesucristo, recibiremos bendiciones en nuestra vida de acuerdo a las promesas de Jesucristo. Nuestro Señor nos prometió que si obedecíamos sus mandatos:
1. Seremos dichosos.
2. Seremos discípulos de Jesucristo.
3. No moriremos.
4. Recibiremos el Espíritu Santo.
5. El Padre y Jesucristo nos amarán y Jesucristo se mostrará a nosotros.
6. El Padre y Jesucristo vivirán con nosotros.
7. Permaneceremos en el amor del Señor
Cuando obedecemos a Jesús todas estas bendiciones presentes en Sus promesas estarán presentes en nuestra vida, aunque lo que veamos con nuestros ojos físicos y percibamos con nuestra mente humana sea adverso a nosotros en ese momento. Podemos estar en la peor de las tormentas y El Señor intervendrá a nuestro favor de forma oportuna, poderosa y en muchas veces hasta de forma ilógica, todo de acuerdo a Su voluntad y plan perfecto.
Qué más poder podemos aspirar en la vida que ser los dichosos discípulos del Señor, saber que no vamos a morir jamás, tener dentro de nosotros Su Espíritu Santo, Saber que El Señor nos ama, se manifiesta cuando lo necesitamos y vive con nosotros. ¿Podría alguien querer más que esto? Y toda esa bendición viene de nuestra obediencia a lo que Jesucristo nos mandó.
No importa lo que esté en nuestra contra, tendremos a nuestra disposición los medios para frenar todo mal. El propio Señor nos hará justicia y nos proveerá de todo lo que necesitemos en cada momento. El respaldo del Señor es lo más poderoso que hay en el universo y para tenerlo sólo necesitamos guardar en nuestro corazón sus enseñanzas y seguirlas fielmente.
Cuando desde la perspectiva humana lo veamos todo cuesta arriba; no olvidemos que Su Espíritu en nuestro interior nos dará la fuerza sobrenatural que necesitamos. Por eso Jesucristo nos dice en Juan 15:
Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.
Por eso: La obediencia es nuestro mejor, único y verdadero escudo. Primeramente aprendamos y enseñemos a obedecer.
Lucas 11:28
Él contestó: ¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!
Juan 8:31
Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos.
Juan 8:51
Les aseguro que quien hace caso de mi palabra, no morirá.
Juan 14:15-16
Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que les mande otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero ustedes lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
Juan 14:21
El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
Juan 14:23
Jesús le contestó: El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
Juan 15:1-17
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho. Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos. Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.
(19 de enero) ENCIENDE TU LUZ
Tenemos una luz que podemos llevar. Tenemos una luz que puede alumbrar. Nuestra luz puede ayudar a cambiar personas y con el cambio de personas se pueden cambiar familias y a través de ellas se puede cambiar el mundo.
Nuestra luz es muy poderosa porque no es nuestra propia luz sino que es la luz universal de la creación que se refleja en nosotros. Esa luz que creó al mundo puede sanarlo de todos sus males. Esa luz tiene el poder de cambiar personas y todo el mundo.
Es la luz del amor, del amor que nos dio vida y que nos alumbra en medio de la oscuridad, de nuestra oscuridad interior y que se transforma en las tinieblas que nos rodean. Esa luz rompe las tinieblas y penetra en la más densa oscuridad para iluminar nuestro entendimiento y mostrarnos que no estamos solos, que somos seres muy amados por su creador. Es la luz del amor.
¿Quién les dirá esto a los que aún no lo saben? ¿Quién les contará que hay una luz que aún no han visto? ¿Quién les llevará la luz? ¿Quién les contará que no están solos, que aunque estén necesitados hay un creador que los ama? ¿Quién les dirá que no están huérfanos, sino que tienen un maravilloso Padre celestial?
Hay muchas personas en el mundo que viven en la oscuridad, rodeadas de tinieblas, que viven y mueren sin saber que tenían una luz para iluminarlos y sacarlos de su miseria espiritual. Hay personas que nacen, viven y mueren sin conocer el amor de Su Padre celestial, sin conocer a Jesús, sin disfrutar de la presencia del Espíritu Santo.
¿Qué hacemos? ¿Quién irá? ¡Vayamos nosotros mismos! Aprovechemos el privilegio que nos ha dado el Señor de conocer Su amor y mostremos a todos Su luz. Contémosle que hace ya más de 2000 años Jesús murió para que todos nosotros pudiéramos ver la luz, tuviéramos abundante vida aquí y en el cielo y recuperáramos la conexión con nuestro Padre celestial.
¡Vayamos en el nombre de Jesús!
Isaías 6:8
Entonces oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién voy a enviar? ¿Quién será nuestro mensajero? Yo respondí: Aquí estoy yo, envíame a mí.
Mateo 28:19-20
Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Mateo 4:16
El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en sombras de muerte.
Mateo 5:14-16
Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Lucas 1:78-79
Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.
Juan 1:1-5
En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla.
Juan 1:9
La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo.
Juan 8:12
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Juan 12:46
Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad.
(20 de enero) LAS COSAS BUENAS DE LA VIDA
La vida que Dios nos regala es maravillosa, siempre y cuando nosotros nos enfoquemos en las cosas buenas que Él Señor nos ha dado y en lugar de estar en el lado oscuro, vivamos en el lado iluminado. No hay crisis ni circunstancia adversa que pueda contra la capacidad que Nuestro Padre celestial nos ha dado de romper la oscuridad con el poder de la luz.
El Señor nos ha capacitado a todos para:
1. Soñar y transformar esos sueños en metas de vida.
2. Enfrentar sin temor los retos que se nos presentan y que nos desafían a crecer y mejorar.
3. Crear e innovar para generar ideas, inventar nuevos caminos y solucionar los problemas.
4. Comenzar, iniciar, planificar y desarrollar algo nuevo.
5. Amar a nuestra familia, vecinos y amigos, tratándolos a todos como queremos ser tratados.
6. Perdonar y buscar siempre la reconciliación y la unión.
7. Alegrar nuestra vida y la de quienes nos rodean, con buen humor, optimismo y positivismo.
Esa es la luz que destroza las tinieblas y las echa fuera de nuestro mundo. Vivir en la oscuridad es como estar muerto en vida. Vivir en la luz es tener una vida abundante y maravillosa.
Jesús es la vida y la luz. Por medio de Él tenemos una vida abundante y la luz que quita toda oscuridad de nuestra vida. Jesús es el camino, la verdad y la vida.
Juan 1:4
En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad.
Juan 5:26
Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo.
Juan 6:33
Porque el pan que Dios da es el que ha bajado del cielo y da vida al mundo.
Juan 6:48
Yo soy el pan que da vida.
Juan 6:57
El Padre, que me ha enviado, tiene vida, y yo vivo por él; de la misma manera, el que se alimenta de mí, vivirá por mí.
Juan 6:63
El espíritu es el que da vida; lo carnal no sirve para nada. Y las cosas que yo les he dicho son espíritu y vida.
Juan 8:12
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Juan 10:10
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Juan 14:6
Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
Juan 20:31
Pero estas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengan vida por medio de él.
(21 de enero) ¿QUÉ DECIDES?
Si nuestro Padre celestial quisiera que todos nosotros lo amáramos y obedeciéramos sin excepción, hubiese creado autómatas. Sin embargo, creó seres humanos con libre albedrío, para decidir si queríamos amarlo y obedecerlo o no. O sea que, tenemos que decidir voluntariamente si queremos amarlo, obedecerlo, seguirlo y aceptar Su voluntad.
EL Señor es el que decide que es lo que está bien y que es lo que está mal. Qué es bueno y que es malo. Nosotros debemos aceptar su voluntad y obedecerlo por amor. Por amor a nuestro creador, que nos ha dado todo y que como un buen Padre nos forma, disciplina, cuida, protege y provee. Pero lo hermoso de la creación es que nada es obligado, nosotros tenemos que tomar decisiones y elegir.
Nuestro Padre celestial tiene un plan y un propósito específico con cada uno de nosotros. Si nosotros lo amamos y queremos obedecerlo y hacer Su voluntad, debemos acudir más a Él en oración y a pedirle que nos muestre el camino que ha preparado para nosotros y que comparta Su plan con nosotros. Con la guía del Señor debemos tomar las decisiones correctas, hallar las mejores salidas y encauzarnos por la dirección correcta.
Nuestra vida en este mundo es un ensayo, una prueba. Porque para poder entrar en el cielo, tenemos que ser como niños y amar a nuestro Padre, obedeciendo y haciendo Su voluntad. Porque eso lo haremos allá en nuestra próxima vida en el cielo. ¿Cómo podría El Señor dejar entrar en el cielo a que no sea capaz de actuar así?
Nuestra decisión tiene implicaciones eternas. Tenemos que decidir. ¿Qué decides?
Génesis 2:15-17
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.
Génesis 3:4-5
Pero la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.
Mateo 6:10
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 12:50
Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Mateo 26:42
Por segunda vez se fue, y oró así: Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
Juan 5:30
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.
Juan 6:38
Porque yo no he bajado del cielo para hacer mi propia voluntad, sino para hacer la voluntad de mi Padre, que me ha enviado.
Juan 9:31
Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.
(22 de enero) ¿TODAVÍA ESTAMOS BUSCANDO EL DORADO?
Todos conocemos la historia de los colonizadores que vinieron al continente americano y durante décadas buscaron una ciudad construida totalmente en oro y que tenía el muy apropiado nombre de “El Dorado”. Por supuesto que nunca pudieron conseguir esta mítica ciudad. Hay varias versiones sobre el origen de la leyenda de “El Dorado”, unos dicen que los indígenas la inventaron para engañar a los españoles y distraerlos en esa búsqueda frenética de la ciudad de oro. Otros dicen que la leyenda se origina en una historia sobre los Incas que a la muerte de Atahualpa escondieron todo el oro en un lugar secreto. Hay varias versiones, pero lo cierto es que “El Dorado” nunca fue encontrado. Muchas expediciones se hicieron. Muchas personas perdieron la vida en esas expediciones. Pero al final, nada.
Lo interesante es que los colonizadores habían descubierto un continente riquísimo en oro y de hecho consiguieron mucho oro además de otros metales preciosos, piedras preciosas, minerales, agricultura, campos para ganadería, un clima con gran potencial económico y una belleza natural exuberante. No era necesario hacer un gran esfuerzo para hacerse muy rico en el nuevo continente. Sin embargo, a muchos colonizadores no les importó dejar atrás toda esa riqueza real y verdadera, por perseguir una leyenda que tocó la fibra de avaricia que los llevó al fracaso y hasta la muerte.
¿Será posible que muchos de nosotros estemos todavía buscando “Un Dorado”? ¿Será posible que en nuestra búsqueda por riquezas adicionales, nuestra búsqueda personal del tesoro del dorado, perdamos la oportunidad de disfrutar de las riquezas que ya tenemos en esta vida? Lamentablemente, la avaricia hace que los seres humanos, mientras buscan su tesoro, se olviden de vivir.
Miremos a nuestro alrededor y apreciemos toda la riqueza que “ya” tenemos, todo lo que El Señor nos ha dado. No estamos hablando solamente de riquezas materiales, estamos considerando calidad de vida, relaciones familiares, relaciones personales, estabilidad, equilibrio y sobre todo nuestra vida espiritual, nuestra relación con El Señor y nuestra expectativa de vida después de la vida. ¿Estamos dispuestos a arriesgar “todo” por perseguir un tesoro material, una riqueza adicional y mayor y cuya búsqueda podría destruir lo que ya tenemos?
No tropecemos con la leyenda de “El Dorado”.
Mateo 6:19-21
No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón.
Mateo 6:24
Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 13:44
El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un terreno. Un hombre encuentra el tesoro, y lo vuelve a esconder allí mismo; lleno de alegría, va y vende todo lo que tiene, y compra ese terreno.
Lucas 12:15-21
También dijo: Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será? Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.
Lucas 16:9
Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas.
(23 de enero) ¿DÓNDE ESTÁ DIOS?
Miremos una puesta de sol. Acariciemos una suave brisa. Disfrutemos la luz del amanecer. Bailemos bajo la lluvia. Levantemos la vista hacia el cielo azul. Acostémonos en la hierba. Escuchemos el susurro de las hojas de los árboles. Nademos en un arroyo. Oigamos el canto de las aves. Calentémonos en el sol. Percibamos los diferentes aromas de la naturaleza. Bañémonos en el mar. Contemos las estrellas en la noche. Juguemos con tierra o mejor aún con barro. Observemos la belleza natural del mundo. Saboreemos los maravillosos y contrastantes sabores de los alimentos que la creación nos ofrece.
Ahora mirémonos en un espejo. Observemos la perfección de nuestras manos. Meditemos en nuestra capacidad para crear e innovar. Pensemos en nuestra habilidad para resolver problemas. Analicemos nuestra capacidad para amar y relacionarnos con otras personas.
Ahí está Dios, El Señor, nuestro Padre que está en el cielo. Él está presente en todo lo que nos rodea y en todo lo que somos. Lo más asombroso es que nos ama y nos quiere acompañar y guiar de la mano para llevarnos a cumplir el propósito de nuestra vida, sólo tenemos que buscarlo y escucharlo. Quiere vivir en nosotros, sólo tenemos que obedecerlo.
Busquémoslo en el silencio de nuestra intimidad y cuando estamos solos, sin nada ni nadie que nos distraiga. Hablemos con nuestro Padre y esperemos en silencio su respuesta. Él nos conducirá a una vida abundante, ordenada y disciplinada y comprenderemos que Él es la razón de nuestro existir, el por qué estamos aquí, el único en quién podemos confiar, nuestro fundamento y roca sólida, nuestro protector y defensor.
Nunca más nos preguntaremos ¿Dónde está Dios?
Mateo 6:6
Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Mateo 10:30
En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno.
Mateo 18:14
Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.
Mateo 23:9
Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo.
Lucas 11:13
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Lucas 12:32
No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.
(24 de enero) INFORMACIÓN o FE
En momentos de crisis ¿A qué recurrimos? ¿Información o fe? Hace años que la palabra más escuchada en todos los medios es “crisis”. Crisis de todo tipo nos rodean y acosan, afectando nuestra vida personal y familiar. Las crisis nos afectan porque producen miedo, temor, ansiedad y angustia. El asunto es: ¿Tratamos de informarnos lo mejor posible sobre la crisis, cuando esa información nos produce más temor, miedo, ansiedad y angustia? O simplemente confiamos en que somos hijos de Dios y que Él nos guiará a destinos seguros y nos proveerá de todo lo que necesitemos. ¿Escuchamos las voces de crisis o nos basamos en nuestra fe?
La información que produce miedo, temor, ansiedad y angustia nos hace percibir un futuro incierto y negativo. Por el contrario, la fe cree y tiene la plena seguridad de recibir lo que esperamos como hijos de Dios y nos convence de esa realidad aunque aún no la veamos. Tenemos que elegir entre dos pensamientos: El optimismo y positivismo que se origina en nuestra seguridad en nuestro Padre que está en el cielo o el pesimismo y negativismo que se origina en las informaciones que recibimos. No podemos tener ambos pensamientos al mismo tiempo. Así que tenemos que hacer una elección en nuestra mente y esta elección determina nuestros sentimientos y emociones, que a su vez determinan nuestras actitudes y acciones, que eventualmente determinan nuestros hábitos, nuestro carácter y finalmente determinan nuestro destino de éxito o fracaso.
En temporada de crisis no hay que dejarse vencer por las informaciones que nos inmovilizan, más bien hay que ser creativos, tomar la iniciativa llenos de fe y esperanza y buscar nuevos caminos y soluciones. Levantémonos y derrotemos a todos los gigantes que nos amenazan, igual que David derrotó a Goliat. Confiemos en Dios todopoderoso, nuestro Padre celestial, creador de todo lo visible e invisible, El Señor de todos los señores y El Rey de todos los reyes. Aprendamos que las crisis, de la mano de El Señor, son oportunidades para aprender, fortalecernos y crecer.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 8:26
Él les contestó: ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo.
Mateo 14:31
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
Mateo 17:20
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de aquí y vete a otro lugar, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
Mateo 21:21
Jesús les contestó: Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: Quítate de ahí y arrójate al mar, así sucederá.
Hebreos 11:1
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.
(25 de enero) ¿CÓMO REACCIONAMOS FRENTE A LA AUTORIDAD?
La definición de la palabra autoridad dice que la autoridad es el poder que nos gobierna y ejerce el mando de hecho o de derecho, con potestad, facultad y legitimidad. La pregunta obvia es: ¿Quién nos gobierna de hecho o derecho y que tenga la potestad, la facultad y la legitimidad para hacerlo? La respuesta no es fácil. Estamos buscando a alguien que tenga el poder para gobernar, que esté facultado para gobernar y que tenga la legitimidad para gobernar.
Cuando alguien tiene el poder para gobernar legítimamente y está facultado para eso, estará a nuestro servicio, tomará medidas para nuestro bien y cuidará de nuestros intereses, ya sea que lo comprendamos o no, que nos guste o no. El hecho de que el gobernante esté a nuestro servicio, para nuestro bien y cuidando de nuestros intereses, no significa que todo lo que haga nos va a gustar porque en muchas ocasiones un buen gobernante al igual que un buen padre, debe poner ciertas reglas y normas de orden y disciplina por el bien de la colectividad.
Casi todos nosotros diríamos que estaríamos dispuestos a someternos a un gobernante así, pero lamentablemente no es verdad. Somos rebeldes por naturaleza y si no somos capaces de someternos a la autoridad de Dios que gobierna de hecho y con todo el derecho, que tiene todo el poder para gobernar porque es todopoderoso, que está facultado para gobernar porque todo lo sabe y todo lo ve y que además gobierna legítimamente porque es el creador de todo lo visible e invisible, ¿cómo vamos a someternos a una autoridad terrenal?
Hay frases muy comunes y populares que resumen nuestra rebeldía: vivo la vida a mi manera, somos dueños de nuestro destino, soy libre para escoger como quiero vivir la vida. En pocas palabras, esas frases expresan la filosofía de numerosas personas y de la cultura dominante en el mundo. Esos conceptos proclaman nuestra orgullosa pretensión de independencia a toda autoridad, incluyendo independencia de la autoridad máxima Dios. ¿A dónde nos ha conducido esto? Sólo necesitamos mirar a nuestro alrededor para ver los resultados. El mismo desorden que impera en una familia donde nadie respeta la autoridad, impera en nuestro mundo donde se ha perdido todo respeto a la autoridad, sobre todo a la autoridad de Dios.
Si tenemos un Padre en el cielo que nos gobierna, con todo el derecho porque es el Rey del universo, con todo el poder porque es todopoderoso, con toda facultad porque todo lo sabe y con toda legitimidad porque es el creador de todo, ¿Por qué no queremos someternos a Él?
Mateo 28:18
Jesús se acercó a ellos y les dijo: Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.
Juan 5:26-27
Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, por cuanto que es el Hijo del hombre.
Juan 10:25
Jesús les contestó: Ya se lo dije a ustedes, y no me creyeron. Las cosas que yo hago con la autoridad de mi Padre, lo demuestran claramente.
Juan 13:2
El diablo ya había metido en el corazón de Judas, hijo de Simón Iscariote, la idea de traicionar a Jesús. Jesús sabía que había venido de Dios, que iba a volver a Dios y que el Padre le había dado toda autoridad; así que, mientras estaban cenando, se levantó de la mesa, se quitó la capa y se ató una toalla a la cintura.
Juan 17:2
Pues tú has dado a tu Hijo autoridad sobre todo hombre, para dar vida eterna a todos los que le diste.
Mateo 20:25-28
Pero Jesús los llamó, y les dijo: Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud.
Mateo 7:28-29
Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley.
Mateo 9:6
Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. Entonces le dijo al paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Mateo 10:1
Jesús llamó a sus doce discípulos, y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias.
Mateo 12:8
Pues bien, el Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.
Lucas 4:36
Todos se asustaron, y se decían unos a otros: ¿Qué palabras son estas? Con toda autoridad y poder este hombre ordena a los espíritus impuros que salgan, ¡y ellos salen!
(26 de enero) OREMOS CONSTANTEMENTE
¿Qué significa orar constantemente? No significa estar todo el día repitiendo largas oraciones, desconectados de la realidad que nos rodea. Orar constantemente significa:
1. Tener siempre nuestros ojos espirituales mirando a Jesús.
2. Orar como si estuviéramos respirando, exhalando lo malo e inhalando el Espíritu Santo.
3. Estar en permanente comunicación con el Señor, pensando en Él constantemente.
4. Pedir ayuda al Espíritu Santo antes de comenzar cualquier tarea.
5. Pedir sabiduría divina en cada cosa que hagamos.
6. Pedir al Señor que nos guíe en todos nuestros caminos.
7. Consultar con el Señor, cada problema, cada decisión.
La oración permanente y constante nos evita caer en la tentación de tomar decisiones sin consultar al Señor, nos fortalece, nos anima, nos aparta del enemigo y nos permite presentarnos delante del Señor.
Orar constantemente nos llena del Espíritu Santo con su amor, alegría, paz, paciencia. Bondad, amabilidad, fidelidad, humildad y dominio propio.
Si queremos vivir la vida abundante y de poder que El Señor nos ha prometido, necesitamos aprender a orar constantemente.
Mateo 6:7
Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios.
Mateo 26:41
Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles.
Lucas 6:12
Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios.
Lucas 18:1
Jesús les contó una parábola para enseñarles que debían orar siempre, sin desanimarse.
Lucas 21:36
Estén ustedes preparados, orando en todo tiempo, para que puedan escapar de todas estas cosas que van a suceder y para que puedan presentarse delante del Hijo del hombre.
Lucas 22:46
Les dijo: ¿Por qué están durmiendo? Levántense y oren, para que no caigan en tentación.
(27 de enero) ¡BÁJATE DEL TREN!
Las culturas son como corrientes, con sus modas, sus costumbres, sus hábitos y sus filosofías propias. Es como viajar es un tren, donde todos los pasajeros tienen un mismo destino y durante el viaje, comen las mismas comidas, ven las mismas películas, participan en los mismos juegos, cantan las mismas canciones y descansan a las mismas horas. Las culturas son trenes que nos llevan a todos juntos, haciendo las mismas cosas y a un destino común.
¿Cuál es la cultura predominante actualmente? No es fácil definir en pocas líneas la cultura predominante en la actualidad y tampoco es fácil incluir a la mayoría dentro de unos parámetros predominantes. Sin embargo, podemos observar que existen líneas que se han dibujado y que están presentes en casi todas las expresiones de nuestra cultura, como son: el consumismo, el hedonismo, el narcisismo, la avaricia, la rebeldía y la falta de identidad. También podemos observar la búsqueda desenfrenada e irreflexiva de un estilo de vida que ajusta sus principios para atesorar esos valores.
Muchos de nosotros no estamos de acuerdo con esa cultura, sus principios y valores, pero no hacemos nada al respecto. Viajamos en ese tren y aceptamos su destino y sus actividades abordo. Aceptamos los contenidos de televisión, Internet, revistas y cine. También participamos sin problemas en sus conversaciones, aceptamos su influencia en nuestras familias y hasta trabajamos a favor con nuestra profesión y empleos. ¿Es posible reaccionar? ¿Cómo podríamos hacer algo para cambiar al mundo? ¿Cómo hacer que el tren cambie de destino? ¿Cómo variar las actividades dentro del tren?
Es muy probable que nosotros no podamos cambiar al mundo, pero si podemos cambiar nosotros. Podemos decidir que no queremos viajar en ese tren y bajarnos en la próxima estación. Aunque seamos los únicos en bajarnos y nos toque viajar solos. Si nosotros cambiamos, tendremos la oportunidad de cambiar a nuestras familias y a los que están cerca de nosotros. Si esto se repite podría comenzar una cadena que pueda cambiar comunidades, sociedades y finalmente países y el mundo. Pero si nosotros no cambiamos, no habrá oportunidad de ningún cambio.
La palabra, enseñanzas y mandatos de Nuestro Señor no se refieren a cambios y soluciones grupales y generales, sino a cambios personales. El Señor nos pide a cada uno de nosotros que cambiemos y lo sigamos a Él, rompiendo con el mundo, sus ideas y costumbres. En lugar de copiar las modas, el ser humano debe dar prioridad a la búsqueda de la verdad.
Mateo 4:8-10
Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos, le dijo: Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: Vete, Satanás, porque la Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.
Mateo 10:22
Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.
Mateo 16:26
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?
Mateo 18:7
¡Qué malo es para el mundo que haya tantas incitaciones al pecado! Tiene que haberlas, pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás!
Lucas 12:49
Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo!
Juan 7:7
Los que son del mundo no pueden odiarlos a ustedes; pero a mí me odian, porque yo hago ver claramente que lo que hacen es malo.
Juan 12:25
El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Juan 14:16
Y yo le pediré al Padre que les mande otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero ustedes lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
Juan 14:27
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Juan 15:18-19
Si el mundo los odia a ustedes, sepan que a mí me odió primero. Si ustedes fueran del mundo, la gente del mundo los amaría, como ama a los suyos. Pero yo los escogí a ustedes entre los que son del mundo, y por eso el mundo los odia, porque ya no son del mundo.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Juan 17:14
Yo les he comunicado tu palabra, pero el mundo los odia porque ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
(28 de enero) ¡TU ERES ASÍ!
Todos nosotros tenemos la capacidad de encender una luz con nuestras palabras, reducir la tensión con nuestra amabilidad, romper la soledad con nuestra presencia, alegrar con nuestra actitud, sembrar la paz con nuestro consejo, tocar almas con nuestra bondad, aligerar las cargas con nuestra paciencia, crear nexos con nuestra fidelidad, enseñar con nuestra humildad, brindar esperanzas con nuestra visión, derrotar el odio con amor y crear metas con nuestros sueños.
Todos nosotros somos así y es por eso que somos necesarios, porque dejamos que El Señor nos use para que el fruto de Su Espíritu se manifieste en nosotros y ayudemos a nuestro prójimo con amor. ¿Tú no crees que todos somos así? ¿No? ¿No crees que tú seas así? ¡No puede ser! Todos somos iguales porque hemos sido creados a la imagen y semejanza de Dios. Si no lo vemos, ni lo evidenciamos, es porque no lo deseamos o no se lo hemos pedido a nuestro Padre celestial.
Pero, aunque nos cueste trabajo creerlo, nosotros “todos” somos así. Lo que tenemos que hacer es sembrar el Espíritu Santo de nuestro Señor en nuestro corazón para poder cosechar Su Fruto en nuestras vidas y ser la luz que estamos destinados a ser. Si no sabes como sembrar el Espíritu Santo de nuestro Señor en el corazón, te informo que es muy fácil. Sólo pídele a tu Padre celestial, en e nombre de Jesús, que quieres sembrar Su Espíritu en tu corazón y Él hará el resto. Te invito a sembrar y te espero en la cosecha.
Mateo 10:20
Pues no serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
Mateo 12:18
Aquí está mi siervo, a quien he escogido, mi amado, en quien me deleito. Pondré sobre él mi Espíritu, y proclamará justicia a las naciones.
Lucas 4:18-1
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.
Lucas 11:13
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Juan 3:6
Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu.
Juan 3:34
Pues el que ha sido enviado por Dios, habla las palabras de Dios, porque Dios da abundantemente su Espíritu.
Juan 7:37-39
El último día de la fiesta era el más importante. Aquél día Jesús, puesto de pie, dijo con voz fuerte: Si alguien tiene sed, venga a mí, y el que cree en mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquél correrán ríos de agua viva. Con esto, Jesús quería decir que los que creyeran en él recibirían el Espíritu; y es que el Espíritu todavía no estaba, porque Jesús aún no había sido glorificado.
Juan 14:15-17
Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que les mande otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero ustedes lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes.
Juan 14:26
Pero el Defensor, el Espíritu Santo que el Padre va a enviar en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho.
Juan 20:22
Y sopló sobre ellos, y les dijo: Reciban el Espíritu Santo.
Gálatas 5:22-23
En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley.
Efesios 5:8-10
Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad. Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor.
(29 de enero) TENGAMOS VALOR Y FIRMEZA
¿Conoces a Glenn Cunningham? Probablemente no, porque fue conocido y famoso hace mucho tiempo.
Glenn Cunningham se ganó el apodo de "Kansas Iron Man" el “Hombre de Hierro de Kansas”:
· En 1909 nace Glenn Cunningham en Atlanta, Kansas el día 4 de agosto.
· En la década de 1930 fue uno de los mejores atletas del mundo.
· En 1932 fue cuarto en los juegos olímpicos en los 1500 metros.
· Fue miembro del equipo olímpico de los Estados Unidos desde 1932 hasta 1936.
· En 1933 ganó el prestigioso “Sullivan Memorial Trophy”, como el más sobresaliente atleta amateur.
· En 1933 se graduó en la Universidad de Kansas con el más alto índice académico.
· En la Universidad de Kansas, ganó dos títulos nacionales.
· En 1933 ganó los 800 metros con un tiempo de 1:51.8 y los 1500 metros con un tiempo de 3:52.3.
· En 1933 ganó ocho coronas en competencias atléticas, cinco de ellos en el exterior.
· En 1934 estableció un récord mundial para la milla en 4:06.8.
· Mantuvo el record para la milla desde 1934 hasta 1937.
· En 1936 fue segundo en los juegos olímpicos en los 1.500 metros.
· En 1936, después de las olimpíadas estableció un récord mundial para 800 metros en 1:49.7.
· En 1936 Obtuvo una Maestría de la Universidad de Iowa.
· En 1938, corrió la milla en 4:04.4.
· Se retiró de la competencia en 1940.
· En 1940 obtuvo Doctorado de la Universidad de Nueva York en Educación Física.
· Durante cuatro años fue Director de Educación Física en la Universidad de Cornell en Iowa.
· Luego Cunningham y su esposa abrieron el Glenn Cunningham Ranch en Kansas.
· En el Rancho ayudó alrededor de 10.000 niños desfavorecidos.
· Más adelante se convirtió en un predicador laico.
· Murió en Arkansas el 10 de marzo de 1988.
Impresionante ¿Verdad? Sin embargo, más impresionante es conocer la historia de Glenn Cunningham antes de la década de los años 30:
· En 1909 nace Glenn Cunningham en Atlanta, Kansas el día 4 de agosto.
· En Febrero de 1916, Glenn y su hermano Floyd se quemaron gravemente en un incendio accidental en su escuela.
· Floyd Cunningham murió y todos los médicos diagnosticaron que el agonizante Glenn también moriría.
· Glenn sobrevivió.
· Los médicos estaban preparados para amputarle sus dos piernas, destruidas por las quemadas.
· Glenn Cunningham se recuperó sin amputarle las piernas pero quedó inválido en una silla de ruedas.
· A pesar de su corta edad Glenn Cunningham tenía la determinación de volver a caminar.
· Comenzó a ponerse de pie sostenido por la cerca del jardín.
· Luego caminó tambaleándose.
· Cuando pudo caminar comenzó a caminar a la escuela.
· Después corría hasta la escuela.
· A los doce años ya era el campeón de atletismo de la escuela.
El niño que debía haber muerto sobrevivió. Nunca debió haber caminado pero corrió. No solamente corrió sino que fue un atleta campeón en los Estados Unidos y en el mundo. Fue famoso. Dejó huella. Ayudo a muchos.
No crean que después que se recuperó todo era perfecto y maravilloso:
· Sus piernas permanecieron con profundas cicatrices toda su vida.
· Debido a los problemas de circulación causados por las quemaduras, Cunningham necesitaba casi una hora para prepararse para una carrera.
· En primer lugar necesitaba masajes en sus piernas y un largo período de calentamiento.
· Sus lesiones nunca le permitieron ser un corredor parejo y eficiente.
· El compensaba su desventaja con fuerza y resistencia.
Cuando nos esforzamos y hacemos lo que debemos hacer en lugar de lo que queremos hacer, Nuestro Señor, Nuestro Padre que está en el cielo, hace lo que nosotros nunca podríamos hacer.
¿Nos ha quemado la vida, Nos ha dejado inmóvil, Nos ha dejado cicatrices? ¡Levantémonos! ¡Caminemos! ¡Corramos! ¡Esforcémonos! ¡Seamos valientes! ¡Seamos firmes y perseverantes!
Josué 1:9
Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.
Mateo 13:21
Pero como no tienen suficiente raíz, no se mantienen firmes; cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fallan.
Mateo 24:13
Pero el que siga firme hasta el fin, se salvará.
Lucas 8:15
Pero la semilla que cayó en buena tierra, son las personas que con corazón bueno y dispuesto escuchan y hacen caso del mensaje y, permaneciendo firmes, dan una buena cosecha.
Lucas 22:32
Pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes.
(30 de enero) ¿CÓMO SE DEMUESTRA EL VALOR?
Nuestro Señor nos manda a tener valor y firmeza. El nos dice: Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas. (Josué 1:9)
La pregunta es: ¿Cómo es el valor que El Señor nos ha mandado a tener? ¿Cómo se demuestra ese valor? EL valor que El Señor nos manda a tener, se demuestra en la vida de hombres de Dios como Abraham, Moisés, Josué, Elías y por supuesto, Jesucristo.
Ese valor se demuestra:
1. Sometiéndonos incondicionalmente al Señor en obediencia.
2. Eliminando todo obstáculo que nos impida obedecerlo.
3. Rechazando asociaciones con personas que no sigan los principios establecidos por Él.
4. Denunciando toda acción contraria a Sus enseñanzas y mandatos.
5. Enfrentando con firmeza la oposición y las consecuencias que resulten de nuestra fidelidad a Él.
6. Manteniendo viva Su Palabra en el mundo.
7. Desechando cualquier temor por lo que pueda sucedernos por seguirlo incondicionalmente.
¡Se necesita mucho valor para vivir así! ¡Qué esa sea nuestra meta y motivación!
Seamos hijos valientes, seguidores obedientes e incondicionales de Nuestro Padre que está en el cielo, siguiendo el ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo.
Salmo 118:6
El Señor está conmigo; no tengo miedo. ¿Qué me puede hacer el hombre?
Mateo 10:26-31
No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse. Lo que les digo en la oscuridad, díganlo ustedes a la luz del día; y lo que les digo en secreto, grítenlo desde las azoteas de las casas. No tengan miedo de los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma; teman más bien al que puede hacer perecer alma y cuerpo en el infierno. ¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.
Lucas 1:73-75
Y este es el juramento que había hecho a nuestro padre Abraham: que nos permitiría vivir sin temor alguno, libres de nuestros enemigos, para servirle con santidad y justicia, y estar en su presencia toda nuestra vida.
Lucas 5:10
También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
Lucas 9:51
Cuando ya se acercaba el tiempo en que Jesús había de subir al cielo, emprendió con valor su viaje a Jerusalén.
Lucas 12:32
No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
(31 de enero) ¿QUIÉN MÁS NOS HA TRATADO ASÍ?
Nos cargaron y sostuvieron en sus brazos. Nos alimentaron y asearon. Nos vistieron. Nos enseñaron a caminar. Nos prepararon comidas exquisitas. Nos llevaron al colegio y nos compraron los útiles escolares. Nos compraron ropa linda. Nos festejaron Nuestros cumpleaños y nos compraron regalos. Nos apoyaron cuando tuvimos problemas. Nos llevaron a comprar helados. Nos cuidaron cuando estábamos enfermos. Nos acompañaron en nuestras tristezas, penas, dolores y frustraciones. Nos llevaron a todas las actividades que teníamos. Nos levaron a pasear. Nos aconsejaron y educaron. Nos llevaron de vacaciones. Nos abrazaron y besaron. Nos enseñaron a conducir el automóvil. Nos ayudaron a decidir que estudiar. Nos hicieron una fiesta de graduación. Nos ayudaron con nuestra boda. Nos ayudaron a formar nuestro prime hogar. Nos ayudaron a cuidar a nuestros hijos.
No hay sustituto para ellos. Aunque no lo creamos son nuestros mejores amigos. ¡Son nuestros padres! Es probable que nuestros padres no hayan hecho todo eso, porque son seres humanos y no son perfectos y porque quizá no tenían todos los recursos para hacerlo, pero todo eso estaba en el corazón de nuestros padres, aunque no lo hayan podido hacer. ¿Hemos separado tiempo para estar con ellos y hacer por ellos un poquito de lo que ellos hicieron por nosotros?
Seamos prudentes y generosos, mostrándoles el debido respeto, aunque pensemos diferente de ellos. Cuando se vayan de este mundo, solamente nos quedarán los recuerdos y ya será muy tarde para honrarlos. Honrémoslos en vida aunque no hayan sido perfectos ¡Es un mandamiento de Dios!
Éxodo 20:12
Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios.
Mateo 7:9-11
¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!
Mateo 19:19
Honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo.
Marcos 10:19
Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie ni engañes; honra a tu padre y a tu madre.
Lucas 11:11-13
¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Lucas 18:20
Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, y honra a tu padre y a tu madre.
(1 de febrero) LA NIÑA DE MIS OJOS
Mi amor es un río con abundante caudal.
Mi amor nunca se seca.
Mi amor siempre llena tu necesidad.
Mi amor es inagotable.
Mi amor no puede perderse.
Mi amor no se gana con méritos.
Mi amor se recibe como un regalo.
Mi amor te acepta tal como eres.
Mi amor conoce tus defectos.
Mi amor abraza tus debilidades.
Mi amor recibe tus tropiezos.
Mi amor soporta tus caídas.
Mi amor por ti es inalterable.
Mi amor te hace digno.
Mi amor nunca decae.
Mi amor no disminuye.
Mi amor siempre aumenta.
Mi amor te sostiene.
Mi amor te cuida con ternura.
Así es Mi Amor por ti, porque eres la niña de Mis ojos.
Deuteronomio 32:10
Los encontró por el desierto, por tierras secas y azotadas por el viento; los envolvió en sus brazos, los instruyó y los cuidó como a la niña de sus ojos.
Salmos 17:8
Cuídame como a la niña de tus ojos; protégeme bajo la sombra de tus alas.
Zacarías 2:8
El Señor todopoderoso me ha enviado con este mensaje contra las naciones que los saquearon a ustedes: Cualquiera que toca a mi pueblo, toca a la niña de mis ojos. Por eso, yo mismo lucharé contra esas naciones, y haré que sus propios esclavos las saqueen. Así mostrará su gloria el Señor todopoderoso, y así comprenderán ustedes que él fue quien me envió.
Juan 1:14
Aquel que es la Palabra se hizo hombre y vivió entre nosotros. Y hemos visto su gloria, la gloria que recibió del Padre, por ser su Hijo único, abundante en amor y verdad.
Juan 17:26
Les he dado a conocer quién eres, y aún seguiré haciéndolo, para que el amor que me tienes esté en ellos, y para que yo mismo esté en ellos.
(2 de febrero) ¿TIENES ALGÚN RECLAMO?
Hay reclamos que son perennes y universales, porque los hacemos la mayoría de nosotros permanentemente:
Antes todo era mejor. El gobierno no sirve. Las autoridades no hacen nada. Todo está estancado. Los productos no sirven. No vemos progreso. El clima está terrible. Mi cónyuge es insoportable. Todos mis amigos se fueron. Estos niños me exasperan. Siempre hay problemas de salud. Todo está sucio. Nadie me comprende. Siempre estamos atrasados. Mis asuntos no avanzan. Nadie reconoce mis méritos. Todo está muy caro. Nada funciona bien. El dinero no alcanza. El tiempo no alcanza.
¡Que vida! Y además siempre nos preguntamos:
¿Por qué nacimos sin fortuna? ¿Por qué nuestros padres fueron así? ¿Por qué ganamos poco dinero? ¿Por qué estamos frustrados y desorientados? ¿Por qué no tenemos un cónyuge mejor y una familia mejor? ¿Por qué la vida es tan dura? ¿Por qué no podemos ser diferentes?
Esto está difícil ¿Cierto? Pero ahora, prestemos mucha atención al ejemplo de Jesús:
No fue dueño de nada, sólo tenía su manto. Nunca se graduó. Nunca tuvo un cargo importante. Nunca le dieron posiciones de poder. Nunca tuvo fortuna. Sin embargo, nunca se quejó. Todo lo que tuvo Jesús fue prestado: El establo donde nació, el burro que montó, los panes y los peces que multiplicó, el aposento de la última cena, la embarcación en que navegó y el sepulcro donde lo enterraron. Nunca pidió más.
¿Tenemos todavía algún reclamo? ¡Creo y espero que no!
Aprendamos valorar mejor nuestra vida y lo que El Señor ha dispuesto para nosotros en Su Perfecta Sabiduría y Santa Voluntad.
Mateo 12:34
¡Raza de víboras! ¿Cómo pueden decir cosas buenas, si ustedes mismos son malos? De lo que abunda en el corazón, habla la boca.
Lucas 6:45
El hombre bueno dice cosas buenas porque el bien está en su corazón, y el hombre malo dice cosas malas porque el mal está en su corazón. Pues de lo que abunda en su corazón habla su boca.
Mateo 27:12
Mientras los jefes de los sacerdotes y los ancianos lo acusaban, Jesús no respondía nada.
Marcos 15:4
Pilato volvió a preguntarle: ¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te están acusando.
(3 de febrero) LIBRE ALBEDRÍO
Hijo mío, te amo profundamente y quiero protegerte, cuidarte y mantenerte a salvo, pero debo aclararte como es la vida:
Te doy la vida, pero que no la vivo por ti.
Te enseño todo sobre la vida, pero no te obligo a aprender.
Te doy direcciones, pero no soy responsable por lo que haces.
Te instruyo en lo malo y lo bueno, pero no decido por ti.
Te doy amor, pero no te obligo a aceptarlo.
Te doy mandatos, pero no te fuerzo a seguirlos.
Te doy consejos, pero no te exijo escucharlos y aceptarlos.
Te alerto sobre los vicios, pero digo “no” por ti.
Te exhorto a tener metas, pero no las establezco a por ti.
Te hablo sobre la bondad, pero no te obligo a ser bondadoso.
Te hablo sobre el mal, pero no te impido ser malo.
Te he dado todas las oportunidades porque te amo.
Pero, lo que hagas de tu vida, dependerá de ti.
Siempre estoy junto a ti, pero las decisiones las tomas tú.
Te daré mi luz para que puedas ver las decisiones correctas.
Sin embargo, te he dado libre albedrío
La vida es el regalo que Yo te hago.
La forma en que vivas tu vida, es el regalo que tú me haces a Mí.
¡Deseo que tengas una hermosa vida y que al final vengas a reunirte conmigo!
¡Te bendeciré por donde quiera que vayas, si me sigues y me obedeces!
Tu Padre Celestial.
Mateo 5:16
Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Mateo 5:19
Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.
Mateo 5:44-45
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos.
Mateo 5:48
Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 12:50
Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Mateo 18:14
Así también, el Padre de ustedes que está en el cielo no quiere que se pierda ninguno de estos pequeños.
Mateo 23:9
Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo.
Lucas 10:21
En aquel momento, Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.
(4 de febrero) URGENTE SE DISFRAZA DE RELEVANTE
Urgente es una palabra que significa tener una necesidad apremiante de hacer algo y también es la obligación inmediata de cumplir con algo o alguien. Lamentablemente este el estilo con el que vivimos día a día en nuestra agitada vida. Urgente, se ha convertido en nuestro ritmo normal de vida y en cierta forma nos hemos acostumbrado a pasar la vida con este modo urgente de vivir. Sin embargo, esa es la manera más pobre de vivir sobre este mundo, porque el día que partamos de esta vida, dejaremos atrás todo lo urgente y cualquier urgencia en ese momento dejará de tener relevancia y quizá, entonces nos preguntaremos sobre las cosas que eran verdaderamente importantes y no hicimos.
Importante es lo que todo lo que nos conviene, nos provee bienestar y nos ayuda a crecer. Lo importante nos interesa porque siempre nos deja algo de provecho. Por lo tanto, debemos colocar prioridades en nuestras actividades y en la distribución de nuestro tiempo para no dedicarle lo mejor y más relevante de nuestras vidas a las urgencias. Las verdaderas urgencias hay que atenderlas, pero el estilo actual de vida es definirlo todo como urgente y entonces lo que es importante nunca se hace. Así se nos escapará la vida sin darnos cuenta.
Lo que si es verdaderamente importante es que nos detengamos y hagamos un alto en nuestra apremiante y ajetreada vida, para preguntarnos: ¿Qué significado tiene todo lo que hacemos? Necesitamos que comprender la importancia de percibir el mundo que nos rodea, para poder percibir la creación, la naturaleza y las personas, porque estamos rodeados de tesoros que nunca percibimos por vivir urgentemente. Lo que es aún más importante es que aprendamos a vivir como hermanos y tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, amando y expresando nuestro amor a nuestra familia, vecinos y amigos. Importantísimo es entender que estamos vivos en este mundo, con un Propósito Divino que está contenido dentro de lo que es importante y no dentro de las urgencias. Que cuando lleguemos al punto del camino donde no hay punto de retorno y se nos informa que el tiempo asignado se ha terminado, miraremos hacia atrás y sólo lo importante será relevante en ese momento, aunque lo urgente se disfraza de relevante en el tiempo presente.
Somos hijos de Dios, el nos ama y quiere vernos felices y cumpliendo Su propósito. No aceptemos el disfraz de relevancia que nuestro enemigo “Urgente” utiliza para engañarnos.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Juan 14:1-3
No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar.
Juan 14:27
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
(5 de febrero) ¿DÓNDE VIVES?
¿En qué país vivimos? ¿En qué ciudad? ¿En qué sector? ¿En qué casa o edificio? ¿En qué familia? ¿Nos gusta dónde vivimos? ¿Hay problemas dónde vivimos? ¿Hay crisis dónde vivimos? ¿Nos gustaría vivir en otro lugar? No importa donde vivimos porque independientemente del lugar que nos rodee, siempre podemos vivir en el Reino de Dios, El Señor, nuestro Padre celestial.
El Reino de Dios se encuentra dentro de nosotros, a diferencia de los países, ciudades, sectores, edificaciones y familias, que se encuentran fuera de nosotros. Por eso, independientemente del lugar exterior donde vivimos, siempre podemos vivir en el Reino de Dios que está dentro de nosotros. Él Reino Celestial de Dios es invisible, ya existe y está en plena operatividad. ¿Vivimos ahí?
Si tenemos a Jesús en nuestro corazón y estamos llenos de Su Espíritu Santo, entonces vivimos en el Reino de Dios, vivimos en el cielo aquí en la tierra. Vivimos en el cielo de Su amor, alegría, paz, paciencia, bondad, amabilidad, fidelidad, humildad, dominio propio y vivimos llenos de seguridad, confianza, sueños y esperanza, además tenemos visión y propósito de vida. En espíritu ya estamos en el cielo. De manera que si todavía buscamos el Reino de Dios en la tierra, sólo tenemos que buscar dentro de nuestro corazón.
¡Los que hemos encontrado a Jesús y a través de Él nos hemos reconciliado con nuestro Padre que está en el cielo y que lo amamos con toda nuestra fuerza, con toda nuestra alma, con todo nuestro corazón, y con toda nuestra mente y a nuestro prójimo como a nosotros mismos, hemos descubierto un paraíso terrenal, la tierra prometida de Su Reino dentro de nosotros! Él ha llevado nuestra alma y espíritu al cielo.
Pero los que no han tenido este encuentro y no han recibido a Jesús como Señor y Salvador, viven en el infierno del mundo con su odio, tristeza, contienda, guerra, impaciencia, maldad, rudeza, infidelidad, soberbia, orgullo, vanidad, falta de control y dominio, llenos de inseguridad, desconfianza, temor, miedo, depresión, desesperanza, falta de visión y sin propósito en esta vida.
Aceptemos a Jesús en nuestro corazón y comenzaremos a disfrutar del cielo en la tierra, el Reino de Dios en nuestro corazón ¡Ahora Mismo! Él Reino de Dios se ha acercado a nosotros. Está aquí. Jesucristo lo trajo. No lo desechemos. Creámoslo, aceptémoslo, arrepintámonos y entremos en Su Reino.
Mateo 3:2
En su proclamación decía: ¡Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca!
Mateo 4:17
Desde entonces Jesús comenzó a proclamar: Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos está cerca.
Mateo 5:3
Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:10
Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5:20
Porque les digo a ustedes que, si no superan a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo ante Dios, nunca entrarán en el reino de los cielos.
Mateo 6:33
Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 13:24-30
Jesús les contó esta otra parábola: Sucede con el reino de los cielos como con un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue. Cuando el trigo creció y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Entonces los trabajadores fueron a decirle al dueño: Señor, si la semilla que sembró usted en el campo era buena, ¿de dónde ha salido la mala hierba? El dueño les dijo: Algún enemigo ha hecho esto. Los trabajadores le preguntaron: ¿Quiere usted que vayamos a arrancar la mala hierba? Pero él les dijo: No, porque al arrancar la mala hierba pueden arrancar también el trigo. Lo mejor es dejarlos crecer juntos hasta la cosecha; entonces mandaré a los que han de recogerla que recojan primero la mala hierba y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero.
Mateo 18:3-4
y dijo: Les aseguro que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos. El más importante en el reino de los cielos es el que se humilla y se vuelve como este niño.
Mateo 19:14
Entonces Jesús dijo: Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.
Mateo 21:32
Porque Juan el Bautista vino a enseñarles el camino de la justicia, y ustedes no le creyeron; en cambio, esos cobradores de impuestos y esas prostitutas sí le creyeron. Pero ustedes, aunque vieron todo esto, no cambiaron de actitud para creerle.
Mateo 25:34-36
Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.
Mateo 26:29
Pero les digo que no volveré a beber de este producto de la vid, hasta el día en que beba con ustedes el vino nuevo en el reino de mi Padre.
Lucas 17:21
No se va a decir: Aquí está, o Allí está; porque el reino de Dios ya está entre ustedes.
Lucas 22:28-30
Ustedes han estado siempre conmigo en mis pruebas. Por eso, yo les doy un reino, como mi Padre me lo dio a mí, y ustedes comerán y beberán a mi mesa en mi reino, y se sentarán en tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.
Juan 3:2-6
Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo: Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: ¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? Jesús le contestó: Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu.
(6 de febrero) EL PROPÓSITO DEL DISEÑADOR
Cuando queremos sacar el mejor provecho de algo, es muy conveniente conocer el propósito del diseñador que creó ese objeto. ¿Quién es nuestro diseñador y creador? ¿Cuál fue su propósito cuando nos diseñó y creó? Si conocemos ese propósito, lo aprendemos y lo recordamos, llegaremos a desarrollar nuestro máximo potencial.
1. El Señor nos creó para hacer grandes cosas, pero sólo si permitimos que Él nos lleve de la mano. En efecto, seremos capaces de hacer muchas grandes cosas, pero sólo si permitimos que nuestro Padre que está en el cielo nos guíe en el camino. O sea, necesitamos ser obedientes.
a. Juan 14:15: Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
b. Juan 14:21: El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
c. Juan 15:10: Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
2. De vez en cuando experimentaremos la experiencia dolorosa de atravesar por diversos problemas, que son necesarios para fortalecer nuestras áreas débiles y aprender algunas lecciones difíciles. O sea, necesitamos aceptar la voluntad de Dios y confiar absolutamente en Él.
a. Mateo 6:10: Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
b. Mateo 7:21: No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
c. Mateo 26:42: Por segunda vez se fue, y oró así: Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
3. Nos ha sido dada la habilidad de corregir cualquier error que hayamos cometido. Somos capaces de reconocer nuestros errores y equivocaciones, arrepentirnos, pedir perdón, corregir y restaurar cualquier cosa que hayamos hecho. Así es como crecemos. O sea, necesitamos aceptar la corrección y disciplina de Dios.
a. Mateo 3:8: Pórtense de tal modo que se vea claramente que se han vuelto al Señor.
b. Lucas 5:32: Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se vuelvan a Dios.
c. Lucas 15:7: Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
4. Tenemos un cuerpo, un alma y un espíritu. Lo externo no es importante, lo interno si es. Nuestra parte interna controla la parte externa. El Señor vive en nuestro espíritu y toma control de nuestra alma y esa vida interior controla nuestro cuerpo. O sea, necesitamos permitir que El Señor viva dentro de nosotros.
a. Juan 14:23: Jesús le contestó: El que me ama, hace caso de mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él.
b. Juan 3:6-8: Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: Todos tienen que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu.
5. Las circunstancias no controlan nuestro estado de ánimo. Nuestro estado de ánimo es un reflejo de nuestra vida interior y siempre está en actitud positiva independientemente de las circunstancias que nos rodeen. Ahí nace el poder para controlar cualquier circunstancia. O sea, necesitamos estar siempre conectados con nuestro creador.
a. Juan 14:27: Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
b. Juan 16:33: Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
Si comprendemos esto, podremos desarrollar plenamente nuestra vida de acuerdo con el propósito de nuestro Padre, creador y Señor. Todos nosotros tenemos propósito único y especial. Busquemos ese propósito, la guía necesaria y la comprensión de lo que no entendemos, en nuestro interior, en nuestra relación diaria con Dios.
¡Fuimos creados para hacer Grandes Cosas! ¡Sigamos el plan del Creador!
(7 de febrero) LA ORACIÓN DE LOS PADRES
Tenemos la oportunidad de ayudar a cambiar el mundo, pues solo cuando la familia sea sana, el mundo lo será. La violencia, las adicciones, los resentimientos, baja autoestima, la falta de identidad, el odio, la depresión, el suicidio y todos los males que aquejan a la humanidad, se inician en el seno de la familia.
Busquemos la ayuda de nuestro Padre que está en el cielo.
Señor:
Ayúdame a comprender a mis hijos, a escuchar pacientemente lo que tengan que decir, a contestar con cariño todas sus preguntas. Hazme tan amable con ellos, como quisiera que lo fueran conmigo y no me permitas interrumpirlos, hablándoles de mal modo, si no enseñándoles con amor. Dame el valor de confesar mis faltas para con mis hijos, no permitas que me burle de sus errores, ni que los humille o avergüence delante de sus amigos o hermanos como castigo. No me permitas tampoco que induzca a mis hijos a hacer cosas indebidas por seguir mi mal ejemplo.
Te pido que me guíes para que pueda demostrarles, con todo lo que diga y haga, que la honestidad es la verdadera fuente de la felicidad. Reduce el egoísmo que hay dentro de mí, haz que cese mis críticas de las faltas ajenas, que cuando la ira trate de dominarme, me ayudes a controlarme y enséñame a contener mi lengua. Haz también que tenga siempre a flor de labios una palabra de estímulo, tratando a mis hijos, conforme a sus edades, sin robarles la oportunidad de actuar por si mismos con responsabilidad, para pensar, escoger y tomar sus decisiones de acuerdo a su edad.
Corrígeme Señor para que no los agreda física o verbalmente, con el pretexto de corregirlos y que por el contrario, que siempre tenga para ellos: tiempo, abrazos, amor y besos, que es lo más importante que debo yo regalarles. Además, permíteme poder satisfacer sus deseos justos, pero dame siempre el valor de negarles un privilegio que sé que les causará daño. Hazme tan justo, tan considerado y amigo de mis hijos, que me sigan por amor y no por temor, para que pueda yo ser su padre amigo y no su jefe.
¡Señor, permite que me parezca un poquito a ti, para que mi hijo tenga en mí un buen ejemplo que seguir!
Amén
Que Dios nos bendiga y respalde para que seamos una bendición para nuestros hijos.
Efesios 6:4
Y ustedes, padres, no hagan enojar a sus hijos, sino más bien edúquenlos con la disciplina y la instrucción que quiere el Señor.
Colosenses 3:21
Padres, no hagan enojar a sus hijos, para que no se desanimen.
Hebreos 12:10
Nuestros padres aquí en la tierra nos corregían durante esta corta vida, según lo que les parecía más conveniente; pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos como él.
(8 de febrero) ¿CUÁL ES NUESTRO MUNDO?
El mundo que Dios creó es impresionantemente hermoso con sus campos, bosques, mares, montañas, playas, ríos, flores, cascadas, vegetación, fauna, días de cielo azul, noches con el cielo lleno de estrellas. Todo es frondoso, abundante, exuberante, limpio, con la más asombrosa biodiversidad que se pueda imaginar y en perfecto equilibrio, impregnado de paz, tranquilidad, sosiego, bienestar y relax.
El mundo que el ser humano creó es congestionado, aglomerado, contaminado, confuso, desequilibrado, escaso, agitado, caótico, trajinado, estresado, enguerrillado, temeroso, deprimido, intranquilo, angustiado y con especies en extinción.
Es obvio que el ser humano que habita en el mundo que Dios creó no es igual al ser humano que habita en el mundo creado por sí mismo. ¿Dónde queremos vivir? ¿Qué tipo de vida queremos tener? ¿Tenemos opción de escoger? Si nos gusta la vida del mundo creado por nosotros, entonces ya hemos hecho nuestra elección. Pero si preferimos la vida del mundo creado por Dios, entonces necesitamos tomar decisiones para desechar el estilo de vida que el mundo creado por el ser humano nos quiere imponer.
Si buscamos a Dios, nuestro Padre celestial, Señor y Creador del universo, tendremos opción de vivir en el mundo que Él creó. Sin embargo, no es necesario que nos mudemos a la selva amazónica o algún sitio paradisíaco y desierto. Aquí en el medio de nuestra ciudades y rodeados del caos, podemos vivir en el mundo que nuestro Padre creó.
Dios habita en el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la amabilidad, la fidelidad, la humildad, la esperanza y el dominio propio. Cuando El Señor habita dentro de nosotros, entonces nosotros habitamos en Su mundo y aunque nos rodee el mundo humano, viviremos en el mundo que Dios creó, hermoso, frondoso, abundante, exuberante, limpio, diverso, equilibrado, tranquilo, sosegado, agradable y relajado.
El mundo que nuestro Padre creó está a nuestra disposición para que lo apreciemos, disfrutemos y para vivir conectados a Él.
Romanos 1:19-20
Lo que de Dios se puede conocer, ellos lo conocen muy bien, porque él mismo se lo ha mostrado; pues lo invisible de Dios se puede llegar a conocer, si se reflexiona en lo que él ha hecho. En efecto, desde que el mundo fue creado, claramente se ha podido ver que él es Dios y que su poder nunca tendrá fin. Por eso los malvados no tienen disculpa.
Gálatas 5:22-24
En cambio, lo que el Espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley. Y los que son de Cristo Jesús, ya han crucificado la naturaleza del hombre pecador junto con sus pasiones y malos deseos.
2 Pedro 1:3-10
Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas. Por medio de estas cosas nos ha dado sus promesas, que son muy grandes y de mucho valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios y escapen de la corrupción que los malos deseos han traído al mundo. Y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento; al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción; a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor. Si ustedes poseen estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil ni habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista; ha olvidado que fue limpiado de sus pecados pasados. Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto arraigue en ustedes, pues haciéndolo así nunca caerán.
(9 de febrero) ¿TODAVÍA SOMOS ESCLAVOS?
Nosotros, los seres humanos tenemos la tendencia a ser esclavos por elección, o sea, por nuestra propia decisión. Porque decidimos vivir atados y encadenados a una variedad de agentes esclavizantes:
· Heridas y traumas del pasado
· Resentimiento por decisiones ajenas
· Rencor por agresiones en contra nuestra
· Culpa por nuestras acciones pasadas
· Relaciones personales que se han ido
· Acumulación de odio en nuestro corazón
· Estado permanente de tristeza y depresión
· Necesidad de contienda y enfrentamiento
· Tendencia a la impaciencia
· Inclinación hacia la soberbia, el orgullo y la vanidad
· Incapacidad para ser fiel y estable
· Vicios y malos hábitos
· Vida laboral insatisfactoria
· Rutina de la vida
¿Reconocemos alguno de estos agentes esclavizantes en nuestra vida? Nos esclavizan porque nos impiden ser las personas que debemos ser, nos inmovilizan para que no avancemos y nos envuelven para que no crezcamos ni progresemos. Son cadenas muy fuertes que nos atan muy firmemente. Sin embargo, nuestro Padre celestial nos ha dado la capacidad y el derecho de liberarnos. El Señor ha puesto en nosotros el poder para liberarnos de toda esclavitud y Jesucristo nos compro y nos liberó con su sangre en el calvario. Por eso tenemos el poder y el derecho de ser libres. ¡Seamos libres! Dejamos de culpar a otros por lo que no marcha bien en nuestra vida y tomemos la decisión personal de ser libres.
Cada día tenemos la oportunidad de empezar de nuevo. Cada mañana, recibimos otra oportunidad para cambiar, avanzar, crecer, progresar y para mejorar nuestra vida. La responsabilidad es nuestra. La decisión es nuestra. Nuestra felicidad no depende de nuestros padres, pareja, amigos, de nuestro presente o nuestro pasado. Está dentro de nosotros y depende de nosotros. ¿A qué le tememos? ¿Al rechazo? ¿Al éxito? ¿Al fracaso? ¿Al que dirán? ¿A la crítica? ¿A cometer errores? ¿A estar solo?
Somos hijos de Dios y podemos caminar con la frente en alto. El pasado quedó atrás. Nadie lleva un registro de nuestras faltas. Si nos hemos arrepentido y hemos cambiado, nuestro Padre celestial no sólo las perdonó sino que también las borró. Ese juez que nos reprocha, ese verdugo que nos castiga, ese mal amigo que siempre nos critica, es nuestro enemigo que nos quiere mantener atados. No le demos espacio en nuestra vida escuchándolo. No seamos nuestro peor enemigo. Así como nuestro Padre nos perdonó, perdonemos a nuestros hermanos que nos han hecho daño y perdonémonos a nosotros mismos por el daño que hemos causado. Así seremos libres.
La vida es lo que está pasando ahora, en este preciso instante. En este momento algo que no podemos comprender, nos mantiene vivos. No nos acostumbremos a la vida, no nos acostumbremos a despertar todos los días y sentirnos siempre igual. Abramos los ojos y agradezcamos la bendición de estar vivos. ¡Seamos libres de toda atadura!
Lucas 8:26-36
Por fin llegaron a la tierra de Gerasa, que está al otro lado del lago, frente a Galilea. Al bajar Jesús a tierra, salió del pueblo un hombre que estaba endemoniado, y se le acercó. Hacía mucho tiempo que no se ponía ropa ni vivía en una casa, sino entre las tumbas. Cuando vio a Jesús, cayó de rodillas delante de él, gritando: ¡No te metas conmigo, Jesús, Hijo del Dios altísimo! ¡Te ruego que no me atormentes! Dijo esto porque Jesús había ordenado al espíritu impuro que saliera de él. Muchas veces el demonio se había apoderado de él; y aunque la gente le sujetaba las manos y los pies con cadenas para tenerlo seguro, él las rompía y el demonio lo hacía huir a lugares desiertos. Jesús le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él contestó: Me llamo Legión. Dijo esto porque eran muchos los demonios que habían entrado en él, los cuales pidieron a Jesús que no los mandara al abismo. Como había muchos cerdos comiendo en el cerro, los espíritus le rogaron que los dejara entrar en ellos; y Jesús les dio permiso. Los demonios salieron entonces del hombre y entraron en los cerdos, y estos echaron a correr pendiente abajo hasta el lago, y allí se ahogaron. Los que cuidaban de los cerdos, cuando vieron lo sucedido, salieron huyendo y fueron a contarlo en el pueblo y por el campo. La gente salió a ver lo que había pasado. Y cuando llegaron a donde estaba Jesús, encontraron sentado a sus pies al hombre de quien habían salido los demonios, vestido y en su cabal juicio; y tuvieron miedo. Y los que habían visto lo sucedido, les contaron cómo había sido sanado aquel endemoniado.
Lucas 1:73-75
Y este es el juramento que había hecho a nuestro padre Abraham: que nos permitiría vivir sin temor alguno, libres de nuestros enemigos, para servirle con santidad y justicia, y estar en su presencia toda nuestra vida.
Lucas 4:18-19
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a anunciar el año favorable del Señor.
Juan 8:31-32
Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes se mantienen fieles a mi palabra, serán de veras mis discípulos; conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.
Juan 8:36
Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán verdaderamente libres.
(10 de febrero) PRIMERO ¡LO PRIMERO!
Las personas tenemos hábitos muy diferentes en lo que se refiere a la primera actividad del día, temprano en la mañana (después de ir al baño).
Las diferentes opciones incluyen:
1. Ver las noticias por televisión o la prensa
2. Escuchar música
3. Tomar café
4. Desayunar
5. Trabajar
6. Organizar la agenda del día
7. Hacer ejercicio
8. Dormir un rato más
9. Limpiar la casa
10. Escoger la ropa del día
11. Cocinar
12. Hablar con nuestro Padre celestial
Es posible que cada uno de nosotros se identifique con alguna de estas opciones o con una combinación de opciones. Sin embargo, todos deberíamos optar por la opción N° 12.
Cada mañana antes de comenzar la jornada debemos hablar con El Señor para darle gracias por todo lo recibido, por todo lo que haya sucedido independientemente de que en nuestra opinión haya sido bueno o malo y para pedir dirección, guía e instrucciones para en día que recién comienza.
Es realmente sorprendente la diferencia que existe entre un día que iniciamos hablando con nuestro Padre que está en el cielo y un día que iniciamos haciendo cualquier otra cosa. Un músico de orquesta no puede comenzar a tocar su instrumento sin mirar primero hacia el Director para ver las instrucciones. Un miembro de un equipo deportivo no puede comenzar a jugar sin instrucciones de su Director Técnico o Coach. Un empleado no puede comenzar sus funciones sin instrucciones de su Gerente o Director. Un Capitán no puede llevar a su pelotón a batalla sin instrucciones de su General. Un actor no puede entrar a escena sin instrucciones del Director.
Si entramos en las actividades del día sin recibir las instrucciones de nuestro Director de Vida, nuestro Padre celestial, tendremos el mismo resultado que el Músico, Deportista, Empleado, Capitán o Actor que tenga la osadía de iniciar sus actividades sin recibir las instrucciones de su Director. Muchos problemas, complicaciones, pérdida de tiempo, re-trabajo, sanciones, regaños y frustración.
Orar es realmente muy fácil, el problema que tenemos es que muy dentro de nosotros estamos convencidos de que podemos lograr un buen día sin el apoyo del Señor. Y no es así. Es todo lo contrario. Mientras más cargado se presente el día y tengamos menos tiempo disponible, con mayor razón debemos buscar las instrucciones y consejo de nuestro Padre. Así transformaremos un día complicado, en un día perfecto bajo la guía del Señor.
¡Es así de sencillo!
Marcos 1:35
De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar solitario.
Mateo 14:23-25
Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua.
Mateo 26:36
Luego fue Jesús con sus discípulos a un lugar llamado Getsemaní, y les dijo: Siéntense aquí, mientras yo voy allí a orar.
Lucas 5:16
Pero Jesús se retiraba a orar a lugares donde no había nadie.
Lucas 6:12
Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios.
Lucas 22:41
Se alejó de ellos como a la distancia de un tiro de piedra, y se puso de rodillas para orar.
(11 de febrero) SABIDURÍA
Siempre se nos aconseja que seamos sabios. Todos nosotros queremos llegar a ser sabios. La pregunta es: ¿Qué es la sabiduría? ¿Qué significa ser sabio? ¿Será que el diccionario nos puede ayudar?
Sabiduría: Grado más alto del conocimiento. Conducta prudente en la vida o en los negocios. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes.
Sabio: Dicho de una persona que posee la sabiduría. Dicho de una persona que tiene profundos conocimientos en una materia, ciencia o arte. Dicho de una cosa que instruye o que contiene sabiduría. Cuerdo. Prudente.
Estas definiciones no ayudan mucho y se ve muy lejano el concepto de sabiduría. Sin embargo, sigamos investigando ¿Qué dice la Biblia sobre la sabiduría? La Biblia dice que ser sabio es conocer al Señor, nuestro Dios, cumplir y practicar todo lo que Él nos ha ordenado, honrándolo con nuestras acciones.
Deuteronomio 4:5-6
Yo les he enseñado las leyes y los decretos que el Señor mi Dios me ordenó, para que los pongan en práctica en el país que van a ocupar. Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: ¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!
Salmos 111:10
La mayor sabiduría consiste en honrar al Señor; los que lo honran, tienen buen juicio. ¡Dios será siempre alabado!
Proverbios 1:7
La sabiduría comienza por honrar al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
Proverbios 2:1-6
Haz tuyas mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente mis mandamientos. Presta oído a la sabiduría; entrega tu mente a la inteligencia. Pide con todas tus fuerzas inteligencia y buen juicio; entrégate por completo a buscarlos, cual si buscaras plata o un tesoro escondido. Entonces sabrás lo que es honrar al Señor; ¡descubrirás lo que es conocer a Dios! Pues el Señor es quien da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios.
Proverbios 9:10
La sabiduría comienza por honrar al Señor; conocer al Santísimo es tener inteligencia.
Por lo tanto cuando nos aconseja que seamos sabios, se nos está aconsejando que busquemos al Señor, nuestro Dios, para conocerlo y para cumplir y practicar todo lo que Él nos ha ordenado, honrándolo con nuestras acciones. Si queremos llegar a ser sabios, debemos esforzarnos por buscar y conocer a nuestro Padre celestial y honrarlo con nuestro estilo de vida y nuestras actitudes, que se basan en los principios y valores eternos contenidos en lo que Él nos ha ordenado. Esto requiere de mucho esfuerzo y es el único camino a la sabiduría.
Cuando llegamos a la sabiduría que sólo nuestro Padre puede proveer lograremos:
1. Caernos y poder volver a levantarnos.
2. Fracasar y poder volver a empezar.
3. Comenzar un camino y saber continuar por otro.
4. Fijar una meta y saber que alcanzar otra.
5. Encontrar el dolor y poder afrontarlo.
6. Tener una prueba y saber enfrentarla.
7. Planificar un proyecto y saber variarlo.
8. Esforzarnos más cuando las circunstancias nos hacen creer que no podemos, no sabemos, no llegamos.
9. Comprender que somos un milagro del creador del universo
10. Someternos a Su Divina Voluntad.
(12 de febrero) FUNCIONA
Cuando encendemos un televisor, teléfono celular, automóvil, computador, microondas, aire acondicionado o cualquier otro aparato, ¿Qué esperamos? ¡Qué funcione! Lo más probable es que no comprendamos como funciona, ni por qué funciona, pero esperamos que funcione. Accionamos en botón de encendido seguros de la respuesta. Más bien, si no funciona nos sorprendemos.
Cuando encendemos el poder del Reino de los cielos con la oración, ¿Qué esperamos? ¡Que no funcione! Tampoco comprendamos como funciona, ni por qué funciona, pero esperamos que no funcione. Oramos inseguros de la respuesta. Más bien, si funciona nos sorprendemos.
Es lo que podríamos llamar falta de fe. Pero, ¿por qué ocurre? Por falta de experiencia. Desde que somos pequeños estamos encendiendo y utilizando aparatos de todo tipo. Tenemos una vasta experiencia que nos permite estar muy claros y convencidos sobre lo que debemos esperar cuando los encendemos.
Sin embargo, no ocurre igual con la oración. No hemos estado accionando los interruptores del poder celestial desde que éramos pequeños y solo lo hacemos de vez en cuando. Parece que la oración tuviera una etiqueta que dice: úsese sólo en casos de emergencia. La falta de experiencia de uso nos hace que no tengamos la destreza necesaria para accionar los interruptores mediante la oración y que nunca estemos seguros sobre lo que debemos esperar.
En este caso, la falta de fe es falta de conocimiento o exceso de ignorancia, originado en el poco uso y la escasa experiencia. Tenemos que aprender a accionar el interruptor que hace contacto con esa fuerza invisible pero todopoderosa del Reino de los cielos. El interruptor se llama oración y se acciona manteniendo una estrecha relación personal con nuestro Padre celestial, sosteniendo frecuentes conversaciones con Él, obedeciendo sus mandatos y sometiéndonos a su voluntad.
Es mucho. Son muchas instrucciones. Son instrucciones difíciles. Es por eso que hay que comenzar ya y hacerlo todos los días. Necesitamos ganar experiencia. Poco a poco iremos sintiendo, percibiendo y viendo los resultados y entonces podremos accionar el interruptor con más confianza y seguridad, lo cual nos dará mayores resultados, mayor confianza y mucha más seguridad.
Jesús está siempre ahí, esperando a que lo llamen. Listo para enviarnos en Espíritu Santo para ayudarnos a resolver nuestras dificultades, responder nuestras inquietudes y fortalecernos en las pruebas y circunstancias adversas. Si lo buscamos, nunca más nos sorprenderemos del resultado de nuestras oraciones.
Mateo 7:8
Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
Mateo 7:11
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan!
Mateo 21:22
Y todo lo que ustedes, al orar, pidan con fe, lo recibirán.
Marcos 11:24
Por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean que ya lo han conseguido, y lo recibirán.
Lucas 11:9-10
Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre.
Lucas 11:13
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Lucas 17:5
Los apóstoles pidieron al Señor: Danos más fe.
Juan 14:13
Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan.
Juan 15:7
Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará.
Juan 15:16
Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.
Juan 16:23-24
En aquel día ya no me preguntarán nada. Les aseguro que el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi nombre; pidan y recibirán, para que su alegría sea completa.
(13 de febrero) NUEVO CONCEPTO DE RIQUEZA
¿Somos ricos? ¿Creemos que somos ricos? ¿Queremos ser ricos? ¿Qué significa riqueza? ¿Qué significa ser rico? Necesitamos actualizarnos, porque el nuevo concepto de riqueza no es cuánto dinero tenemos o cuantos activos tenemos o cuanta capacidad de crédito tenemos o como vivimos y que usamos, sino cuánto tiempo podemos vivir sin trabajar. ¿Interesante verdad? Esto podría traducirse en que rico no es el que más tiene sino el que menos necesita y es un concepto orientado a la calidad de vida del ser humano. Mientras menos atados estemos a producir para mantenernos, más ricos somos y por cierto, más libres también.
¿Cómo llegamos a esta nueva dimensión de riqueza?
1. Todo comienza con maximizar nuestros ingresos, con iniciativa, capacitación, nuevas tecnologías y aprendiendo sobre nuevas tendencias.
2. Evitar gastos superfluos y comprar lo que no necesitamos, aprendiendo a diferenciar entre necesidades, deseos y anhelos, viviendo ceñidos a un presupuesto.
3. Aprender a hacer más con menos, cuidando lo que tenemos sin desperdiciar nada y descartando todo lo que no necesitamos sin atesorar bienes materiales.
4. Evitar las deudas al rechazar el crédito que compromete nuestros ingresos futuros y dirigiendo nuestros recursos hacia el ahorro.
5. Dedicar todo exceso de dinero a inversión en lugar de gastos e invertir en generadores autónomos de ingreso, como bienes raíces o inversiones de capital.
Este camino nos llevará más temprano que tarde a nuestra independencia financiera dentro del concepto de no necesitar trabajar para vivir. O sea, la más perfecta riqueza. Es importante destacar que este plan se puede ejecutar en medio de la escasez o de la abundancia, en períodos de crisis o de crecimiento económico.
Sólo necesitamos aplicar estos principios con confianza, sin miedo y aprender que los problemas de dinero no se resuelven con dinero sino cambiando nuestra manera de pensar para generar la actitud que nos conduzca al resultado correcto. Con estos principios podemos siempre esperar lo mejor.
No podríamos concluir sin agregar que no hay persona pobre con una vida espiritual rica, porque nuestra riqueza es directamente proporcional a la riqueza de nuestra vida espiritual. Conectémonos con la fuente infinita de abundancia: Nuestro Padre que está en el cielo.
Juan 10:10
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Lucas 12:15-21
También dijo: Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas. Entonces les contó esta parábola: Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. El rico se puso a pensar: ¿Qué haré? No tengo dónde guardar mi cosecha. Y se dijo: Ya sé lo que voy a hacer. Derribaré mis graneros y levantaré otros más grandes, para guardar en ellos toda mi cosecha y todo lo que tengo. Luego me diré: Amigo, tienes muchas cosas guardadas para muchos años; descansa, come, bebe, goza de la vida. Pero Dios le dijo: Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será? Así le pasa al hombre que amontona riquezas para sí mismo, pero es pobre delante de Dios.
Mateo 25:14-30
Sucederá también con el reino de los cielos como con un hombre que, estando a punto de irse a otro país, llamó a sus empleados y les encargó que le cuidaran su dinero. A uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad. Entonces se fue de viaje. El empleado que recibió las cinco mil monedas hizo negocio con el dinero y ganó otras cinco mil monedas. Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil fue y escondió el dinero de su jefe en un hoyo que hizo en la tierra. Mucho tiempo después volvió el jefe de aquellos empleados, y se puso a hacer cuentas con ellos. Primero llegó el que había recibido las cinco mil monedas, y entregó a su jefe otras cinco mil, diciéndole: Señor, usted me dio cinco mil, y aquí tiene otras cinco mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Después llegó el empleado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: Señor, usted me dio dos mil, y aquí tiene otras dos mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Pero cuando llegó el empleado que había recibido las mil monedas, le dijo a su jefe: Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció. Por eso tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Pero aquí tiene lo que es suyo. El jefe le contestó: Tú eres un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses. Y dijo a los que estaban allí: Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.
(14 de febrero) HOY ES LO QUE CUENTA
Lo que sembramos ayer, sembrado quedó y lo que no sembramos ayer, ya no se sembró. Lo que cosechamos ayer, cosechado quedó y lo que no cosechamos ayer, ya no se cosechó. No podemos regresar al pasado para hacer lo que dejamos de hacer o para deshacer lo que ya hicimos. Lo hecha hecho está y lo que se dejó de hacer ya no se hizo. No vivamos en el pasado.
Tampoco podemos cosechar lo que aún no hemos sembrado, ni controlar la siembra que aún no hemos hecho. Ni siquiera sabemos si vamos a poder sembrar y cosechar. No podemos controlar el mañana. Lo que está por hacer, aún no está hecho. No vivamos en el futuro.
Hoy es lo que cuenta. Porque hoy podemos decidir que queremos sembrar. Hoy podemos sembrar. Hoy está bajo nuestra capacidad de decisión. Hoy podemos aprovechar las experiencias de lo que hicimos y dejamos de hacer ayer. Lo que hagamos hoy lo cosecharemos mañana. Vivamos hoy con la fortaleza de lo que aprendimos ayer y con los ojos puestos en mañana.
Vivamos hoy con los ojos abiertos a la realidad de nuestro entorno y enfrentemos los retos de hoy. Los retos de ayer ya pasaron y los retos de mañana son sólo sueños que nunca se harán realidad si no enfrentamos los retos de hoy. Recibamos hoy el regalo de la vida presente que Dios nos ha dado y emprendamos la marcha victoriosa hacia el futuro. Hoy tenemos de nuevo la oportunidad. Pidamos al Señor sabiduría para aprovechar hoy las oportunidades que Él nos está presentando. Paso a paso, sembraremos semilla por semilla, día a día y llegaremos al futuro que nuestro Padre celestial ha preparado para nosotros. Pero todo depende de nuestras decisiones del día de hoy. Ese es nuestro libre albedrío.
Al avanzar seamos obedientes para hacer la voluntad perfecta de Dios y para cumplir con fidelidad la misión que nos ha sido encomendada hoy. Hoy es la clave. Hoy es el secreto del éxito. Hoy es lo que cuenta.
Mateo 6:11
Danos hoy el pan que necesitamos.
Mateo 21:28-31
Jesús les preguntó: ¿Qué opinan ustedes de esto? Un hombre tenía dos hijos, y le dijo a uno de ellos: Hijo, ve hoy a trabajar a mi viñedo. El hijo le contestó: ¡No quiero ir! Pero después cambió de parecer, y fue. Luego el padre se dirigió al otro, y le dijo lo mismo. Este contestó: Sí, señor, yo iré. Pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que su padre quería?
Lucas 12:28
Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestirlos a ustedes, gente falta de fe!
Lucas 19:5
Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa.
Filipenses 3:12-14
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
(15 de febrero) CREE
No creamos en las circunstancias que nos rodean. Creamos en nuestros sueños.
No creamos en lo que nos dicen que somos. Creamos en lo que nosotros queremos ser.
No creamos en la dirección de los acontecimientos. Creamos que llegaremos a donde nosotros queremos ir.
No creamos en lo que nos dan. Creamos en lo que queremos.
No creamos en lo que ya pasó, ni en lo que no ha pasado. Creamos en lo que podemos hacer ahora.
No creamos que nuestros sueños se harán realidad si no luchamos por ellos.
Creamos que si luchamos con perseverancia podremos lograr cualquier sueño.
Todo lo que sembremos lo cosecharemos.
La vida es un espejo que refleja todo lo que hacemos.
Creamos que lo veremos y no esperemos a verlo para creer.
Sólo así alcanzaremos nuestros sueños.
Marcos 5:36
Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo al jefe de la sinagoga: No tengas miedo; cree solamente.
Marcos 9:23
Jesús le dijo: ¿Cómo que si puedes? ¡Todo es posible para el que cree!
Marcos 11:23
Les aseguro que si alguien le dice a este cerro: ¡Quítate de ahí y arrójate al mar!, y no lo hace con dudas, sino creyendo que ha de suceder lo que dice, entonces sucederá.
Lucas 24:38
Pero Jesús les dijo: ¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón?
Juan 20:29
Jesús le dijo: ¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!
(16 de febrero) ¿QUÉ TANTO NOS HEMOS ESFORZADO?
Todos nosotros hemos pasado por la experiencia de esforzarnos para lograr algo y luego disfrutar cuando alcanzamos la meta deseada. ¿Cierto? Es una experiencia extraordinaria saborear el éxito luego de habernos esforzado. También a través de la vida aprendemos que sin esfuerzo no hay resultados, ni recompensas, ni metas logradas. Debemos esforzarnos para poder lograr lo que deseamos. Es una ley de vida, de la naturaleza, del universo. Es una ley de Dios.
Este principio o ley podría decir algo así: Podemos lograr cualquier meta en la vida, si dedicamos el nivel de esfuerzo necesario para esa meta y tenemos la perseverancia de continuar esforzándonos hasta lograr la meta, sin detenernos.
Esta ley la podemos ver en todos los aspectos de la vida:
1. La educación: darla y recibirla para capacitación y crecimiento.
2. La salud: tener los hábitos para estar saludables.
3. Los deportes: practicar para hacerlo cada vez mejor.
4. La ciencia y la tecnología: pruebas, ensayos y experimentos para descubrir o desarrollar algo.
5. El trabajo y la vida profesional: buscar la excelencia en todo lo que hagamos.
6. Las relaciones familiares: mejorarlas y mantenerlas con nuestro cónyuge, hijos y todos los demás.
7. Las relaciones personales: mejorarlas y mantenerlas con nuestros vecinos, amigos y compañeros.
8. Las finanzas: tener los hábitos de ahorro e inversión para lograr independencia financiera.
9. La comunidad: trabajar no solamente por nuestro beneficio sino por nuestra comunidad.
10. La vida espiritual: Lograr una relación personal de amor y obediencia con nuestro Padre celestial.
Los primeros nueve son difíciles. El décimo es mucho más difícil.
Los primeros nueve aspectos producen resultados en esta vida. El décimo produce resultados eternos.
Los primeros nueve vienen de enseñanzas de Dios. El décimo es un mandamiento de Dios.
El principio o ley habla de lograr cualquier meta con esfuerzo y perseverancia. ¿Tenemos metas en la vida sobre educación, salud, profesión, familia, relaciones y comunidad? Sin embargo, lo que es mucho más importante y con implicaciones de vida o muerte ¿Tenemos metas para nuestra vida después de esta vida? Tengamos cuidado. Si no sabemos hacia dónde vamos, podemos llegar a cualquier sitio.
Mateo 22:34-40
Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
Marcos 12:28-34
Al ver que Jesús les había contestado bien, uno de los maestros de la ley, que los había oído discutir, se acercó a él y le preguntó: ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Pero hay un segundo: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Ningún mandamiento es más importante que estos. El maestro de la ley le dijo: Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar. Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas.
Mateo 10:22
Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.
Proverbios 14:23
De todo esfuerzo se saca provecho; del mucho hablar, solo miseria.
Filipenses 3:12-14
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
2 Pedro 1:4-8
Por medio de estas cosas nos ha dado sus promesas, que son muy grandes y de mucho valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios y escapen de la corrupción que los malos deseos han traído al mundo. Y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena conducta; a la buena conducta, el entendimiento; al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción; a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor. Si ustedes poseen estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil ni habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo.
(17 de febrero) LA ESCASEZ Y LA ABUNDANCIA ESTÁN EN LA MENTE
Cuando tenemos problemas o enfrentamos circunstancias adversas, nuestro peor enemigo es la escasez de nuestra mente humana. El proceso de pensamiento de la mente humana y escasa, es más o menos así:
1. Hay un problema por resolver.
2. Buscamos una solución con nuestra mente humana y escasa.
3. Le pedimos al Señor que haga lo que nosotros creemos que hay que hacer.
4. El Señor nos da una solución diferente de Su Mente Divina y Abundante.
5. No le creemos pero puede ser que obedezcamos.
6. Si obedecemos, El Señor hace es algo que ni en sueños habríamos podido visualizar.
7. La solución del Señor tiene repercusiones que van mucho más allá del problema.
Entonces ¿Cómo deberíamos actuar? ¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a los problemas?
1. Hay un problema por resolver.
2. Reconocemos ante El Señor que nuestra mente humana y escasa no puede encontrar la mejor solución.
3. Le pedimos al Señor que haga lo que Él ya sabe que va a hacer.
4. El Señor nos da una solución perfecta de Su Mente Divina y Abundante.
5. Le creemos y obedecemos
6. Lo que El Señor hace es algo que ni en sueños habríamos podido visualizar.
7. La solución del Señor tiene repercusiones que van mucho más allá del problema.
Pueden parecer muy similares ambos procesos, pero eso es sólo en apariencias. En el primer proceso, como ya tenemos una solución nuestra y no creemos que la solución del Señor sea posible, hay una alta probabilidad que al final no le obedezcamos y en ese caso, el resultado va a ser poco agradable. Además, en ese proceso, podría pasar tiempo, mientras le creemos y obedecemos, pueden pasar días o años. Eso tampoco es agradable.
El segundo proceso, como nos reconocemos incapaces de tener la mente abundante de Dios, no buscamos nuestra propia solución y de una vez creemos en Su solución perfecta. El resultado es más rápido, directo y sin desvíos. La lección es que frente a los problemas y circunstancias adversas, nos conviene más escuchar las instrucciones del Señor que buscar nuestras propias soluciones.
Un ejemplo de este proceso está en la narración de la multiplicación de los panes y los peces, que aparece en los cuatro Evangelios. Los discípulos le dijeron a Jesús que mandara la gente a su casa, porque en su mente humana y escasa, no era posible alimentar a tanta gente y era mejor que cada quién resolviera por si mismo. Sin embargo, en la mente de Jesús era perfectamente posible alimentar a toda esa gente. Afortunadamente los discípulos aunque no creyeron, si obedecieron y siguieron las instrucciones de Jesús. Pero, nosotros muchas veces además de no creer, ni siquiera obedecemos.
Aprendamos la lección. Confiemos en la abundancia de la mente del Señor. Creamos que es posible. Sigamos sus instrucciones y maravillémonos de los milagros que veremos.
Marcos 6:32-44
Así que Jesús y sus apóstoles se fueron en una barca a un lugar apartado. Pero muchos los vieron ir, y los reconocieron; entonces de todos los pueblos corrieron allá, y llegaron antes que ellos. Al bajar Jesús de la barca, vio la multitud, y sintió compasión de ellos, porque estaban como ovejas que no tienen pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas. Por la tarde, sus discípulos se le acercaron y le dijeron: Ya es tarde, y este es un lugar solitario. Despide a la gente, para que vayan por los campos y las aldeas de alrededor y se compren algo de comer. Pero Jesús les contestó: Denles ustedes de comer. Ellos respondieron: ¿Quieres que vayamos a comprar pan por el equivalente al salario de doscientos días, para darles de comer? Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tienen ustedes? Vayan a verlo. Cuando lo averiguaron, le dijeron: Cinco panes y dos pescados. Entonces les mandó que hicieran sentar a la gente en grupos sobre la hierba verde; y se sentaron en grupos de cien y de cincuenta. Luego Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los fue dando a sus discípulos para que los repartieran entre la gente. Repartió también los dos pescados entre todos. Todos comieron hasta quedar satisfechos; recogieron los pedazos sobrantes de pan y de pescado, y con ellos llenaron doce canastas. Los que comieron de aquellos panes fueron cinco mil hombres.
(18 de febrero) CONOCIMIENTO VS SABIDURÍA
El conocimiento se obtiene con estudios y con experiencia. Sin embargo, la sabiduría es de Dios y viene directamente de Nuestro Padre que está en el cielo. El conocimiento se adquiere en la mente, mientras que la sabiduría se obtiene directamente en el espíritu y da el discernimiento que otorga sabiduría al ser humano.
A eso se refirió Jesús en el versículo 52 del capítulo 13 de Mateo:
Entonces Jesús les dijo: Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas.
Por supuesto que la definición humana y del mundo de sabiduría no concuerda con nuestra simple explicación, pero al evaluar la actuación de los seres humanos que están llenos de conocimientos y experiencia, concluimos sus frutos no demuestran mucha sabiduría. Observemos el estado ecológico del mundo, la distribución de la riqueza, la disponibilidad de salud y educación, los enfrentamientos bélicos por territorio, riqueza, poder o religión, etc. ¿Demuestra lo que observamos sabiduría en el ser humano? Si los que han estudiado mucho y han acumulado vasta experiencia no demuestran sabiduría, entonces ese no es el camino para adquirirla.
¿Cuál es el camino entonces? Aprendamos de la sabiduría directamente:
Proverbios 8
La sabiduría clama a voz en cuello; la inteligencia hace oír su voz. Se para en lo alto de las colinas, se detiene donde se cruzan los caminos, se hace oír junto a las puertas, a la entrada de la ciudad: Para ustedes los hombres van estas palabras mías. Jóvenes inexpertos y necios, ¡aprendan a ser prudentes y entendidos! Atiendan, que voy a decirles cosas importantes e irreprochables. Lo que voy a decir es la verdad; no me gusta hablar mentira. Todas mis palabras son justas; no hay en ellas la menor falsedad. Para el inteligente y entendido, mis palabras son claras e irreprochables. En vez de plata y oro fino, adquieran instrucción y conocimiento. Vale más sabiduría que piedras preciosas; ¡ni lo más deseable se le puede comparar!
Yo, la sabiduría, habito con la inteligencia, y sé hallar los mejores consejos. Honrar al Señor es odiar el mal. Yo odio el orgullo y la altanería, el mal camino y la mentira. En mí están el plan y su realización, yo soy el buen juicio y la fuerza. Gracias a mí reinan los reyes y los gobernantes establecen el derecho. Gracias a mí dominan los jefes de estado y dictan sentencia las autoridades. Yo amo a los que me aman, y los que me buscan, me encuentran. Yo doy riquezas y honra, grandes honores y prosperidad. Lo que yo doy es mejor que el oro más refinado; lo que yo ofrezco es mejor que la plata más fina. Yo voy por el camino recto, por las sendas de la justicia. A los que me aman les doy su parte: lleno sus casas de tesoros.
El Señor me creó al principio de su obra, antes de que él comenzara a crearlo todo. Me formó en el principio del tiempo, antes de que creara la tierra. Me engendró antes de que existieran los grandes mares, antes de que brotaran los ríos y los manantiales. Antes de afirmar los cerros y los montes, el Señor ya me había engendrado; aún no había creado él la tierra y sus campos, ni el polvo de que el mundo está formado. Cuando él afirmó la bóveda del cielo sobre las aguas del gran mar, allí estaba yo. Cuando afirmó las nubes en el cielo y reforzó las fuentes del mar profundo, cuando ordenó a las aguas del mar no salirse de sus límites, cuando puso las bases de la tierra, allí estaba yo, fielmente, a su lado. Yo era su constante fuente de alegría, y jugueteaba en su presencia a todas horas; jugueteaba en el mundo creado, ¡me sentía feliz por el género humano!
Y ahora, hijos míos, escúchenme; sigan mi ejemplo y serán felices. Atiendan a la instrucción; no rechacen la sabiduría. Feliz aquel que me escucha, y que día tras día se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. Porque hallarme a mí es hallar la vida y ganarse la buena voluntad del Señor; pero apartarse de mí es poner la vida en peligro; ¡odiarme es amar la muerte!
Busquemos la sabiduría en nuestra relación personal con El Señor. Sólo Él, viviendo dentro de nosotros nos puede dar la verdadera sabiduría que viene de Dios.
(19 de febrero) EL PROGRESO
Muchas veces observamos todo lo que la humanidad ha progresado desde el hombre de la prehistoria y nos preguntamos hasta dónde llegaremos con tanto progreso que estamos viendo en la actualidad. Es realmente asombroso.
Sin embargo, una evaluación detenida del proceso nos hace cuestionarnos si es progreso o retroceso lo que hemos observado. Porque progreso tiene que ver con creación y no con destrucción, con vida y no con muerte, con crecimiento y no con decrecimiento, con salud y no con enfermedad, sobre todo con dejar como herencia a las próximas generaciones un mundo mejor que el que nosotros heredamos.
El progreso ha traído sin lugar a dudas muchas cosas buenas, pero lamentablemente esas cosas buenas se han hecho posibles, sobre errores que se han tratado de corregir con más errores. Por eso es que el progreso ha resultado en: aire contaminado, mares y océanos contaminados, ríos contaminados, especies animales en extinción, vida vegetal en extinción, recursos naturales en extinción, hambre, pésima distribución de la riqueza, escaso acceso a servicios de salud, guerras, genocidios, angustia, depresión y odio. Todo esto se ha hecho en el nombre del progreso. Por eso, a pesar del progreso no nos sentimos bien con nosotros mismos.
El progreso no debería solamente haber logrado estaciones espaciales, satélites, Internet, robots, transplantes de órganos y cosas similares sino que debería haber logrado primeramente que viviéramos todos como hermanos, ayudándonos, compartiendo y cuidando este planeta que Dios creó para nosotros y nos regaló. Sin embargo, el progreso se ha vuelto una fiera terrible que ataca todo a su alrededor y nos parece imposible cambiar esa situación.
Es muy difícil comprender todo esto y mucho menos aceptarlo. El progreso no puede ser definido solamente como el aumento de capacidad, riquezas y poder de un pequeño grupo de capitanes del progreso. El progreso no es malo, lo que ha sido muy malo es la definición de progreso que se ha implantado y que hemos aceptado.
Tenemos la capacidad para vivir en un mundo donde todos vivamos con amor, alegría, paz, bondad, amabilidad, limpieza, salud, vida, tranquilidad, equilibrio, abundancia, creatividad, innovación, crecimiento y que cada generación reciba un mundo mejor que el que recibió la generación anterior.
Sólo necesitamos cambiar nuestra forma de pensar para que cambie nuestra forma de vivir. Para progresar, cambiemos cada uno de nosotros nuestro pensamiento, para cambiar nuestra forma de actuar y que nuestro ejemplo ayude a cambiar a los que nos rodean y así contagiar a todo el planeta con el virus del amor de Cristo. Pensemos así y progresemos:
Mateo 7:12
Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.
Mateo 5:14-16
Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Mateo 5:21-26
Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.
Mateo 5:38-48
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado. También han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Mateo 6:1-4
No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio. Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Mateo 6:14-15
Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.
Mateo 6:19-34
No amontonen riquezas aquí en la tierra, donde la polilla destruye y las cosas se echan a perder, y donde los ladrones entran a robar. Más bien amontonen riquezas en el cielo, donde la polilla no destruye ni las cosas se echan a perder ni los ladrones entran a robar. Pues donde esté tu riqueza, allí estará también tu corazón. Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma! Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas. Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 7:1-5
No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.
(20 de febrero) ¿TENEMOS BUENA HIGIENE?
¿Estamos seguros si el agua que tomamos es suficientemente pura?
¿Estamos seguros si los alimentos que comemos son suficientemente sanos?
¿Estamos seguros si nuestros cuerpos están suficientemente limpios?
¿Estamos seguros si la ropa que usamos está suficientemente limpia?
¿Estamos seguros si la casa en que vivimos está suficientemente limpia?
Las personas que tenemos buenos hábitos de higiene, cuidamos la pureza del agua y los alimentos que ingerimos, y también cuidamos la limpieza nuestro cuerpo, nuestras ropas y nuestra casa. Sin embargo, ¿Por qué no tenemos los mismos hábitos de higiene con nuestra mente? ¿Por qué no cuidamos la pureza de lo que ingerimos con la mente, y también la limpieza de nuestra mente, de lo que tocamos con la mente y de dónde vive nuestra mente?
La puerta de entrada a nuestra mente son los ojos y por los oídos. Por lo tanto, si queremos tener buenos hábitos de higiene mental debemos cuidar lo que vemos, lo que leemos y lo que escuchamos. Pero hay otra puerta de entrada a nuestra mente y es una puerta mucho más secreta. Son los pensamientos que permitimos en nuestra mente. Por esa puerta secreta se pueden dejar entrar los elementos más contaminantes y agresores de nuestra higiene mental.
Esforcémonos en tener una buena higiene mental, cuidando la pureza y limpieza de todo lo que entra en ella. Especialmente, conectemos nuestra mente a la fuente inagotable de higiene y poder, de la Palabra de Dios. No sólo es pura, limpia y fresca, sino que tiene el poder de purificar, limpiar y refrescar cualquier área de nuestra mente y alma que haya sido contaminada.
Mateo 5:29
Así pues, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que pierdas una sola parte de tu cuerpo, y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno.
Mateo 6:22-23
Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma!
Mateo 15:16-20
Jesús respondió: ¿Ni siquiera ustedes son todavía capaces de comprender? ¿No entienden que todo lo que entra por la boca va al vientre, para después salir del cuerpo? Pero lo que sale de la boca viene del interior del hombre; y eso es lo que lo hace impuro. Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los insultos. Estas cosas son las que hacen impuro al hombre; pero el comer sin cumplir con la ceremonia de lavarse las manos, no lo hace impuro.
Mateo 18:9
Y si tu ojo te hace caer en pecado, sácatelo y échalo lejos de ti; es mejor que entres en la vida con un solo ojo, y no que con tus dos ojos seas arrojado al fuego del infierno.
Mateo 23:25-27
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpian por fuera el vaso y el plato, pero no les importa llenarlos con el robo y la avaricia. ¡Fariseo ciego: primero limpia por dentro el vaso, y así quedará limpio también por fuera! ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados, bien arreglados por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de toda clase de impureza.
Juan 15:3
Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho.
(21 de febrero) CONSTRUYENDO NUESTRA VIDA
La vida no se construye en el largo plazo, aunque por nuestro comportamiento parece si fuera así. La vida se construye minuto a minuto. Hora a hora. Día a día. Y así llegamos a construirla año tras año y a la construcción a largo plazo. Todo lo que queremos construir en nuestra vida y ver concretado en el largo plazo, debemos construirlo hoy, en esta hora y minuto. Debemos trabajar en el corto plazo.
El conocido y reputado economista de la posguerra John Maynard Keynes, para burlarse del excesivo interés de algunos analistas en el largo plazo, decía: en el largo plazo todos estaremos muertos. Y eso es cierto. Básicamente, nunca tendremos control sobre lo que pasará en el futuro, sin embargo, muchos de nosotros pasamos la vida con la mirada puesta en un futuro maravilloso donde seremos y tendremos todo lo que hemos soñado.
Tener una visión de lo que queremos en el futuro, a largo plazo, es muy conveniente. Pero, absolutamente estéril si no nos enfocamos en el presente y hacemos lo que debemos hacer hoy para poder ser y tener mañana todo lo que queremos. Lo que no sembremos hoy, nunca lo podremos cosechar mañana.
Si visualizáramos cada una de nuestras acciones de cada día, como un ladrillo, un clavo, una tabla, que estamos poniendo para construir la casa en la que vamos a vivir en el futuro, tendríamos mucho más cuidado con cada una de esas acciones. Si no nos esforzamos ahora, no tendremos nada mañana y al final no nos gustará mucho la casa en la que tendremos que vivir y desearemos tener la oportunidad de hacerlo otra vez. Pues bien, hoy tenemos la oportunidad de hacerlo otra vez, no la desperdiciemos.
Este principio se aplica muy bien a nuestra vida aquí en la tierra, pero se aplica aún más a nuestra vida después de esta vida. ¿En qué casa queremos vivir eternamente? Si no nos esforzamos ahora, no nos gustará la casa y esa es para siempre. Permitamos que el gran constructor y creador del universo nos ayude en la construcción de nuestra vida, para que tenga un verdadero propósito y significado, con visión eterna.
Busquemos a Jesús y pidámosle que entre en nuestra vida y tome el control de su construcción.
Mateo 19:16-30
Un joven fue a ver a Jesús, y le preguntó: Maestro, ¿qué cosa buena debo hacer para tener vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos. ¿Cuáles? preguntó el joven. Y Jesús le dijo: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie, honra a tu padre y a tu madre, y ama a tu prójimo como a ti mismo. Todo eso ya lo he cumplido, dijo el joven. ¿Qué más me falta? Jesús le contestó: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme. Cuando el joven oyó esto, se fue triste, porque era muy rico. Jesús dijo entonces a sus discípulos: Les aseguro que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Les repito que es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios. Al oírlo, sus discípulos se asombraron más aún, y decían: Entonces, ¿quién podrá salvarse? Jesús los miró y les contestó: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible. Pedro le dijo entonces: Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. ¿Qué vamos a recibir? Jesús les respondió: Les aseguro que cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna. Pero muchos que ahora son los primeros, serán los últimos; y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros.
Mateo 25:31-46
Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme. Entonces los justos preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron. Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no vinieron a visitarme. Entonces ellos le preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron. Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
Lucas 10:25-37
Un maestro de la ley fue a hablar con Jesús, y para ponerlo a prueba le preguntó: Maestro, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees? El maestro de la ley contestó: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y ama a tu prójimo como a ti mismo. Jesús le dijo: Has contestado bien. Si haces eso, tendrás la vida. Pero el maestro de la ley, queriendo justificar su pregunta, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Jesús entonces le contestó: Un hombre iba por el camino de Jerusalén a Jericó, y unos bandidos lo asaltaron y le quitaron hasta la ropa; lo golpearon y se fueron, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote pasaba por el mismo camino; pero al verlo, dio un rodeo y siguió adelante. También un levita llegó a aquel lugar, y cuando lo vio, dio un rodeo y siguió adelante. Pero un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, al verlo, sintió compasión. Se acercó a él, le curó las heridas con aceite y vino, y le puso vendas. Luego lo subió en su propia cabalgadura, lo llevó a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, el samaritano sacó el equivalente al salario de dos días, se lo dio al dueño del alojamiento y le dijo: Cuide a este hombre, y si gasta usted algo más, yo se lo pagaré cuando vuelva. Pues bien, ¿cuál de esos tres te parece que se hizo prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: El que tuvo compasión de él. Jesús le dijo: Pues ve y haz tú lo mismo.
Lucas 16:1-13
Jesús contó también esto a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo; y fueron a decirle que este le estaba malgastando sus bienes. El amo lo llamó y le dijo: ¿Qué es esto que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya no puedes seguir siendo mi mayordomo. El mayordomo se puso a pensar: ¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me deja sin trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo. Llamó entonces uno por uno a los que le debían algo a su amo. Al primero le preguntó: ¿Cuánto le debes a mi amo? Le contestó: Le debo cien barriles de aceite. El mayordomo le dijo: Aquí está tu vale; siéntate en seguida y haz otro por cincuenta solamente. Después preguntó a otro: Y tú, ¿cuánto le debes? Este le contestó: Cien medidas de trigo. Le dijo: Aquí está tu vale; haz otro por ochenta solamente. El amo reconoció que el mal mayordomo había sido listo en su manera de hacer las cosas. Y es que cuando se trata de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz. Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas. El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas? Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece? Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Juan 4:36
El que trabaja en la cosecha recibe su paga, y la cosecha que recoge es para vida eterna, para que tanto el que siembra como el que cosecha se alegren juntamente.
(22 de febrero) NO ECHEMOS LO NUEVO SOBRE LO VIEJO
Siempre llegan novedades a nuestra vida: un año nuevo en el calendario, un año nuevo de vida, un país nuevo, una ciudad nueva, una casa nueva, un trabajo nuevo, una pareja nueva, una familia nueva, hijos nuevos, una profesión nueva, un automóvil nuevo, amigos nuevos y sobre todo enseñanzas nuevas.
Sin embargo, nada puede ser realmente nuevo si nosotros lo vivimos desde viejas actitudes y lo echamos en el viejo saco de nuestros paradigmas. Necesitamos renovarnos, mejorar nuestras actitudes, cambiar nuestros paradigmas de vida, renacer, seguir aprendiendo y creciendo siempre y sobre todo nunca creer que nosotros ya hemos llegamos al punto de detenernos y estacionarnos.
No debemos desear encerrarnos en un lugar seguro. No debemos nunca vivir tratando de lograr la aprobación de los demás. Olvidemos el concepto de matar el tiempo. No creamos la mentira de que ya no tenemos tiempo para volver a comenzar. No es cierto que sea demasiado tarde, aunque lo veamos así, no lo creamos, porque es mentira.
El tiempo es algo precioso: un recurso no renovable. El tiempo que se fue no volverá y el que no ha llegado aún, no lo tenemos. Sin embargo, cada día siempre es un nuevo día. Tenemos un nuevo tiempo para vivir y ese es un momento único: ¡Ahora! Aprovechemos ahora. Tenemos el regalo del presente y es todo nuestro. Pero este tiempo nuevo no lo echemos en el saco viejo. Debemos nacer de nuevo y aprovechar este tiempo nuevo con una mente nueva, actitudes nuevas, sin paradigmas predefinidos y listos para volver a aprender, desarrollarnos y crecer. El punto de partida de este nuevo tiempo es ahora. Olvidemos todos los puntos de partida anteriores.
Sólo miremos hacia atrás para cerrar asuntos pendientes. Aceptar los errores y pedir disculpas. Reconocer y demostrar agradecimiento por todo lo recibido. Explicar lo no explicado y comprender lo no comprendido. Dejar caer todas las cargar del pasado que hemos venido cargando. Concluir lo inconcluso y cerrar lo que ha quedado abierto es comenzar a hacer espacio para lo nuevo que nos va a llegar.
Para poder recibir lo nuevo debemos aprender a pedir ayuda cuando la necesitemos. Dejarse ayudar es un buen antídoto contra la autosuficiencia y la necedad. También necesitamos aprender y practicar, para que podamos ayudar a quienes lo necesiten sin perder nuestra identidad, sin invadir ni manipular a los que estamos ayudando, sin desear o causar su dependencia en nosotros, sin imponer ni forzar aquellas áreas que ellos no están dispuestos a cambiar. El método es convencer con el ejemplo y los frutos, sin el uso de la fuerza.
No seamos caminantes solitarios, busquemos verdaderos compañeros para el camino, porque la vida es el arte del encuentro. No nos escondamos de la Vida. No exploremos todo lo nuevo estando solos. Todo lo nuevo que recibimos, lo aprovecharemos mejor en compañía de personas que comparten nuestros mismos sueños, metas y planes.
Vivir significa mucho más que estar vivos y sólo lograremos vivir si abrimos nuestra sensibilidad y nuestra conciencia a todo lo nuevo que todavía está por llegar. Un día, un año, personas, cosas, sueños, proyectos, planes. No tengamos miedo al cambio. Arriesguémonos a vivir intensamente ese tiempo maravilloso que se llama: ¡Ahora!
Recordemos que Jesús tiene una nueva vida para todos nosotros, sólo si queremos seguirlo y aprovechar la vida que Él nos quiere regalar. Él no nos impone nada, nos ofrece y nos muestra el camino, con su ejemplo y sus frutos.
Mateo 9:16-17
Nadie arregla un vestido viejo con un remiendo de tela nueva, porque el remiendo nuevo se encoge y rompe el vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque los cueros se revientan, y tanto el vino como los cueros se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos, para que así se conserven las dos cosas.
Mateo 13:52
Entonces Jesús les dijo: Cuando un maestro de la ley se instruye acerca del reino de los cielos, se parece al dueño de una casa, que de lo que tiene guardado sabe sacar cosas nuevas y cosas viejas.
Marcos 2:21-22
Nadie arregla un vestido viejo con un remiendo de tela nueva, porque el remiendo nuevo encoge y rompe el vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y se pierden tanto el vino como los cueros. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos.
Lucas 5:36-39
También les puso esta comparación: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo. Si lo hace así, echa a perder el vestido nuevo; además, el pedazo nuevo no quedará bien con el vestido viejo. Ni tampoco se echa vino nuevo en cueros viejos, porque el vino nuevo hace que se revienten los cueros, y tanto el vino como los cueros se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en cueros nuevos. Y nadie que toma el vino añejo quiere después el nuevo, porque dice: El añejo es más sabroso.
Juan 3:1-12
Había un fariseo llamado Nicodemo, que era un hombre importante entre los judíos. Este fue de noche a visitar a Jesús, y le dijo: Maestro, sabemos que Dios te ha enviado a enseñarnos, porque nadie podría hacer los milagros que tú haces, si Dios no estuviera con él. Jesús le dijo: Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le preguntó: ¿Y cómo puede uno nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso podrá entrar otra vez dentro de su madre, para volver a nacer? Jesús le contestó: Te aseguro que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de padres humanos, es humano; lo que nace del Espíritu, es espíritu. No te extrañes de que te diga: Todos tienen que nacer de nuevo. El viento sopla por donde quiere, y aunque oyes su ruido, no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así son también todos los que nacen del Espíritu. Nicodemo volvió a preguntarle: ¿Cómo puede ser esto? Jesús le contestó: ¿Tú, que eres el maestro de Israel, no sabes estas cosas? Te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos, y somos testigos de lo que hemos visto; pero ustedes no creen lo que les decimos. Si no me creen cuando les hablo de las cosas de este mundo, ¿cómo me van a creer si les hablo de las cosas del cielo?
Juan 13:31-35
Después que Judas hubo salido, Jesús dijo: Ahora se muestra la gloria del Hijo del hombre, y la gloria de Dios se muestra en él. Y si el Hijo del hombre muestra la gloria de Dios, también Dios mostrará la gloria de él; y lo hará pronto. Hijitos míos, ya no estaré con ustedes mucho tiempo. Ustedes me buscarán, pero lo mismo que les dije a los judíos les digo ahora a ustedes: No podrán ir a donde yo voy. Les doy este mandamiento nuevo: Que se amen los unos a los otros. Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes los unos a los otros. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
2 Corintios 5:17
Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo.
Colosenses 3:9-11
No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían, y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su Creador, para llegar a conocerlo plenamente. Ya no tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
Hebreos 4:7
Por eso, Dios ha vuelto a señalar un día, un nuevo "hoy", y lo ha hecho hablándonos por medio de lo que, mucho tiempo después, David dijo en la Escritura ya mencionada: "Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice, no endurezcan su corazón."
1 Pedro 2:1-3
Por lo tanto, despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes. Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor.
(23 de febrero) NUESTRO PASTOR
El Rey David, cuando estaba huyendo de Saúl, que quería matarlo, escribió muchos salmos y entre ellos está el Salmo 23, que es probablemente el Salmo más conocido de David. ¿Qué significan las palabras de ese Salmo? Definitivamente que para cada uno de nosotros y dependiendo de las circunstancias que estemos atravesando, tendrá un significado especial, además El Señor nos habla a través de Su palabra de manera directa y muy personal, en cada pasaje que leemos y cada vez que lo leemos. Sin embargo, es interesante comprender el significado de las palabras que El Señor hablo a través de David en el Salmo 23. Para el significado etimológico utilizaremos el diccionario de La Real Academia Española.
Salmo 23
El Señor es mi pastor; nada me falta.
En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.
Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.
Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar.
Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, OH Señor, por siempre viviré.
La primera oración del Salmo 23 dice: El Señor es mi pastor; nada me falta.
Pastor: Persona que guarda, guía y apacienta el ganado, especialmente el de ovejas.
Falta: Carencia o privación de algo necesario o útil. Quebrantamiento de una obligación.
En la primera frase de este Salmo ya se establece la relación entre El Señor y nosotros. Él es nuestro Pastor para guardarnos, guiarnos y apacentarnos. Por ser El Señor nuestro Pastor, no tendremos carencia, ni privación de cualquier cosa que sea necesaria o útil para nuestra vida, ni fallaremos a ninguna de nuestras obligaciones. Jesús se definió a sí mismo como Pastor, de esta manera:
Juan 10:1-16
Entonces Jesús dijo: Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Jesús volvió a decirles: Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos. El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por la paga, cuando ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor y porque las ovejas no son suyas. Y el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones. Ese hombre huye porque lo único que le importa es la paga, y no las ovejas. Yo soy el buen pastor. Así como mi Padre me conoce a mí y yo conozco a mi Padre, así también yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas que no son de este redil; y también a ellas debo traerlas. Ellas me obedecerán, y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.
La segunda oración del Salmo 23 dice: En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre.
Descansar: Aliviar a alguien en el trabajo. Reparar las fuerzas con la quietud. Tener alivio en las preocupaciones. Desahogarse, tener alivio o consuelo de los males o penalidades. Reposar, dormir. Estar tranquilos y sin cuidado en la confianza de los oficios o el favor de alguien.
Conducir: Llevar, transportar de una parte a otra. Guiar o dirigir hacia un lugar.
Fuerza: Vigor, robustez y capacidad para mover algo. Aplicación del poder físico o moral. Capacidad para soportar un peso o resistir un empuje.
Honor: Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del prójimo y de uno mismo. Gloria o buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas de quien se la granjea.
Nombre: Palabra que designa o identifica seres animados o inanimados. Fama, opinión, reputación o crédito.
En la segunda oración de este Salmo, El Señor nos dice que nos aliviará en nuestro trabajo y preocupaciones, reparará nuestras fuerzas, nos desahogará y consolará de nuestros males y penalidades, reposaremos, dormiremos y estaremos tranquilos y sin cuidado en la confianza de que contamos con Su Favor. Nos llevará, guiará y dirigirá hasta el frescor de verdes praderas y aguas tranquilas. Nos dará vigor, robustez y capacidad para mover las cosas y soportar cualquier peso o empuje, aplicando nuestro poder físico y moral. Todo esto lo hará El Señor, por la Cualidad, Gloria y Reputación de Su Nombre: “Yo Soy El Que Soy”, “El Señor”. Así dijo Él que se llamaba cuando Moisés le pregunto Su Nombre. Si El Es El Que Es y es Nuestro Señor, entonces para guardar Su Honor Él cumple fielmente con Sus deberes para con nosotros sus hijos, sus ovejas.
La tercera oración de este Salmo, dice: Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.
Oscuro: Que carece de luz o claridad. Dicho del lenguaje o de una persona: Confuso, falto de claridad, poco inteligible. Incierto, peligroso, temeroso.
Temor: Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera dañoso, arriesgado o peligroso. Presunción o sospecha. Recelo de un daño futuro.
Peligro: Riesgo o contingencia inminente de que suceda algún mal. Lugar, paso, obstáculo o situación en que aumenta la inminencia del daño.
Confianza: Esperanza firme que se tiene de alguien o algo. Seguridad que alguien tiene en sí mismo. Ánimo, aliento, vigor para obrar.
En la tercera oración de este Salmo, El Señor nos dice que cuando estemos enfrentando circunstancias adversas, que nos hacen sentir que en oscuridad, confusos, faltos de claridad, sin entender y nos sentimos en peligro y temerosos, no cederemos al temor, no huiremos, ni rehusaremos pasar por lo que nos parece dañino, arriesgado o peligroso, ni presumiremos o sospecharemos que estamos en riesgo, ni que sufriremos daños inminentes, ni futuros. Pasaremos por esa circunstancia con nuestra mirada y esperanza puesta en la fidelidad del Señor, que nos dará confianza en nosotros mismos y suficiente ánimo, aliento y vigor para actuar y obrar, porque sabemos que El Señor como buen Pastor, tiene Su Vara para corregirnos cuando nos apartamos del camino y Su Bastón para sacarnos de cualquier hoyo en el que podemos caer y eso aumenta nuestra confianza.
La cuarta oración de este Salmo, dice: Me has preparado un banquete ante los ojos de mis enemigos; has vertido perfume en mi cabeza, y has llenado mi copa a rebosar.
Banquete: Comida a que concurren muchas personas para celebrar algún acontecimiento. Comida espléndida.
Enemigo: Que está en nuestra contra, en una guerra con nosotros, que nos tiene mala voluntad y nos desea o hace mal. El diablo, príncipe de los ángeles rebelados.
En la cuarta oración de este Salmo, El Señor nos dice que nos tiene preparados momentos maravillosos como la comida espléndida de un banquete para celebrar el acontecimiento de nuestra victoria frente a todos los que están en nuestra contra y que nos han declarado la guerra, porque nos tienen mala voluntad y nos desean y hacen mal, principalmente el príncipe de los ángeles rebelados y príncipe de las tinieblas, el diablo. La Promesa del Señor es de esperanza, abundancia y celebración para Sus hijos.
La quinta y última oración de este Salmo, dice: Tu bondad y tu amor me acompañan a lo largo de mis días, y en tu casa, OH Señor, por siempre viviré.
Bondad: Cualidad de bueno. Natural inclinación a hacer el bien. Acción buena.
Amor: Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser. Sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Por siempre: Perpetuamente o por tiempo sin fin.
En la cuarta oración del Salmo, El Señor nos dice que Su cualidad única de Ser Bueno, para hacernos el bien, nos acompañará siempre, al igual que Su amor, que partiendo de nuestra propia insuficiencia, necesitamos para buscar el encuentro y la unión con Él para completar nuestra alegría y energía para convivir, comunicarnos y crear. El Señor con Su Bondad y Su Amor nos acompañará a lo largo de todos nuestros días y la bella promesa de que viviremos en su casa perpetuamente, por tiempo sin fin. El Salmo 23 cierra con promesas de bendición, Seguridad y Eternidad.
Sigamos a nuestro Pastor Jesús. Amén.
(24 de febrero) ¿POR QUÉ ALABAMOS A DIOS?
Porque alabar a Dios nos acerca a Él. Cuando lo alabamos, se abre y se fortalece nuestro vínculo con Él, porque si le alabamos en los buenos tiempos le manifestamos nuestro agradecimiento por todo lo bueno que sucede en nuestra vida reconociendo que todo depende de Él y también si le alabamos en los tiempos difíciles, le manifestamos nuestra confianza, porque reconocemos que todo lo que Él permite en nuestra vida es para bien aunque para nosotros sea difícil de comprender. Demuestra también nuestro sometimiento a Su voluntad y a Sus planes para enseñarnos, guiarnos y corregirnos.
Esta actitud de alabanza de nuestra parte, le permite al Señor hablarnos más claramente, contribuyendo a poner las cosas en su debida perspectiva. La alabanza nos pone en Su frecuencia de onda y nos permite recibir Sus mensajes en nuestro espíritu, abriendo un canal a través del cual Él puede verter Sus bendiciones sobre nosotros. Alabar a nuestro Padre celestial nos recuerda nuestra total dependencia en Él y que sólo a través de Su poder omnipotente podemos lograr la verdadera victoria en la vida. Nuestras alabanzas le demuestran que dependemos de Él, que desistimos de nuestras propias obras y confiamos en que Su poder paternal siempre obra a nuestro favor.
La alabanza activa nuestra fe y pone de manifiesto en nuestra vida el fruto de Su Espíritu, que propicia la verdadera sanidad integral. El optimismo eleva nuestro espíritu. Es una ley, tanto del plano natural como en la dimensión espiritual, que cuando adoptamos una actitud positiva, lo que nos rodea se vuelve positivo. Cuando pensamos en lo bueno, hablamos de ello y actuamos positivamente, nos sentimos mejor, y generalmente todo sale mejor. Concentrémonos en lo positivo, por muy difícil que parezca la situación. Una vez que comencemos a alabar a Dios más, nos daremos cuenta de que hay muchos motivos para hacerlo. La alabanza convertirá nuestros períodos de angustia en momentos de triunfo.
Nuestra alabanza debe ir mucho más allá de las palabras de agradecimiento e incluir de manera integral nuestro comportamiento de obediencia a los principios, valores y mandatos del Señor. Nuestra conducta y manera de vivir es la principal alabanza que de damos a nuestro Padre que está en el cielo.
Mateo 5:16
Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.
Mateo 9:8
Al ver esto, la gente tuvo miedo y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
Mateo 11:25
En aquel tiempo, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos.
Mateo 15:31
De modo que la gente estaba admirada al ver que los mudos hablaban, los mancos quedaban sanos, los cojos andaban y los ciegos podían ver. Y comenzaron a alabar al Dios de Israel.
Mateo 21:16
Dijeron a Jesús: ¿Oyes lo que esos están diciendo? Jesús les contestó: Sí, lo oigo. Pero ¿no han leído ustedes la Escritura que habla de esto? Dice: Con los cantos de los pequeños, de los niñitos de pecho, has dispuesto tu alabanza.
Marcos 2:12
El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí, a la vista de todos. Por esto, todos se admiraron y alabaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto una cosa así.
Lucas 1:46
María dijo: "Mi alma alaba la grandeza del Señor.
Lucas 1:64
En aquel mismo momento Zacarías volvió a hablar, y comenzó a alabar a Dios.
Lucas 2:13-14
En aquel momento aparecieron, junto al ángel, muchos otros ángeles del cielo, que alababan a Dios y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas! ¡Paz en la tierra entre los hombres que gozan de su favor!
Lucas 2:20
Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.
Lucas 2:28-29
Simeón lo tomó en brazos y alabó a Dios, diciendo: Ahora, Señor, tu promesa está cumplida: puedes dejar que tu siervo muera en paz.
Lucas 4:15
Enseñaba en la sinagoga de cada lugar, y todos le alababan.
Lucas 5:25
Al momento, el paralítico se levantó delante de todos, tomó la camilla en que estaba acostado y se fue a su casa alabando a Dios.
Lucas 5:26
Todos se quedaron admirados y alabaron a Dios, y llenos de miedo dijeron: --Hoy hemos visto cosas maravillosas.
Lucas 7:16
Al ver esto, todos tuvieron miedo y comenzaron a alabar a Dios, diciendo: Un gran profeta ha aparecido entre nosotros. También decían: Dios ha venido a ayudar a su pueblo.
Lucas 10:21
En aquel momento, Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido.
Lucas 13:13
Entonces puso las manos sobre ella, y al momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios.
Lucas 17:15
Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces.
Lucas 17:18
¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
Lucas 18:43
En aquel mismo momento el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto, también alababa a Dios.
Lucas 19:37
Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto.
Lucas 23:47
Cuando el capitán romano vio lo que había pasado, alabó a Dios, diciendo: --De veras, este hombre era inocente.
Lucas 24:53
Y estaban siempre en el templo, alabando a Dios.
(25 de febrero) RECHAZEMOS LO NEGATIVO
Con respecto a los comentarios y actitudes negativas:
1. No los escuchemos.
2. No dejemos que nos influencien.
3. No permitamos que nos hagan sentir inservibles o infructíferos.
4. No le abramos la puerta al rechazo que generan.
5. No aceptemos que nos acomplejen o que nos produzcan culpa.
6. No tomemos en serio ese dedo amenazador.
7. No creamos en un Dios castigador.
Es posible que estemos enfrentando, en nuestra opinión, circunstancias adversas. Percibimos que nuestros problemas complican. Nos vemos rodeados de obstáculos que nos impiden avanzar hacia nuestras metas. Sentimos que estamos tocando fondo y que no vemos ninguna salida. La pregunta no es: ¿Por qué atravesamos por esta situación? Sino más bien: ¿Por qué nos sentimos así? ¿Por qué tenemos esa actitud? ¿Por qué pensamos que las circunstancias son adversas, que los problemas se complican, que estamos rodeados de obstáculos, que estamos tocando fondo, que no tenemos salida?
Es necesario que aprendamos a creer en las promesas de Dios, en contra de todo pronóstico humano. Aunque nos parezca difícil, eso es justamente lo que llamamos fe. Caminar en la vida por fe, es caminar con la confianza y seguridad de la siempre oportuna acción de nuestro Padre que está en el cielo, a nuestro favor, sin creer en lo que la vista y nuestra percepción nos muestra, sino creyendo en Sus promesas sin verlas.
Nuestro Padre celestial, es el Rey del universo, Creador y Señor de toda la creación, Dios Todopoderoso y que todo lo sabe, Él es Amor, el único Bueno y Capaz de hacerlo todo, donde no hay nada. ¿Será que Él es capaz de proveernos lo que necesitamos, resolver nuestros problemas, derribar los obstáculos y cambiar nuestras circunstancias? Si no lo creemos, tenemos un serio problema que radica en la total ignorancia de la dimensión y carácter de nuestro Padre.
El problema casi siempre radica en que nosotros ya tenemos en nuestra mente la solución que deseamos y no estamos dispuestos a aceptar otra solución, aunque venga de la perfección de nuestro Dios. Él está al tanto de todo lo que nos sucede, pero el tiene la perspectiva Divina y ve soluciones y tiempos que suelen ser diferentes a los nuestros, que somos pequeños, débiles e ignorantes. Todo lo que Él hace por Sus hijos es Perfecto, pero Sus hijos, lamentablemente no siempre lo apreciamos.
Cuando creemos las promesas del Señor, a pesar de las circunstancias que nos rodean, entonces obedeceremos y esperaremos con tranquilidad, a que Él haga la obra y nos enseñe todo lo que nos quiere enseñar para hacernos más fuertes y más enfocados en Sus caminos. No hay imposibles, para Dios todo es posible. El camino de obediencia y sometimiento a la voluntad de nuestro Padre es un camino que nunca conduce al fracaso, sino al más rotundo de los éxitos. Pero éxito definido desde la perspectiva Divino y no humana.
Salmos 37:5
Pon tu vida en las manos del Señor; confía en él, y él vendrá en tu ayuda.
Mateo 17:20
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de aquí y vete a otro lugar, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
Mateo 19:26
Jesús los miró y les contestó: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.
Lucas 1:37
Para Dios no hay nada imposible.
Romanos 4:18-21
Cuando ya no había esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que Dios le había dicho: Así será el número de tus descendientes. La fe de Abraham no se debilitó, aunque ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara ya estaban casi muertos, y que eran demasiado viejos para tener hijos. No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que tuvo una fe más fuerte. Alabó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete.
Romanos 8:28
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito.
2 Corintios 12:9
Pero el Señor me ha dicho: Mi amor es todo lo que necesitas; pues mi poder se muestra plenamente en la debilidad. Así que prefiero gloriarme de ser débil, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
Hebreos 11:1
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.
(26 de febrero) AYUNEMOS
El ayuno es una práctica bastante común en varias religiones y consiste básicamente en suprimir alimentos y bebidas. Puede ser tan extremo como la eliminación de todo alimento sólido o líquido, o puede haber muchas variaciones donde se eliminan solo los alimentos sólidos o algunos tipos de alimentos. El principio básico es reprimir la carne para poder darle libertad al espíritu. Desde este punto de vista, la vigilia también es un ayuno en el que se ayunan horas de sueño, también reprimiendo la carne.
Los cristianos ayunamos para darle a nuestro espíritu la libertad de buscar a nuestro Padre que está en el cielo y tener momentos de intimidad y unión espiritual con Él, para que nuestro espíritu le pueda expresar su amor de hijo, le agradezca por todo lo que nos ha sucedido y que hemos recibimos de Él y le rinda el Honor que merece como nuestro Padre y Señor. Con el ayuno nuestro espíritu se alimenta y fortalece por medio de esta unión con el Padre y también obtiene Su Guía, Consejo, Promesas e Instrucciones, indispensables para la sanidad integral de nuestra vida y para mantenernos en el camino que debemos transitar para llegar al nuestro hogar eterno.
Ahora bien, si lo que buscamos es reprimir la carne y de esta manera darle libertad a nuestro espíritu, podríamos concluir que hay otros conceptos además de alimentos, bebidas y sueño, que debemos ayunar para reprimir y controlar la carne que limita la libertad del espíritu. De hecho podemos llegar a evaluar que hay asuntos mucho más importantes de ayunar que los que tradicionalmente ayunamos.
Ayunemos: el odio, la tristeza, la agresividad y la contienda, la impaciencia, la rudeza y la falta de amabilidad, cordialidad, la maldad, la infidelidad, el orgullo, la soberbia, la vanidad, la desesperanza, el descontento, el enojo, la ira, la ingratitud, el pesimismo, las preocupaciones, la desconfianza, la inseguridad, el miedo y el temor, las quejas, los juicios y prejuicios, el egoísmo, la falta de misericordia, caridad y hospitalidad, la indolencia, la lujuria, la lascivia, los vicios, los malos hábitos y la falta de dominio propio.
Con todo respeto hacia el concepto tradicional del ayuno cristiano, podríamos concluir que este último es el verdadero ayuno, si lo hacemos en secreto y sin vanagloriarnos. Entonces brillará nuestra luz como el amanecer y nuestra sanidad integral será una verdadera realidad, porque estaremos ciertamente más cerca del Padre.
Isaías 58:5-10
¿Creen que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse con ásperas ropas sobre la ceniza? ¿Eso es lo que ustedes llaman ayuno, y día agradable al Señor? Pues no lo es. El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes, en fin, con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes. Entonces brillará tu luz como el amanecer y tus heridas sanarán muy pronto. Tu rectitud irá delante de ti y mi gloria te seguirá. Entonces, si me llamas, yo te responderé; si gritas pidiendo ayuda, yo te diré: Aquí estoy. Si haces desaparecer toda opresión, si no insultas a otros ni les levantas calumnias, si te das a ti mismo en servicio del hambriento, si ayudas al afligido en su necesidad, tu luz brillará en la oscuridad, tus sombras se convertirán en luz de mediodía.
Zacarías 7:4-12
Entonces el Señor todopoderoso se dirigió a mí, y me dijo: Di a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes: Ustedes hacen ayuno y guardan luto el quinto y el séptimo mes desde hace setenta años. Pero no lo hacen para honrarme a mí, sino que cuando ustedes comen y beben, lo hacen para su propio provecho. ¿Acaso no son estas las mismas palabras que el Señor pronunció por medio de los antiguos profetas, cuando Jerusalén estaba en paz y llena de gente, y lo estaban también las ciudades de alrededor, y las regiones del Négueb y la llanura? El Señor se dirigió al profeta Zacarías, y le dijo: Esto es lo que yo ordeno: Sean ustedes rectos en sus juicios, y bondadosos y compasivos unos con otros. No opriman a las viudas, ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No piensen en cómo hacerse daño unos a otros. Pero el pueblo se negó a obedecer. Todos volvieron la espalda y se hicieron los sordos. Endurecieron su corazón como el diamante, para no escuchar la enseñanza y los mandatos que el Señor todopoderoso comunicó por su espíritu, por medio de los antiguos profetas. Por eso el Señor se enojó mucho.
Mateo 6:16-18
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como los hipócritas, que aparentan tristeza para que la gente vea que están ayunando. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no note que estás ayunando. Solamente lo notará tu Padre, que está en lo oculto, y tu Padre que ve en lo oculto te dará tu recompensa.
Lucas 18:9-14
Jesús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: OH Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano. Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: ¡OH Dios, ten compasión de mí, que soy pecador! Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido.
(27 de febrero) JESÚS Y LAS ENFERMEDADES
Los Evangelios nos cuentan que Jesús anunciaba la buena noticia del reino y curaba a la gente de todas sus enfermedades y dolencias. Además, Jesús dijo tener autoridad para eso y les dio autoridad a sus discípulos para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. También dijo Jesús que los que crean en su nombre expulsarán demonios y pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán. Finalmente Su Pasión, Muerte y Resurrección, selló Su Victoria sobre el reino de las tinieblas y Él se sentó en Su Trono para restablecer nuestra relación con el Padre y darle cumplimiento a todas Sus Promesas y Su Poder en Su Reino.
Todo esto está de acuerdo con lo profetizado por Isaías 53:1-5
¿Quién va a creer lo que hemos oído? ¿A quién ha revelado el Señor su poder? El Señor quiso que su siervo creciera como planta tierna que hunde sus raíces en la tierra seca. No tenía belleza ni esplendor, su aspecto no tenía nada atrayente; los hombres lo despreciaban y lo rechazaban. Era un hombre lleno de dolor, acostumbrado al sufrimiento. Como a alguien que no merece ser visto, lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta. Y sin embargo él estaba cargado con nuestros sufrimientos, estaba soportando nuestros propios dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido, que lo había castigado y humillado. Pero fue traspasado a causa de nuestra rebeldía, fue atormentado a causa de nuestras maldades; el castigo que sufrió nos trajo la paz, por sus heridas alcanzamos la salud.
Regresando al tema de las enfermedades, Jesús recorrió todo su país sanando: males, enfermedades, dolores, fiebres, derrames, epilepsia, manos tullidas, endemoniados, paralíticos, mancos, encorvados, leprosos, ciegos, mudos, cojos, sordos y resucitando muertos.
Nuestro Señor solía preguntar a las personas: ¿Quieres salud? ¿Quieres que te sane? ¿Crees que puedo sanarte? ¿Crees que puedes recobrar tu salud? Casi siempre después de hacer los milagros de sanidad, el decía: ¡Por tu fe te ha sido hecho! ¡Que se haga como quieres! ¡De acuerdo a tu fe sea hecho!
Hagamos algunas consideraciones:
1. El Padre le otorgó a Jesús toda autoridad en el cielo y en la tierra.
· Jesús se acercó a ellos y les dijo: Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Mateo 28:18
2. Jesús el mismo, ayer, hoy y siempre.
· Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
3. Su Poder y Reino son Eternos.
· Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo, y Dios el Señor lo hará Rey, como a su antepasado David, para que reine por siempre sobre el pueblo de Jacob. Su reinado no tendrá fin. Lucas 1:32-33
4. Su Promesa de que los que crean en Su Nombre colocarán las manos sobre los enfermos y estos sanarán, sigue siendo vigente.
· Y estas señales acompañarán a los que creen: en mi nombre expulsarán demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes; y si beben algo venenoso, no les hará daño; además pondrán las manos sobre los enfermos, y estos sanarán. Marcos 16:17-18
5. Jesús prometió que los que crean en Él, harán las obras que hizo y harán otras todavía más grandes, porque Él fue a donde está el Padre y todo lo que pidamos en Su Nombre Él lo hará.
· Créanme que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí; si no, crean al menos por las obras mismas. Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan. Juan 14:11-14
Conclusión:
Creemos, seguimos y somos discípulos del Rey y Señor que tiene toda autoridad en el cielo y la tierra, que es el mismo ayer, hoy y siempre y cuyo Poder y Reino son Eternos. El prometió que nosotros colocaríamos las manos sobre los enfermos y estos sanarían y que haríamos las obras que Él hizo y aún mayores, si lo pedimos en Su Nombre.
¿Qué estamos esperando? Por supuesto para seguir el ejemplo de Jesús, toda oración de sanidad debe estar fundamentada en la fe. Debemos asegurarnos que los enfermos o sus responsables, quieren que Jesús los sane, creen que Jesús los puede sanar y tienen fe. Sigamos las instrucciones del Señor y hagamos lo que nos mandó a hacer.
¡Eso es seguir a Jesús!
Algunas lecturas sobre Jesús sanando enfermos:
Mateo 4:23-24, Mateo 8:2-17, Mateo 9:1-7, Mateo 9:20-35, Mateo 10:1-8, Mateo 11:5, Mateo 12:13, Mateo 14:14, Mateo 14:35-36, Mateo 15:30, Mateo 19:2, Marcos 1:32-42, Marcos 2:4-12, Marcos 3:1-10, Marcos 5:21-34, Marcos 6:13, Marcos 6:53-56, Marcos 16:18, Lucas 4:38-41, Lucas 5:12-20, Lucas 6:6-18, Lucas 7:2-22, Lucas 8:2, Lucas 8:40-56, Lucas 9:1-11, Lucas 13:10-12, Lucas 14:1-4, Lucas 17:12-17, Juan 4:46-54, Juan 5:1-18, Juan 6:2, Juan 11:1-16.
(28 de febrero) ¿QUÉ VEMOS EN EL TÚNEL?
¿Nos encontramos pasando por un momento oscuro, difícil y adverso?
¿Los obstáculos han detenido la realización de nuestros sueños?
¿Se han perdido nuestros objetivos, metas y planes?
¿Nos falta motivación, estímulo, ánimo y ganas de continuar?
¿Nos sentimos sin rumbo, a la deriva y sin capacidad para controlar la situación?
¿Nos sentimos presos, atados e impedidos de avanzar?
La vida tiene momentos así, que son como túneles y mientras pasamos por ese túnel, nos sentimos muy mal.
Cuando estamos en el túnel, necesitamos cerrar los ojos físicos y abrir los ojos de la fe.
Resistamos la tentación de echarle la culpa a Dios de nuestros problemas.
Evitemos los complejos de culpa por los errores cometidos.
No busquemos la solución fácil de responsabilizar a otros.
El sol siempre sale después de la tormenta y siempre amanece después de la noche.
Todo sucede por alguna razón y no debemos lamentarnos.
Necesitamos aprovechar la lección, la experiencia, seguir adelante y perseverar.
El Señor no quiere que pasemos por momentos difíciles, pero muchas veces los permite.
Los permite por sus propios planes que son mucho más grandes que los nuestros.
Los permite aunque nosotros no comprendamos el propósito.
Los permite para mostrarnos algo, que aún no hemos podido ver.
Los permite para guiarnos, enseñarnos y capacitarnos, aunque no nos guste.
Los permite para fortalecernos, aunque duela.
Los permite siempre por nuestro bien, aunque sea difícil de comprender y aceptar.
No existen circunstancias más fuertes que nosotros y no podemos escondernos en nuestra debilidad.
Podemos adoptar una actitud positiva, optimista y de victoria que veremos con los ojos de la fe.
Podemos adoptar una actitud negativa, pesimista y de derrota que veremos con los ojos físicos.
La actitud que tomemos será de ayuda u obstáculo en la vía para la solución y logro de nuestras metas.
Necesitamos la libertad de actuar y lograr lo que nuestro Padre celestial quiere hacer con nosotros.
La actitud positiva nos da esa libertad y la actitud negativa nos quita esa libertad.
Tengamos la actitud positiva de fe y renunciemos a ser obstáculo para los planes del Señor.
Necesitamos valor para atravesar por momentos oscuros, difíciles y adversos.
Necesitamos valor para asumir esa actitud positiva cuando no comprendemos el propósito de Dios.
Necesitamos valor para asumir esa actitud positiva cuando la situación no nos gusta y nos duele.
Tengamos los pensamientos correctos sobre la actitud adecuada.
Pidamos a nuestro Padre que nos dé el valor necesario para asumir esa actitud.
Nuestro Padre nos sostendrá.
Serán momentos extraños pero que resultarán en enormes bendiciones.
Mateo 16:8
Jesús se dio cuenta, y les dijo: ¿Por qué dicen que no tienen pan? ¡Qué poca fe tienen ustedes!
Mateo 17:20
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de aquí y vete a otro lugar, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
Mateo 21:21
Jesús les contestó: Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no solamente podrán hacer esto que le hice a la higuera, sino que aun si a este cerro le dicen: Quítate de ahí y arrójate al mar, así sucederá.
Marcos 4:40
Después dijo Jesús a los discípulos: ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
Lucas 17:6
El Señor les contestó: Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: 'Arráncate de aquí y plántate en el mar', y les haría caso.
Juan 16:1
Les digo estas cosas para que no pierdan su fe en mí.
(1 de marzo) EL OJO EN LA MIRA
¿Qué es lo que lleva al éxito a: artistas, deportistas, políticos, científicos, investigadores, empresarios, escritores, cantantes, inventores, constructores, académicos y todos los que logran destacar con éxitos en sus respectivas actividades? Seguramente que no hay una sola o única respuesta para esta pregunta, porque cubre un área bastante extensa. Sin embargo, hay un factor común que podría acompañar a cualquier respuesta y que sería algo así como el punto de partida.
Los que han logrado el éxito se han visto a si mismos, ganando el premio mucho antes de ganarlo. De hecho, mucho antes de que alguien más pudiera haber creído que ellos lo podrían ganar. Quienes tienen la capacidad de visualizarse logrando sus metas, están mucho mejor preparados y equipados para el éxito, que el resto de las personas que no tienen esa capacidad. Por supuesto que eso no es algo mágico. No creamos que por tener la capacidad de visualizar, ya tenemos todo lo que hace falta para lograr el éxito. Igual hay que prepararse, esforzarse, empeñarse y perseverar hasta logar la meta.
La diferencia que hace la visualización en el proceso, es que actúa como el combustible para poder mantener el motor funcionando. Sin la visualización, los elementos de preparación, esfuerzo, empeño y perseverancia, se desgastan mucho más rápidamente y terminamos abandonando la carrera antes de finalizar y llegar a la meta.
La visualización ha estado de moda por bastante tiempo en los cursos, talleres y seminarios de mejoramiento profesional. La pregunta es: ¿Es bíblica la visualización? ¿Está la visualización entre las cosas que nuestro Padre celestial nos enseña?
Veamos que nos dicen estos pasajes:
Hebreos 11:1
Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos.
Hebreos 11:3
Por fe sabemos que Dios formó los mundos mediante su palabra, de modo que lo que ahora vemos fue hecho de cosas que no podían verse.
Habacuc 2:2-3
El Señor me contestó: Escribe en tablas de barro lo que te voy a mostrar, de modo que pueda leerse de corrido. Aún no ha llegado el momento de que esta visión se cumpla; pero no dejará de cumplirse. Tú espera, aunque parezca tardar, pues llegará en el momento preciso.
Lucas 9:62
Jesús le contestó: El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.
De estos pasajes podemos concluir algunas enseñanzas, que pueden tomarse como un buen conjunto de parámetros que definen la visualización:
Estar convencidos de la realidad de cosas que aún no vemos.
Declarar como hecho lo que todavía no puede verse.
Esperar por la visión, pues aunque tarde, no dejará de cumplirse.
Mantener la mirada hacia adelante, hacia lo que vamos a hacer.
Si queremos lograr algo en la vida, pongamos el ojo en la mira, apuntemos hacia la meta y disparemos nuestra visión hacia esa meta, viéndonos a nosotros mismos llegando victoriosos y ganando el gran premio.
Sin embargo, lograr cualquier meta, aún con el combustible de la visualización puede ser difícil, en nuestras propias fuerzas. ¿Por qué no le agregamos a este concepto de la visualización, el ingrediente básico de hacer la voluntad de nuestro Padre celestial, para contar con Su Respaldo y Poder para ayudarnos en el logro de nuestras metas?
(2 de marzo) ¿SUERTE O DESGRACIA?
¿Cómo podemos concluir que algo que ha ocurrido es malo si no conocemos el plan de Dios?
¿Cómo podemos concluir que algo que ha ocurrido es bueno si no conocemos el plan de Dios?
Podemos concluir que algo qua ha ocurrido nos gusta o no nos gusta, porque eso si lo sabemos. Pero tratar de concluir que es bueno o malo es ponernos en el lugar de Dios.
¿Es posible que algo que no nos gusta sea bueno para nosotros?
¿Es posible que algo que si nos gusta sea malo para nosotros?
¿Verdad que si en posible?
Si Dios es nuestro Padre y sólo quiere lo mejor para nosotros, ¿Cómo es posible que no podamos confiar en sus decisiones? ¿Por qué llamar bueno o malo a lo que El Señor ha hecho o permitido? ¿No es más sensato aceptar las circunstancias como la voluntad del Señor, confiar en Él y esperar a que Su Plan Perfecto se desarrolle y podamos ver lo que nuestro Padre está haciendo? El mejor aprendizaje que podemos experimentar es aprender a esperar y no permitir que el paradigma del tiempo, nuestro desespero y nuestra falta de dominio propio, nos obstaculice el logro del plan que nuestro Padre ha diseñado para nosotros.
Si no aprendemos a esperar, no podremos ver el maravilloso y perfecto plan que El Señor tiene para nosotros. ¿No hemos aprendido todavía que la vida da muchas vueltas y paradójicamente en su desarrollo, muchas veces lo malo puede hacerse bueno y lo bueno puede hacerse malo? Eso sólo es posible cuando aceptamos y esperamos por la voluntad de Dios.
Siempre es mejor esperar por el día de mañana, confiando en El Señor, que actuar hoy por falta de confianza. Todo sucede con un propósito positivo para nuestras vidas, dentro del plan infinito del creador y dueño del universo. Dejemos el control en Sus manos.
Génesis 2:9
Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Génesis 2:15-17
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.
Génesis 3:1-5
La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? Y la mujer le contestó: Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.
Mateo 6:10
Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Mateo 7:21
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial.
Mateo 26:42
Por segunda vez se fue, y oró así: Padre mío, si no es posible evitar que yo sufra esta prueba, hágase tu voluntad.
Lucas 22:42
Dijo: Padre, si quieres, líbrame de este trago amargo; pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Juan 3:21
Pero los que viven de acuerdo con la verdad, se acercan a la luz para que se vea que todo lo hacen de acuerdo con la voluntad de Dios.
Juan 5:30
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.
Juan 9:31
Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad.
(3 de marzo) LAS OPORTUNIDADES NO SE PIERDEN, OTRO LAS APROVECHA
Una oportunidad es una ocasión, una coyuntura, un momento y se presenta en un tiempo y en un lugar que son convenientes para hacer y lograr algo que es útil y provechoso. La oportunidad está ahí, en ese momento, en ese lugar, y si no la aprovechamos nosotros, alguien más la va a aprovechar, utilizar y emplear para sacarle toda la utilidad y provecho posible y para lograr el máximo de rendimiento de ella.
Las oportunidades son agradables a simple vista y es algo que la mayoría de las personas quiere o que representa una meta, un sueño o un deseo. Sin embargo, la triste realidad es que por alguna razón, la mayoría de las personas las dejan pasar sin aprovecharlas, para después enterarse que alguien más las aprovechó. Cuando dejamos pasar una oportunidad, es como tirar algo a la basura. Nunca más volverán.
La pregunta es: si las oportunidades son agradables y representan algo que queremos, deseamos, anhelamos, nuestras metas y nuestros sueños, ¿Por qué las dejamos pasar? ¿Por qué no las aprovechamos? Hay una frase popular que dice: El éxito consiste en vencer el temor al fracaso. Y eso es exactamente lo que pasa, el miedo es el factor que siempre nos impide aprovechar las oportunidades que se nos presentan, porque no podemos manejar el factor riesgo que siempre existe y el temor al fracaso nos inmoviliza, paraliza, encadena y nos impide tomar esa oportunidad y luchar por ese sueño que podemos cumplir.
Cuando el camino se pone duro, solo los duros permanecen en el camino y el miedo no es una de las características de las personas que aprovechan las oportunidades. ¿Cuántas veces perdemos oportunidades valiosas porque el miedo nos invade?
¿Debemos ceder ante el miedo?
Mateo 8:26
Él les contestó: ¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo.
Mateo 10:26
No tengan, pues, miedo de la gente. Porque no hay nada secreto que no llegue a descubrirse, ni nada escondido que no llegue a saberse.
Mateo 14:31
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo: ¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
Lucas 5:10
También lo estaban Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús le dijo a Simón: No tengas miedo; desde ahora vas a pescar hombres.
Lucas 8:50
Pero Jesús lo oyó y le dijo: No tengas miedo; solamente cree, y tu hija se salvará.
Lucas 12:7
En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.
Lucas 12:32
No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.
Juan 14:27
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
(4 de marzo) ESCRIBAMOS EL FUTURO
Nuestra vida es un libro. Cada paso que damos, cada día que vivimos, escribe una página. Todo nuestro futuro que se presenta delante de nosotros en el horizonte, es un libro con las hojas en blanco. No sabemos lo que se va a escribir, porque se irá escribiendo paso a paso, momento a momento, día a día. Por lo tanto, escribamos con cuidado, porque en algún momento, leeremos lo que ya hemos escrito y queremos que al leer, nuestro sentimiento sea de alegría al ver los propósitos cumplidos y las metas alcanzadas, en lugar de ver una vida desenfocada y sin metas logradas.
La belleza y hermosura del diseño de Dios es que en cualquier momento, podemos pasar las páginas que hemos escrito con descuido, desorden, indisciplina y errores, y comenzar a escribir de nuevo las páginas que tenemos en blanco frente a nosotros. Siempre podemos comenzar de nuevo a escribir nuestro libro de vida. No podemos borrar lo que ya ha sido escrito, pero podemos comenzar a escribir de nuevo. Si no nos gusta lo que hemos escrito, no perdamos el tiempo lamentándonos, culpándonos y sintiéndonos derrotados. A pesar de que no es agradable leer lo que hemos escrito mal, la solución es sencilla. Pidamos perdón al dueño del libro, que es nuestro Padre celestial y tomemos la decisión de comenzar a escribir nuestro libro con un nuevo enfoque, con orden y disciplina, siguiendo el propósito del Señor que es que crezcamos, progresemos, tengamos sueños, metas, planes y perseverancia para lograrlos. La única dirección posible es: avanzar.
Nuestro Señor y Padre celestial, puede hacer grandes cosas por nosotros, si nosotros emprendemos grandes cosas para Él. Dios no nos soluciona los problemas antes que se presenten. No nos ayuda antes de que lo necesitemos. No elimina los obstáculos de nuestro camino antes de que nosotros los enfrentemos con determinación y fe. Sin embargo, siempre nos tiende Su Mano en el momento preciso y oportuno, de acuerdo con Sus Planes. La fe en Dios nos infunde valor para encarar con confianza el presente con todas sus circunstancias y así construiremos el futuro de acuerdo a los propósitos de nuestro Padre que está en el cielo. Si encomendamos a Dios nuestra vida y ponemos empeño para vivir el presente al máximo, de acuerdo con los sueños, planes y metas que El Señor nos ha dado, tendremos paz y el futuro que Dios nos ha preparado.
Vivamos una vida con propósito.
Isaías 41:13
Porque yo, el Señor tu Dios, te he tomado de la mano; yo te he dicho: No tengas miedo, yo te ayudo.
Isaías 43:2
Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti.
Filipenses 4:3
Y a ti, mi fiel compañero de trabajo, te pido que ayudes a estas hermanas, pues ellas lucharon a mi lado en el anuncio del evangelio, junto con Clemente y los otros que trabajaron conmigo. Sus nombres ya están escritos en el libro de la vida.
Apocalipsis 3:5
Los que salgan vencedores serán así vestidos de blanco, y no borraré sus nombres del libro de la vida, sino que los reconoceré delante de mi Padre y delante de sus ángeles.
(5 de marzo) NO ES SÓLO DAR, SINO COMO DAR
Las reglas para dar:
1. Debemos hacer nuestras buenas obras en secreto y no delante de la gente para que nos vean.
2. Debemos dar lo que necesitamos y no solamente lo que nos sobra.
3. Debemos dar sin esperar nada a cambio y no dar a los que nos pueden dar de regreso.
4. Debemos acumular riquezas celestiales y no riquezas terrenales.
5. Debemos usar las riquezas terrenales para ganar las celestiales.
6. Debemos servir a Dios y no a las riquezas.
7. Debemos tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros.
Consecuencias de dar:
1. Cuando damos en secreto nuestro Padre celestial nos dará nuestro premio.
2. Cuando damos, nuestro Padre nos dará a nosotros.
3. Con la misma medida que damos, Nuestro Padre nos dará a nosotros.
4. Cuando damos a los pobres, hacemos riquezas en el cielo.
5. Cuando damos sin esperar nada a cambio, nuestro Padre nos recompensa.
6. Nuestro Padre premia la actitud y no la cantidad.
7. Si manejamos nuestra riqueza recordando que no es nuestra, recibiremos la verdadera riqueza.
Mateo 6:1-4
No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio. Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Mateo 7:2
Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes.
Mateo 19:21
Jesús le contestó: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
Marcos 4:24
También les dijo: Fíjense en lo que oyen. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes; y les dará todavía más.
Marcos 12:43-44
Entonces Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Les aseguro que esta viuda pobre ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres; pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.
Lucas 6:31-38
Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes. Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado solo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo. No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará. Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Les dará en su bolsa una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.
Lucas 12:33-34
Vendan lo que tienen, y den a los necesitados; procúrense bolsas que no se hagan viejas, riqueza sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruir. Pues donde esté la riqueza de ustedes, allí estará también su corazón.
Lucas 14:12-14
Dijo también al hombre que lo había invitado: Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos; porque ellos, a su vez, te invitarán, y así quedarás ya recompensado. Al contrario, cuando tú des un banquete, invita a los pobres, los inválidos, los cojos y los ciegos; y serás feliz. Pues ellos no te pueden pagar, pero tú tendrás tu recompensa el día en que los justos resuciten.
Lucas 16:9-13
Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas. El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas? Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece? Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Lucas 16:19-25
Había un hombre rico, que se vestía con ropa fina y elegante y que todos los días ofrecía espléndidos banquetes. Había también un pobre llamado Lázaro, que estaba lleno de llagas y se sentaba en el suelo a la puerta del rico. Este pobre quería llenarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros se acercaban a lamerle las llagas. Un día el pobre murió, y los ángeles lo llevaron a sentarse a comer al lado de Abraham. El rico también murió, y fue enterrado. Y mientras el rico sufría en el lugar adonde van los muertos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro sentado a su lado. Entonces gritó: ¡Padre Abraham, ten lástima de mí! Manda a Lázaro que moje la punta de su dedo en agua y venga a refrescar mi lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego. Pero Abraham le contestó: Hijo, acuérdate que en vida tú recibiste tu parte de bienes, y Lázaro su parte de males. Ahora él recibe consuelo aquí, y tú sufres.
Lucas 21:3-4
Entonces dijo: De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos; pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.
(6 de marzo) EL EJEMPLO QUE NOS MODELA
Nosotros los cristianos que seguimos a Jesús, debemos ser modelados por Su Ejemplo. Nuestra meta debe ser imitarlo a Él y ser como Él, porque Él es nuestro modelo de vida, nuestro héroe, nuestro paradigma, nuestra estrella y nuestro retrato hablado de cómo debemos ser. Somos sus fanáticos y nuestra vida debe centrarse en seguirlo a Él y esforzarnos por parecernos lo más posible a Él.
¿Cómo debemos ser nosotros al imitarlo para parecernos a Él? Debemos ser:
Fuertes, valientes, caballerosos y bondadosos.
Severos ante la injusticia, la hipocresía y la irreverencia.
Comprensivos con la gente.
Considerados con los pobres, débiles, enfermos, indeseables y aún con los de mala reputación.
Interesados en ver algo de bueno en cada persona.
Buenos amigos con una amistad que nunca deja de ser.
Líderes que transforman vidas.
Incapaces de hacer el mal.
Enemigos del temor, el dolor, la guerra y el vacío espiritual.
Portadores permanentes de la verdad, la pureza y el amor.
Comunicadores de los principios y valores de la vida.
Inspiradores del deseo de ser buenos.
Guías en el camino de una vida con propósito.
Protagonistas de la alegría, la paz, la paciencia y la fidelidad.
Proveedores de fuerzas a los caídos y derrotados.
Testigos de la confianza en nuestro Padre Celestial.
Luchadores contra el mal.
Compañeros hasta el fin.
Enfocados a tomar todas las decisiones por amor al prójimo.
Capaces de perdonarlo todo.
Humildes y mansos, devolviendo bien por mal.
Obedientes hacedores de la voluntad de nuestro Padre celestial.
Desapegados de toda avaricia y sed de poder.
Ejemplos perfectos del dominio propio.
Capaces de dar nuestra vida por amor.
¡Ese es tu ejemplo Jesús! ¡Capacítanos para seguirte y parecernos un poco a ti!
Mateo 19:27-29
Pedro le dijo entonces: Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido. ¿Qué vamos a recibir? Jesús les respondió: Les aseguro que cuando llegue el tiempo en que todo sea renovado, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, ustedes que me han seguido se sentarán también en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel. Y todos los que por causa mía hayan dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o hijos, o terrenos, recibirán cien veces más, y también recibirán la vida eterna.
Lucas 9:57-62
Mientras iban de camino, un hombre le dijo a Jesús: Señor, deseo seguirte a dondequiera que vayas. Jesús le contestó: Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza. Jesús le dijo a otro: Sígueme. Pero él respondió: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve y anuncia el reino de Dios. Otro le dijo: Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de los de mi casa. Jesús le contestó: El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.
Lucas 14:25-33
Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo: Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar. O si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.
Juan 8:12
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Juan 10:1-5
Entonces Jesús dijo: Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz.
(7 de marzo) ¿QUÉ NOS PREOCUPA?
Nosotros no somos simplemente un elemento más de la creación. No somos una criatura más dentro del reino animal. Observemos las diferencias en el relato de la creación, tal y como aparece en Génesis:
1. Todos los seres vivos fueron “producidos”. Dios dijo: Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra. Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo.
2. Los seres humanos fuimos “hechos” por Dios con Sus propias Manos y a Su Imagen. Dios Dijo: Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
3. A todos los seres vivos se les dio la orden de crecer y multiplicarse. Dios dijo: Que tengan muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo.
4. A los seres humanos se les dio poder sobre todos los seres vivos y el gobierno del mundo. Dios dijo: Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo. Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.
5. Los seres humanos fueron los únicos hechos de tierra y los únicos a los que Dios los “sopló” en su nariz para darles vida.
Génesis 1:20-25
Luego Dios dijo: Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra. Y así fue. Dios creó los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce y que viven en ella, y todas las aves. Al ver Dios que así estaba bien, bendijo con estas palabras a los animales que había hecho: Que tengan muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo. De este modo se completó el quinto día. Entonces Dios dijo: Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo. Y así fue. Dios hizo estos animales y vio que todo estaba bien.
Génesis 1:26-28
Entonces dijo: Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo. Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su bendición: Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves, y a todos los animales que se arrastran.
Génesis 2:7
Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
¿Será cierto el relato de Génesis? ¿Será verdad que somos especiales? ¿Será posible que no seamos solamente una criatura más? Hay evidencias que demuestran que somos superiores al resto de la creación y que somos especiales e importantes para Dios. Hay hechos que no se pueden negar:
1. Nuestra inteligencia, habilidad para resolver problemas y capacidad creativa e innovadora.
2. Nuestro uso del lenguaje y de las manos.
3. Las situaciones inexplicables que llamamos “casualidades” o “suerte”, pero que al repetirse hacen imposible que sean casualidades o azar, desafiando toda lógica humana.
4. El instinto sobrenatural que tenemos sobre la existencia de Dios, que hace que aún los seres vivientes que han estado aislados del resto de mundo, tengan la misma conciencia sobre la presencia Divina.
5. Nuestra capacidad para hablar con Dios y la experiencia que han tenido tantas personas, serias y cabales, en la historia del mundo, de recibir respuesta de Dios.
6. Nuestra capacidad para amar. Damos y recibimos amor de una manera que ningún otro ser vivo puede.
7. Dios mandó a Jesucristo por “sólo” nosotros los seres humanos.
Jesucristo nos habló de nuestro Padre que está en el cielo y ese Padre Bueno, que es todo amor, Nuestro Dios Santo y Todopoderoso, Creador de todo lo visible e invisible y que lo sabe todo, está siempre pendiente de nosotros.
¿Qué podría preocuparnos?
Mateo 6:7-8
Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? ¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Mateo 10:29-31
¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.
Mateo 23:9
Y no llamen ustedes padre a nadie en la tierra, porque tienen solamente un Padre: el que está en el cielo.
Lucas 11:13
Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Lucas 12:32
No tengan miedo, ovejas mías; ustedes son pocos, pero el Padre, en su bondad, ha decidido darles el reino.
(8 de marzo) HACIA ADELANTE Y SIN CARGAS
Una parte importante del plan de Dios para nuestra vida es que ignoremos lo que sucederá en el futuro. No podemos correr el velo del tiempo y ver lo que nos aguarda. ¡Necesitamos confiar en Dios!
Otra parte importante del plan de Dios para nuestra vida es que debemos dejar atrás el pasado, con todas sus penas, sus errores y tropiezos. No podemos avanzar llevando todas las cargas que hemos recogido en el camino. ¡Necesitamos aceptar el Perdón de Dios!
Si vivimos la vida sin tener confianza en Dios sobre nuestro futuro, vivimos llenos de angustias y si vivimos la vida sin aceptar el perdón de Dios sobre nuestro pasado, vivimos llenos de culpa. Cuando vivimos llenos de angustias y de culpa, entramos en una depresión.
Para poder vivir una vida con propósito y significado, donde los sueños se convierten en metas y las metas se convierten en planes concretos sobre los que trabajamos y progresamos con perseverancia y fe, hasta el cumplimiento de las metas y el propósito de nuestra vida, necesitamos confiar en nuestro Padre celestial en cada paso que damos y soltar las cargas y ataduras que nos detienen, aceptando Su perdón sobre lo que hemos hecho mal y nos hemos arrepentido.
Cada nuevo día es una ocasión para comenzar de nuevo. Si Jesucristo es nuestro Señor y Salvador, no hay razón alguna para desconfiar del futuro, ni para cargar con culpas del pasado. El pasado y el futuro están cubiertos por Su amor. El Señor, a través del Profeta Isaías, nos dijo lo que haría por medio de Jesucristo, 600 años antes de su nacimiento:
Isaías 61:1-3
El espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha consagrado; me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres, a aliviar a los afligidos, a anunciar libertad a los presos, libertad a los que están en la cárcel; a anunciar el año favorable del Señor, el día en que nuestro Dios nos vengará de nuestros enemigos. Me ha enviado a consolar a todos los tristes, a dar a los afligidos de Sión una corona en vez de ceniza, perfume de alegría en vez de llanto, cantos de alabanza en vez de desesperación. Los llamarán "robles victoriosos", plantados por el Señor para mostrar su gloria.
Además, El Señor nos dice que nos ayudará:
Isaías 41:14-20
El Señor afirma: Israel, pueblo de Jacob, por pequeño y débil que seas, no tengas miedo; yo te ayudo. Yo, el Dios Santo de Israel, soy tu redentor. Haré de ti un instrumento de trillar, nuevo y con buenos dientes; trillarás los montes, los harás polvo, convertirás en paja las colinas. Los aventarás y el viento se los llevará; el huracán los desparramará. Entonces tú te alegrarás en el Señor, estarás orgulloso del Dios Santo de Israel. La gente pobre y sin recursos busca agua y no la encuentra. Tienen la lengua reseca por la sed; pero yo, el Señor, los atenderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré brotar ríos en los cerros desiertos y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en ciénagas, haré brotar arroyos en la tierra seca. En el desierto plantaré cedros, acacias, arrayanes y olivos; en la tierra seca haré crecer pinos juntamente con abetos y cipreses, para que todo el mundo vea y sepa, y ponga atención y entienda que yo, el Señor, he hecho esto con mi poder, que yo, el Dios Santo de Israel, lo he creado.
El Apóstol Pablo nos explicó y enseñó que la base de nuestra confianza está en Jesucristo:
Romanos 8:28-39
Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, a los cuales él ha llamado de acuerdo con su propósito. A los que de antemano Dios había conocido, los destinó desde un principio a ser como su Hijo, para que su Hijo fuera el primero entre muchos hermanos. Y a los que Dios destinó desde un principio, también los llamó; y a los que llamó, los hizo justos; y a los que hizo justos, les dio parte en su gloria. ¿Qué más podremos decir? ¡Que si Dios está a nuestro favor, nadie podrá estar contra nosotros! Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos también, junto con su Hijo, todas las cosas? ¿Quién podrá acusar a los que Dios ha escogido? Dios es quien los hace justos. ¿Quién podrá condenarlos? Cristo Jesús es quien murió; todavía más, quien resucitó y está a la derecha de Dios, rogando por nosotros. ¿Quién nos podrá separar del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, o las dificultades, o la persecución, o el hambre, o la falta de ropa, o el peligro, o la muerte violenta? Como dice la Escritura: Por causa tuya estamos siempre expuestos a la muerte; nos tratan como a ovejas llevadas al matadero. Pero en todo esto salimos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los poderes y fuerzas espirituales, ni lo presente, ni lo futuro, ni lo más alto, ni lo más profundo, ni ninguna otra de las cosas creadas por Dios. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado en Cristo Jesús nuestro Señor!
¿Quién puede querer vivir en el pasado cuando el futuro es tan prometedor? Leamos lo que nos dice sobre el pasado y el futuro, el Apóstol Pablo:
Filipenses 3:12-14
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
Independientemente de cómo haya sido nuestro pasado, Jesús hace tan prometedor nuestro futuro que deseamos dejar atrás nuestro pasado, que Él ya pagó y perdonó.
Mateo 9:6
Pues voy a demostrarles que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados. Entonces le dijo al paralítico: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
Mateo 26:27-28
Luego tomó en sus manos una copa y, habiendo dado gracias a Dios, se la pasó a ellos, diciendo: Beban todos ustedes de esta copa, porque esto es mi sangre, con la que se confirma la alianza, sangre que es derramada en favor de muchos para perdón de sus pecados.
Gracias Señor Jesús por darnos un futuro prometedor y por limpiar nuestro pasado de toda culpa. Amén.
(9 de marzo) USEMOS EL PODER QUE SE NOS HA DADO
Las promesas que El Señor nos ha hecho son abundantes, siempre ciertas y llenas de poder. Las promesas de Dios no son solamente unas palabras bonitas para ser usadas en predicaciones para motivarnos y para que meditemos. Esas promesas nos las ha dado nuestro Padre celestial para que las utilicemos en nuestra vida diaria, en la práctica. Esas promesas nos dan la fuerza y el poder para vivir la vida que El Señor quiere que vivamos.
Las promesas del Señor están investidas de un enorme poder espiritual que Él quiere que aprovechemos y el poder de esas promesas es inagotable. Las podemos usar todos los días porque no se gastan, no se extinguen y nunca disminuye su poder. Las promesas de nuestro Padre que está en el cielo son para todos sus hijos, para ti y para mí, para todos nosotros. Recordemos lo que dice Juan 1:12-13: Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado.
Para liberar todo el poder que se encuentra en las promesas del Señor, debemos familiarizarnos con ellas, leyéndolas, memorizándolas y confiando en su cumplimiento como si nos las hubieran hecho a nosotros en particular. Debemos tener fe en que Dios siempre cumple Sus promesas. Las épocas de mayores tinieblas requieren más luz. Es preciso hacer frente a los tiempos de pruebas más intensas con una mayor cuota de poder y fortaleza.
¡Usemos El Poder Que Nuestro Señor Nos Ha Regalado!
Mateo 9:8
Al ver esto, la gente tuvo miedo y alabó a Dios por haber dado tal poder a los hombres.
Mateo 10:8
Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los leprosos y expulsen a los demonios. Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
Mateo 16:18-19
Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que tú ates aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que tú desates aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo.
Mateo 18:18-20
Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo. Esto les digo: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el cielo se lo dará. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
Lucas 9:1
Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades.
Lucas 10:19
Yo les he dado poder a ustedes para caminar sobre serpientes y alacranes, y para vencer toda la fuerza del enemigo, sin sufrir ningún daño.
Lucas 17:6
El Señor les contestó: Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: Arráncate de aquí y plántate en el mar, y les haría caso.
Lucas 24:49
Y yo enviaré sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Pero ustedes quédense aquí, en la ciudad de Jerusalén, hasta que reciban el poder que viene del cielo.
Juan 14:12-21
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre. Y todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré, para que por el Hijo se muestre la gloria del Padre. Yo haré cualquier cosa que en mi nombre ustedes me pidan. Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que les mande otro Defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con ustedes. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero ustedes lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes. No los voy a dejar huérfanos; volveré para estar con ustedes. Dentro de poco, los que son del mundo ya no me verán; pero ustedes me verán, y vivirán porque yo vivo. En aquel día, ustedes se darán cuenta de que yo estoy en mi Padre, y ustedes están en mí, y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
Juan 17:11
Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo me voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo.
(10 de marzo) DESERTEMOS
Dejemos de lado por un momento nuestras actividades y rutinas diarias, para meditar un poco sobre el tema de la paz. Paz es una palabra ampliamente conocida, pero posiblemente muy mal comprendida porque todos hablamos de ella pero muy pocos la practicamos verdaderamente. La definición de la palabra paz habla de ausencia de guerra, tranquilidad, quietud, sosiego, reconciliación, amistad, concordia, entre Estados, gobernantes, personas y familias.
Definición de paz: Situación y relación mutua de quienes no están en guerra. Pública tranquilidad y quietud de los Estados, en contraposición a la guerra o a la turbulencia. Tratado o convenio que se concuerda entre los gobernantes para poner fin a una guerra. Sosiego y buena correspondencia de unas personas con otras, especialmente en las familias, en contraposición a las disensiones, riñas y pleitos. Reconciliación, vuelta a la amistad o a la concordia. Virtud que pone en el ánimo tranquilidad y sosiego, opuestos a la turbación y las pasiones. Genio pacífico, sosegado y apacible.
¿Qué se necesita para hermanar a los seres humanos? La falta de paz es una barbaridad y un horror. La falta de paz implica odio, tristeza, maldad, soberbia, orgullo, vanidad y falta de dominio propio. La falta de paz nos roba nuestro equilibrio y armonía personal y con nuestro prójimo. Es imposible unir la falta de paz con los principios, valores, mandatos, enseñanzas y ejemplo de Jesucristo. Muchas personas han tratado de justificar la falta de paz con palabras cristianas, pero eso es imposible. Todo lo que Jesucristo dijo e hizo destruye cualquier intención de romper la paz.
Debemos tomar una decisión de vida. Desertemos, no nos presentemos y huyamos de toda situación que vaya en contra de la paz, la tranquilidad, la quietud, el sosiego, la reconciliación, la amistad y la concordia, con nuestra familia, amigos, vecinos y compañeros. Además, nunca apoyemos ideas, discursos, proyectos, leyes y ordenes, que motiven o vayan en contra de la paz en las comunidades, ciudades y países donde vivimos. Desertemos.
No hemos venido a este mundo para romper la paz, el equilibrio y la armonía con nuestros semejantes, nuestros hermanos, nuestro prójimo. Más bien hagamos todo lo contrario. Seamos obedientes con nuestro Padre que está en el cielo y con nuestro Señor Jesucristo y digámosle al mundo que todos somos hermanos, que amamos a nuestro prójimo y que nos neguemos a cualquier acción que vaya en contra de la paz. Alguien escribió: ¿Se imagina que hubiera una guerra y que no se presentara nadie? Por eso, no nos presentemos. Desertemos.
Mateo 5:9
Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos.
Mateo 5:21-24
Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
Marcos 9:50
La sal es buena; pero si deja de estar salada, ¿cómo podrán ustedes hacerla útil otra vez? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros.
Lucas 1:78-79
Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.
Lucas 12:57-59
¿Por qué no juzgas por ti mismo lo que es justo? Si alguien te demanda y vas con él a presentarte a la autoridad, procura llegar a un acuerdo mientras aún estés a tiempo, para que no te lleve ante el juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias, y los guardias te meterán en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.
Juan 14:27
Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
(11 de marzo) FACILITO
Hoy en día la mayoría de las religiones cristianas ponen muy fácil el camino al cielo. O sea, no hay que hacer mucho esfuerzo para ganarse la salvación. Esto es porque si predicáramos la verdad, las iglesias se quedarían vacías. Es una cuestión de mercadeo. El mercadeo nos enseña a adaptar los productos al gusto de la mayoría de los consumidores para poder alcanzar una buena participación de mercado.
¿Y cuál es el mercado? La mayoría de los cristianos no tienen mayor interés en Dios. Ese es el mercado. Es por eso que nuestras iglesias has “suavizado” el mensaje y han puesto “Facilito” el camino al cielo, para poder tener buenos niveles de “audiencia” los domingos. No solamente ahora es muy fácil llegar al cielo, sino que además todos los cristianos vamos a ser perfectamente felices, ricos y sanos. Buen producto ¿Verdad? Con ese producto las iglesias se mantienen y crecen y todos estamos satisfechos.
Si no creemos que los cristianos no tenemos mayor interés en Dios hagámonos este examen:
1. Damos lo menos posible a la iglesia, pero somos muy generosos pagando nuestros gustos.
2. Queremos que la misa, el culto o la reunión sean muy cortos, pero que nuestra diversión sea muy larga.
3. No nos gusta hablar con Dios, o nos parece extraño, pero nos gusta mucho conversar con amigos.
4. Nos emocionamos con deportes y conciertos, pero nos aburrimos en la iglesia.
5. Nos gusta muchísimo leer cualquier cosa, menos la Biblia.
6. Nos gusta participar en actividades y liderarlas, pero no en la iglesia.
7. Siempre estamos muy ocupados para atender las cosas de Dios, pero no para una fiesta o un viaje.
8. No compartimos las cosas de Dios con otros, pero si participamos en chismes, chistes y otras trivialidades.
9. Creemos todo lo que se publica en Internet, pero no dudamos de la Biblia.
10. Creemos que los que se interesan en Dios, son unos beatos, mojigatos, fanáticos, debiluchos y aburridos.
Es por eso que queremos una religión que nos diga que es “Facilito” llegar al cielo y que además nos prometa toda clase de bendiciones y riquezas, por supuesto también “Facilito”.
¿Qué piensa Jesús sobre esto? ¿Qué predicó Jesús? A Jesús nunca le preocupó que tan popular fuera su mensaje. Sólo predicó la verdad, sin importarle a quien le gustara.
Mateo 7:13-14
Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.
Mateo 7:21-29
No todos los que me dicen: Señor, Señor, entrarán en el reino de los cielos, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: Señor, Señor, nosotros comunicamos mensajes en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros. Pero entonces les contestaré: Nunca los conocí; ¡aléjense de mí, malhechores! Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre! Cuando Jesús terminó de hablar, toda la gente estaba admirada de cómo les enseñaba, porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley.
Mateo 22:1-14
Jesús comenzó a hablarles otra vez por medio de parábolas. Les dijo: Sucede con el reino de los cielos como con un rey que hizo un banquete para la boda de su hijo. Mandó a sus criados que fueran a llamar a los invitados, pero estos no quisieron asistir. Volvió a mandar otros criados, encargándoles: Digan a los invitados que ya tengo preparada la comida. Mandé matar mis reses y animales engordados, y todo está listo; que vengan al banquete. Pero los invitados no hicieron caso. Uno de ellos se fue a sus terrenos, otro se fue a sus negocios, y los otros agarraron a los criados del rey y los maltrataron hasta matarlos. Entonces el rey se enojó mucho, y ordenó a sus soldados que mataran a aquellos asesinos y quemaran su pueblo. Luego dijo a sus criados: El banquete está listo, pero aquellos invitados no merecían venir. Vayan, pues, ustedes a las calles principales, e inviten al banquete a todos los que encuentren. Los criados salieron a las calles y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos; y así la sala se llenó de gente. Cuando el rey entró a ver a los invitados, se fijó en un hombre que no iba vestido con traje de boda. Le dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí, si no traes traje de boda? Pero el otro se quedó callado. Entonces el rey dijo a los que atendían las mesas: Átenlo de pies y manos y échenlo a la oscuridad de afuera. Entonces vendrán el llanto y la desesperación. Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos.
Mateo 25
Sucederá entonces con el reino de los cielos como lo que sucedió en una boda: diez muchachas tomaron sus lámparas de aceite y salieron a recibir al novio. Cinco de ellas eran despreocupadas y cinco previsoras. Las despreocupadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; en cambio, las previsoras llevaron sus botellas de aceite, además de sus lámparas. Como el novio tardaba en llegar, les dio sueño a todas, y por fin se durmieron. Cerca de la medianoche, se oyó gritar: ¡Ya viene el novio! ¡Salgan a recibirlo! Todas las muchachas se levantaron y comenzaron a preparar sus lámparas. Entonces las cinco despreocupadas dijeron a las cinco previsoras: Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando. Pero las muchachas previsoras contestaron: No, porque así no alcanzará ni para nosotras ni para ustedes. Más vale que vayan a donde lo venden, y compren para ustedes mismas. Pero mientras aquellas cinco muchachas fueron a comprar aceite, llegó el novio, y las que habían sido previsoras entraron con él en la boda, y se cerró la puerta. Después llegaron las otras muchachas, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Pero él les contestó: Les aseguro que no las conozco. Manténganse ustedes despiertos, añadió Jesús, porque no saben ni el día ni la hora.
Sucederá también con el reino de los cielos como con un hombre que, estando a punto de irse a otro país, llamó a sus empleados y les encargó que le cuidaran su dinero. A uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad. Entonces se fue de viaje. El empleado que recibió las cinco mil monedas hizo negocio con el dinero y ganó otras cinco mil monedas. Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil fue y escondió el dinero de su jefe en un hoyo que hizo en la tierra. Mucho tiempo después volvió el jefe de aquellos empleados, y se puso a hacer cuentas con ellos. Primero llegó el que había recibido las cinco mil monedas, y entregó a su jefe otras cinco mil, diciéndole: Señor, usted me dio cinco mil, y aquí tiene otras cinco mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Después llegó el empleado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: Señor, usted me dio dos mil, y aquí tiene otras dos mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Pero cuando llegó el empleado que había recibido las mil monedas, le dijo a su jefe: Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció. Por eso tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Pero aquí tiene lo que es suyo. El jefe le contestó: Tú eres un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses. Y dijo a los que estaban allí: Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.
Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme. Entonces los justos preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron. Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no vinieron a visitarme. Entonces ellos le preguntarán: Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos? El Rey les contestará: Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron. Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.
(12 de marzo) GRATIS PERO NO FÁCIL
Jesús recorrió todos los caminos polvorientos de su país y habló a los pobres, a los pescadores, a los cobradores de impuestos, a los comerciantes, a los borrachos, a las prostitutas, a los enfermos, a los ciegos, a los sordos, a los mudos, a los inválidos, a los indeseables, a los desechables, a gente común y corriente y también a los líderes sociales, políticos y religiosos.
Nos habló a todos nosotros para demostrarnos que Dios nos ama a todos y que todos podemos y debemos amar a Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Vino a mostrarnos con su ejemplo como se debe vivir con amor, compasión, misericordia y perdón. Vino a regalarnos la salvación, por su gracia.
También nos dijo que aunque la salvación era gratis y no podíamos hacer nada para pagar por ella, tampoco era fácil de encontrar. Gratis pero no fácil. Gratis pero difícil. Gratis pero hay que luchar para encontrarla. Jesús nos dijo que entráramos por la puerta y por el camino, angostos y difíciles, que llevan a la vida y que son pocos los que los encuentran.
Mateo 7:13-14
Entren por la puerta angosta. Porque la puerta y el camino que llevan a la perdición son anchos y espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos los encuentran.
Sin embargo, Jesús en Su inmenso amor y misericordia nos dijo donde estaba la puerta:
Juan 10:1-9
Entonces Jesús dijo: Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Jesús volvió a decirles: Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.
Jesús es la puerta a través de la cual debemos pasar para entrar en la vida. Pero ya sabemos que es una puerta angosta y difícil y Jesús nos dice que debemos ser como ovejas que reconocemos Su voz y lo seguimos a Él, nuestro Pastor, nuestra puerta. La puerta es angosta y estrecha porque seguir a Jesús no es fácil. Vivir de acuerdo al sermón del monte no es fácil. Ese es el reto que enfrentamos.
Jesús también nos mostró cual era el camino:
Juan 14:1-7
No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy. Tomás le dijo a Jesús: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino? Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.
Jesús es el único camino que nos lleva a la morada eterna con nuestro Padre que está en el cielo. Jesús ya nos preparó un lugar donde vivir eternamente en el cielo y nos llevará con Él para que estemos en el mismo lugar donde Él va a estar. Jesús nos ha dicho que ya sabemos el camino que nos lleva a donde Él está y Él mismo es ese camino, porque si lo conocemos a Él, también conoceremos al Padre, a quien ya conocemos porque lo hemos visto a Él.
La puerta y el camino que llevan a la vida, son angostos y difíciles y son pocos los que los encuentran. Somos tan afortunados que nos dieron como un regalo el sitio donde están la puerta y el camino. Ya lo hemos encontrado, ahora debemos esforzarnos para hacer lo difícil y caminar derechos en lo angosto.
Amén.
(13 de marzo) ¿QUÉ LENTES USAS?
El diccionario define la palabra visión como: Acción y efecto de ver. Contemplación inmediata y directa sin percepción sensible. Punto de vista particular sobre un tema, un asunto, etc. Creación de la fantasía o imaginación, que no tiene realidad y se toma como verdadera.
De acuerdo con esta definición la visión tiene dos aspectos:
a) La visión física, o sea, lo que vemos con nuestros ojos.
b) La visión mental, o sea, lo que “vemos” en nuestros pensamientos, como: puntos de vistas, opiniones y en general todo lo que percibimos a través de nuestra mente y que no necesariamente se ajusta a la realidad, porque puede ser fantasía o imaginación, pero que percibimos como verdadero. De aquí viene el dicho: la percepción hace la realidad.
Cuando nuestra visión física no está bien, utilizamos lentes que corrigen cualquier defecto y podemos ver correctamente. La visión física se afecta por defectos en el órgano de la vista que hace que el enfoque no sea el correcto y los lentes corrigen el enfoque para ver bien. Pero, cuándo nuestra visión mental no está bien, ¿qué lentes utilizamos para corregir los defectos y poder ver correctamente? ¿Qué afecta la visión mental? Es necesario comprender esto para poder definir que tipo de “lentes” necesitamos.
Nacemos con visión física porque nuestros ojos vienen completamente formados, pero nacemos sin visión mental. Nacemos ciegos mentales, porque no tenemos puntos de vista, opiniones, ni puntos de referencia para crear fantasías o situaciones imaginarias. Poco a poco y según vamos adquiriendo experiencias, vamos formando nuestra visión mental del mundo que nos rodea. El problema está en que esa visión mental no es auténticamente nuestra sino que ha sido formada por nuestra experiencia de vida con nuestros padres, familiares, amigos, compañeros de colegio, maestros, los medios de comunicación con sus contenidos y en general todos lo que hemos experimentado, vivido, visto, escuchado, probado, tocado, etc.
La visión mental es muy importante porque domina a la visión física. Nuestra visión física puede mostrarnos un mundo maravilloso y nuestra visión mental puede mostrarnos un mundo terrible. O viceversa, nuestra visión física puede mostrarnos un mundo terrible y nuestra visión mental puede mostrarnos un mundo maravilloso. Siempre creeremos a nuestra visión mental, viviremos de acuerdo a ella y nuestra percepción del mundo y de nuestra vida personal, profesional, matrimonio, hijos, familia, comunidad, país, religión y Dios, se forma en nuestra visión mental. El asunto está en que la visión mental no es real, ni es auténticamente nuestra. La visión mental siempre es imaginaria y adquirida durante la vida.
Casi todos nuestros problemas vienen de la manera en que nuestra visión mental afecta nuestra integración e interrelación con el resto de las personas, desde las más cercanas hasta las más lejanas. Nuestra visión mental nos hace optimistas o pesimistas, positivos o negativos, proactivos o reactivos, decididos o indecisos, valientes o temerosos, humildes o soberbios, controlados o descontrolados, ordenados o desordenados, disciplinados o indisciplinados, alegres o tristes, pacientes o impacientes, amables o rudos, corteses o descorteses, pacíficos o iracundos, fieles o infieles, amorosos o indiferentes, bondadosos o maliciosos, con alta autoestima o baja autoestima, y hace positivas o negativas muchas otras características de nuestra personalidad. Sin embargo, el efecto más importante de nuestra visión mental es nuestra capacidad para aceptarnos amarnos a nosotros mismos y amar y aceptar a los demás. Nuestra visión mental actúa como unos lentes a través de los cuales vemos al mundo y es lo que llamamos actualidad “paradigma”. Simplemente, no podemos comprender por que las otras personas son como son. Nos impide aceptar y amar sin condiciones. Hay factores genéticos que también hay que tomar en consideración, pero el peso de la visión mental es aplastante.
Nuestra visión física nos muestra el mundo real. Nuestra visión mental nos muestra un mundo virtual que es en el que vivimos, creyendo que es el real. Si en lugar de usar los lentes de nuestra visión personal, usamos los lentes de la visión de Jesús, salimos de ese mundo virtual que hemos creado y comenzaremos a vivir en el reino de Dios aquí en la tierra.
Mateo 6:9-10
Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo.
Jesús nos habló varias veces sobre los ojos y es muy probable que se refiriera a los ojos de la mente y a la visión mental:
Mateo 6:22-23
Los ojos son la lámpara del cuerpo; así que, si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si tus ojos son malos, todo tu cuerpo estará en oscuridad. Y si la luz que hay en ti resulta ser oscuridad, ¡qué negra será la oscuridad misma!
Lucas 11:34-36
Tus ojos son la lámpara del cuerpo; si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo tendrá luz; pero si son malos, tu cuerpo estará en la oscuridad. Ten cuidado de que la luz que hay en ti no resulte oscuridad. Pues si todo tu cuerpo tiene luz y no hay en él ninguna oscuridad, lo verás todo claramente, como cuando una lámpara te alumbra con su luz.
Juan 8:12
Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.
Juan 12:46
Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad.
(14 de marzo) YO SOY EL QUE SOY, ¿QUÉ MÁS QUIERES DE Mí?
Yo Soy El Camino y no me buscas.
Yo Soy La Verdad y no me crees.
Yo Soy La Vida y no me disfrutas.
Yo Soy La Redención y se te olvida.
Yo Soy La Salvación y me rechazas.
Yo Soy La Misericordia y siempre abusas.
Yo Soy La Compasión y eres indiferente.
Yo Soy El Guía y no me sigues.
Yo Soy La Justicia y desconfías.
Yo Soy El Amor y me desechas.
Yo Soy La Luz y buscas la oscuridad.
Yo Soy El Maestro y no aprendes.
Yo Soy El Pastor y no me sigues.
Yo Soy El Señor y no te sometes.
Yo Soy El Rey y no me honras.
Yo Soy La Eternidad y no me esperas.
Yo Soy La Bondad y no me estimas.
Yo Soy La Santidad y no me imitas.
Yo Soy El Amigo y me traicionas.
Yo Soy El Todopoderoso y no me pides.
Yo Soy El Creador y te olvidas que existo.
Yo Soy La Inteligencia y no me entiendes.
Yo Soy La Sabiduría y me desprecias.
Yo Soy El Perdón y me ofendes.
Yo Soy La Puerta y nunca tocas, ni la abres.
Yo Soy La Meta y nunca llegas.
Yo Soy El Juez y me criticas.
Yo Soy El Proveedor y no me agradeces.
Yo Soy El Principio y El Fin y tu te escondes.
Yo Soy La Palabra y no me escuchas.
Yo Soy La Abundancia y quieres más.
Yo Soy La Fortaleza y te doblegas.
Yo Soy La Libertad y te esclavizas.
Yo Soy El Poder y buscas otras ayudas.
Yo Soy La Pureza y te ensucias y corrompes.
Yo Soy La Salud y te haces daño.
Yo Soy El Que Hace Milagros y no me alabas.
Yo Soy El Significado y me denigras.
Yo Soy El Propósito y me ignoras.
Yo Soy El Padre y no me obedeces.
Yo Soy El Padre y no me honras.
Yo Soy El Padre y no me amas.
Yo Soy La Gloria y no me quieres.
Yo Soy El Único Dios y no me adoras.
¡Yo Soy El Que Soy! ¿Qué más quieres de Mí?
(15 de marzo) ¿QUIERES GANAR?
Todos los atletas compiten para ganar y las probabilidades de ganar aumentan en proporción directa a la actitud y disciplina del atleta. La característica distintiva de los atletas ganadores es la actitud y disciplina que tienen frente al duro entrenamiento que necesitan para competir. Hay muchas cosas que quisieran hacer, pero no lo hacen porque eso podría dañar su entrenamiento. Tienen un objetivo claro y definido: ¡Ganar!
Podríamos decir que toda competencia es dolorosa. El buen deportista sabe bien que sin dolor no tendrá el premio. Los que triunfan deben soportar el sufrimiento hasta límites increíbles, obligando a sus cuerpos a continuar compitiendo aun cuando ya no pueden más. Los padres siempre enseñan a sus hijos que compiten en equipos escolares: lo importante no es ganar sino competir y eso es verdad en el ámbito educativo de la escuela. Pero en el mundo de la alta competencia los ganadores viven dentro de un paradigma: Lo importante no es simplemente competir, sino estar entre los mejores y ganar.
Para ganar se necesita entrenamiento. Alguien no preparado no puede ganar una competencia. También se necesitan buenas técnicas y sobre todo mucha perseverancia para aprovechar el entrenamiento y lograr la victoria. ¿Queremos ganar? Debemos entrenar por convencimiento propio. Si entrenamos por convencimiento propio no nos duele demasiado. Entrenamos pensando en la victoria que queremos conseguir. Nos esforzamos porque estamos convencidos, sino, no lo haríamos. El secreto de todo ganador está en la perseverancia de todo lo que hace tanto en su entrenamiento, como durante la competencia. Todos queremos ser ganadores, pero no todos queremos pagar el precio de la victoria.
En resumen, los principios del atleta ganador son:
1. Tienen una actitud positiva y disciplina frente al entrenamiento.
2. Evitan todo lo que afecte su entrenamiento.
3. Entrenan y se esfuerzan por convencimiento propio.
4. Todo el tiempo piensan en la victoria. En ¡Ganar!
5. Su paradigma es: Lo importante no es simplemente competir, sino estar entre los mejores y ganar.
6. Son perseverantes, frente al dolor y al desánimo, tanto en el entrenamiento como en la competencia.
7. Pagan el precio de la victoria.
Estos principios aplican a cualquier actividad o proyecto en la vida y sobre todo aplican a nuestra vida cristiana.
¿Qué nos pide El Señor?
Que nos capacitemos y entrenemos con una actitud positiva y mucha disciplina.
Que evitemos todo lo que nos aparta del camino que Él nos ha señalado.
Que lo sigamos a Él por convencimiento propio y no por complacer a alguien o imitando a otros.
Que pensemos solamente en la corona que Cristo nos ofrece.
Que no pensemos sólo en las actividades sino en la corona que nos espera.
Que perseveremos en nuestra obediencia frente al dolor y al desánimo.
Que paguemos el precio de la victoria con obediencia permanente y sometiéndonos a Su Voluntad.
¿Queremos ganar?
Mateo 10:22
Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.
Mateo 16:26
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?
Mateo 24:13
Pero el que siga firme hasta el fin, se salvará.
Juan 16:33
Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo.
1 Corintios 9:24-27
Ustedes saben que en una carrera todos corren, pero solamente uno recibe el premio. Pues bien, corran ustedes de tal modo que reciban el premio. Los que se preparan para competir en un deporte, evitan todo lo que pueda hacerles daño. Y esto lo hacen por alcanzar como premio una corona que en seguida se marchita; en cambio, nosotros luchamos por recibir un premio que no se marchita. Yo, por mi parte, no corro a ciegas ni peleo como si estuviera dando golpes al aire. Al contrario, castigo mi cuerpo y lo obligo a obedecerme, para no quedar yo mismo descalificado después de haber enseñado a otros.
1 Corintios 6:12
Se dice: Yo soy libre de hacer lo que quiera. Es cierto, pero no todo conviene. Sí, yo soy libre de hacer lo que quiera, pero no debo dejar que nada me domine.
2 Timoteo 4:7-8
He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa.
Filipenses 3:12-14
No quiero decir que ya lo haya conseguido todo, ni que ya sea perfecto; pero sigo adelante con la esperanza de alcanzarlo, puesto que Cristo Jesús me alcanzó primero. Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir por medio de Cristo Jesús.
(16 de marzo) EL BANCO DEL CIELO
Hay situaciones que ocurren en el momento menos esperado.
Estamos ocupados haciendo cualquier cosa y de repente sucede algo lo que no esperábamos.
Sin previo aviso nos vemos en medio de una situación difícil, que requiere de nuestra ayuda.
En ese momento, nos preguntamos cómo nosotros podríamos ayudar.
No sabemos cómo, somos inexpertos en la materia.
Se nos ocurren algunas áreas de ayuda, pero no tenemos experiencia en ninguna.
Sin embargo, tenemos la intención de ayudar.
Queremos dar, queremos darnos, pero no sabemos cómo, no tenemos con qué.
Quizá estamos en una situación que es nueva para nosotros.
Nunca hemos visto nada así.
Quizá hay otras personas que ya están ayudando porque saben lo que hay que hacer.
Pero nosotros mantenemos nuestro deseo de ayudar.
En esa situación, en ese momento, demos todo el amor que podamos dar.
No es necesario que comprendamos.
La mejor ayuda que podemos dar cuando no sabemos que hacer o no tenemos con qué ayudar: es amar.
Demos todo el cariño, la ternura y el amor que podamos.
No importa cuál sea el resultado.
Habremos dado de lo que hemos recibido.
Hemos pasado toda nuestra vida recibiendo el amor de Dios.
Lo mejor que podemos dar es el amor de Dios.
La paradoja es que recibiremos mucho más de lo que daremos.
Es el Banco del cielo.
Damos lo único que tenemos, todo lo que tenemos y recibimos más de lo que damos.
En el Banco del cielo, das todo lo que tienes y te lo reponen con creces.
El único Banco que te da más de lo que tienes, es el Banco del cielo.
Demos todo lo que podamos, pero sobre todo, demos todo el amor que podamos.
Estamos en esta vida con un propósito.
Ese propósito es: hacer todo el bien que podamos.
Hacer el bien por amor y amar todo lo que podamos.
Debemos hacerlo ahora y aquí.
No sabemos cuando partimos y es seguro que no pasaremos de nuevo por aquí.
Mateo 6:1-4
No hagan sus buenas obras delante de la gente solo para que los demás los vean. Si lo hacen así, su Padre que está en el cielo no les dará ningún premio. Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Cuando tú ayudes a los necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu amigo más íntimo; hazlo en secreto. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu premio.
Marcos 4:24-25
También les dijo: Fíjense en lo que oyen. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes; y les dará todavía más. Pues al que tiene, se le dará más; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará.
Lucas 6:27-36
Pero a ustedes que me escuchan les digo: Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan. Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa. A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes. Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así. Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así. Y si dan prestado solo a aquellos de quienes piensan recibir algo, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores se prestan unos a otros, esperando recibir unos de otros. Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande su recompensa, y ustedes serán hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. Sean ustedes compasivos, como también su Padre es compasivo.
Juan 13:35
Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son discípulos míos.
Juan 15:13
El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.
(17 de marzo) RESPONSABILIDAD SOCIAL
Responsabilidad social se basa en el reconocimiento de que las decisiones de una persona, organización o comunidad, tienen un impacto positivo o negativo en la sociedad. Esta idea, concebida en el siglo 20, tiene mucho que ver con lo que escribió el filósofo alemán Hans Jonas en 1979: Actúa de forma que los efectos de tus actos sean compatibles con la permanencia de una vida humana genuina. Dicho imperativo se conoce como el principio de responsabilidad. Por lo tanto, podemos definir la responsabilidad social como la contribución activa y voluntaria de personas, organizaciones o comunidades al mejoramiento social, económico y ambiental.
¿Por qué algunas personas, organizaciones, instituciones o comunidades, dedican esfuerzos importantes a la responsabilidad social? Puede ser porque han reconocido la importancia del concepto y quieren participar en el mejoramiento de la sociedad y puede ser también con el objetivo de mejorar su situación competitiva o sus relaciones institucionales, mejorando la percepción de su valor agregado social.
La responsabilidad social representa una actitud vital positiva, muy relacionada con la fidelidad y el amor al prójimo. Sin embargo, esta nueva moda no logrará mucho si no hacemos un profundo cambio en nuestra manera de pensar. Si queremos ser responsables porque reconocemos que sólo ayudándonos los unos a los otros, podemos resolver los problemas que nos afectan a todos y porque creemos que tratando a los demás como queremos que nos traten a nosotros, elevaremos nuestra condición humana a los niveles de desarrollo social que nos permitirán vivir con la paz y felicidad que anhelamos, entonces vamos por el camino correcto.
Pero si nuestra motivación es egoísta e interesada y sólo persigue “ganar algo”, con nuestra responsabilidad, entonces no avanzaremos mucho, porque cuando llegue el momento de tomar las decisiones importantes, no lo haremos con verdadera responsabilidad social. En otras palabras, no seremos genuinamente responsables sociales, sino que usaremos un disfraz de responsabilidad social.
Si queremos realmente solucionar los graves problemas que enferman a nuestro mundo, no usemos un disfraz, seamos genuinamente responsables frente a las personas que forman la sociedad en la que vivimos.
Mateo 6:2
Por eso, cuando ayudes a los necesitados, no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente hable bien de ellos. Les aseguro que con eso ya tienen su premio.
Mateo 23:3
Por lo tanto, obedézcanlos ustedes y hagan todo lo que les digan; pero no sigan su ejemplo, porque ellos dicen una cosa y hacen otra.
Mateo 23:5
Todo lo hacen para que la gente los vea.
Mateo 23:25-28
¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpian por fuera el vaso y el plato, pero no les importa llenarlos con el robo y la avaricia. ¡Fariseo ciego: primero limpia por dentro el vaso, y así quedará limpio también por fuera! ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que son como sepulcros blanqueados, bien arreglados por fuera, pero llenos por dentro de huesos de muertos y de toda clase de impureza. Así son ustedes: por fuera aparentan ser gente honrada, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
Marcos 7:6
Jesús les contestó: Bien habló el profeta Isaías acerca de lo hipócritas que son ustedes, cuando escribió: Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mí.
(18 de marzo) APLAUSOS PARA EL VIOLÍN
Cuando vamos a un concierto de algún virtuoso de la música y al final de una pieza magistral, nos levantamos de nuestros asientos para aplaudir y vitorear al músico virtuoso ¿A quién aplaudimos y vitoreamos? ¿Al músico o a su instrumento? Sería un tanto jocoso, ver al público aplaudiendo a un piano o a un violín.
Igual podría pasar con un gran cirujano, luego de una operación quirúrgica muy difícil y en la que se le ha salvado la vida a una persona. ¿A quién felicitamos y agradecemos? ¿Al cirujano o al bisturí? Sería casi una escena de una película cómica, ver a la familia del enfermo, rodeando al bisturí felicitando y dándole las gracias por haber salvado la vida de su pariente.
Podríamos describir cientos de ejemplos como los dos anteriores, en todas las profesiones y actividades humanas. En esos ejemplos es fácil reconocer al instrumento y experto que lo maneja. Sin embargo ¿sabemos reconocer al verdadero virtuoso, genio y profesional experto, que lo hace todo a la perfección, en la vida? ¿Podemos reconocer al instrumento y a quien lo maneja en los éxitos y victorias de nuestra vida?
Los seres humanos somos soberbios y vanidosos por naturaleza y queremos ser los protagonistas, aplaudidos y reconocidos como artífices y hacedores de todos nuestros logros, éxitos y victorias. Lamentablemente, nuestra jactancia vanagloriosa ofende a Dios, porque no queremos reconocer que sólo somos un instrumento en sus manos. Nuestro único mérito es que nos hemos esforzado y hemos perseverado para llegar a ser un buen instrumento. Podemos ser un violín muy bien hecho y afinado o un bisturí de muchísima precisión, pero sólo somos el instrumento en las manos del virtuoso perfecto, creador de todas las cosas visibles e invisibles, Dios todopoderoso, que todo lo sabe, nuestro Padre celestial, todo amor, El Señor del universo.
Debemos ser suficientemente humildes y reconocer que todos nuestros éxitos, victorias, triunfos y logros, son enteramente de Cristo, porque hemos sido un instrumento en sus manos. No nos esforcemos por presentar méritos propios. Aceptemos nuestra propia debilidad e ineficacia. ¿Qué podríamos ganar al buscar el aplauso del mundo, el reconocimiento y la fama, si ofendemos a quien nos ha dado todo y que siempre nos dará todo?
Muchos de nosotros que decimos ser cristianos necesitamos una conversión genuina. Decimos que amamos a Dios y seguimos a Cristo, pero caminamos por la senda de la soberbia, la vanidad y el egoísmo. Debemos arrepentirnos de nuestro deseo de fama, reconocimiento y aplausos del mundo. Debemos arrepentirnos de nuestro deseo de robar la gloria que le pertenece sólo a nuestro Padre que está en el cielo.
Juan 15:1-17
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el que la cultiva. Si una de mis ramas no da uvas, la corta; pero si da uvas, la poda y la limpia, para que dé más. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he dicho. Sigan unidos a mí, como yo sigo unido a ustedes. Una rama no puede dar uvas de sí misma, si no está unida a la vid; de igual manera, ustedes no pueden dar fruto, si no permanecen unidos a mí. Yo soy la vid, y ustedes son las ramas. El que permanece unido a mí, y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mí no pueden ustedes hacer nada. El que no permanece unido a mí, será echado fuera y se secará como las ramas que se recogen y se queman en el fuego. Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará. En esto se muestra la gloria de mi Padre, en que den mucho fruto y lleguen así a ser verdaderos discípulos míos. Yo los amo a ustedes como el Padre me ama a mí; permanezcan, pues, en el amor que les tengo. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa. Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes. El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros.
Lucas 6:26
¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas!
Mateo 16:26
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida? ¿O cuánto podrá pagar el hombre por su vida?
Marcos 8:36
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde la vida?
Lucas 9:25
¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si se pierde o se destruye a sí mismo?
Juan 17:4
Yo te he glorificado aquí en el mundo, pues he terminado la obra que tú me confiaste.
(19 de marzo) ¿PODEMOS O NO PODEMOS?
Todos tenemos sueños, metas y planes. La pregunta es: ¿Podemos realizar nuestros sueños, lograr nuestras metas y cumplir nuestros planes? ¿Podemos o no podemos?
Lamentablemente, lo que más escuchamos a nuestro alrededor es: No, no se puede.
Hay una larga lista de razones y excusas para explicar por qué no se puede:
· Es imposible.
· Es muy difícil.
· La situación actual no lo permite.
· No tenemos los recursos necesarios.
· Otros han fracasado intentándolo.
· Los análisis dicen que no es factible.
· Ya es muy tarde y no tenemos tiempo suficiente.
· No tenemos certeza de que funcionará.
· Tenemos miedo.
· Nadie nos apoya.
Y la lista sigue con una variedad muy amplia de razones y excusas.
En los talleres de crecimiento y mejoramiento personal, enseñan varias técnicas para ser positivos, optimistas y poder enfrentar los obstáculos que nos impiden realizar nuestros sueños, lograr nuestras metas y cumplir nuestros planes. Pero cuando termina el taller, salimos al mundo real y nos vemos frente a los inmensos obstáculos, nos sentimos solos, débiles e incapaces de vencer esos obstáculos.
Necesitamos ayuda, fuerzas adicionales y refuerzos. Pero ¿dónde están? Jesús nos enseñó que para el que cree todo es posible y que lo que es imposible para el hombre es posible para Dios, porque para El Señor todo es posible. Este concepto lo complementó el Apóstol Pablo cuando dijo que le podemos hacer frente a cualquier cosa con la fortaleza que nos da Cristo.
Si se puede. Si podemos. Nuestros sueños si se pueden realizar. Nuestras metas si se pueden lograr. Nuestros planes si se pueden cumplir. El secreto es que no debemos intentarlo nosotros solos, sino junto con el Señor y con Su Poder. Dejemos de ver nuestras debilidades y comencemos a ver nuestras fortalezas que tenemos en El Señor. No seamos como el águila que vivió su vida creyendo que era un pollo y nunca se remontó en las alturas como era su destino.
No dejemos de soñar, creyendo, con fe en Dios y esperando en Él. Busquemos Su consejo, dirección y guía. Soñemos de acuerdo con Su voluntad. Busquemos dentro de nosotros los dones y talentos que Él nos te ha dado y trabajemos con fe, perseverancia y optimismo, seguros de que para el que cree todo es posible y que lo que es imposible para los hombres es posible para El Señor. Vivamos convencidos de que todos lo podemos lograr con la fuerza de Cristo.
Mateo 19:26
Jesús los miró y les contestó: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible.
Marcos 9:23
Jesús le dijo: ¿Cómo que si puedes? ¡Todo es posible para el que cree!
Marcos 10:27
Jesús los miró y les contestó: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.
Filipenses 4:13
A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece.
(20 de marzo) ¿SÍMBOLOS?
Un símbolo es una representación sensorialmente perceptible de una realidad, en virtud de rasgos que se asocian con esta por una convención socialmente aceptada.
¿Cuál es el símbolo que representa de una manera sensorialmente perceptible la realidad cristiana? ¿Qué símbolo se asocia socialmente con los rasgos del cristianismo?
¿Una cruz? ¿Un pez? ¿Una paloma? ¿Una estrella? ¿Un pesebre? ¿Representa alguno de esos símbolos la realidad cristiana? ¿Representa alguno de ellos los rasgos del cristianismo?
¿En que se basa nuestra fe? ¿Lo sabemos o lo ignoramos? ¿Cuál es nuestra realidad? ¿Cuales son nuestros rasgos? ¿Qué símbolo nos debe representar? ¿Estamos seguros o dudamos? ¿Por qué tenemos tanta ignorancia?
Para comenzar, deberíamos rechazar el uso de imágenes, pero todos las usamos de una u otra forma. Deberíamos rechazarlas porque El Señor nos mandó a no hacer imágenes. Específicamente nos dijo en los diez mandamientos: No te hagas ningún ídolo ni figura (Éxodo 20:4). Sin embargo, todos las usamos porque no es fácil para los seres humanos vivir sin representaciones, ilustraciones e imágenes. Adicionalmente, en la cultura de los siglos 20 y 21, los logotipos, íconos y símbolos, son herramientas muy importantes en las comunicaciones masivas.
La pregunta es: Si la resurrección de Jesucristo es el eje de nuestra fe y la razón de ser de nuestra realidad. ¿Por qué no usamos la tumba vacía y al Cristo resucitado como símbolo del cristianismo? Los otros símbolos no son falsos, ni irrelevantes, ni incorrectos. Pero sólo representan una parte de la historia, una faceta del mensaje, una fotografía de un momento. El único símbolo de representa la esencia y la totalidad, del mensaje, la realidad y fundamento del cristianismo, es la resurrección de Cristo y nunca la utilizamos. ¿Será por ignorancia?
Realmente no necesitamos logotipos, íconos, ni símbolos. Los cristianos buscamos seguir a Jesús resucitado y por medio de Él, llegar a nuestro Padre en la vida eterna. Pero si necesitamos un símbolo, debemos usar a Cristo resucitado.
Mateo 28:5-7
El ángel dijo a las mujeres: No tengan miedo. Yo sé que están buscando a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron. Vayan pronto y digan a los discípulos: Ha resucitado, y va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán. Esto es lo que yo tenía que decirles.
Marcos 16:5-7
Cuando entraron en el sepulcro vieron, sentado al lado derecho, a un joven vestido con una larga ropa blanca. Las mujeres se asustaron, pero él les dijo: No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el que fue crucificado. Ha resucitado; no está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Vayan y digan a sus discípulos, y a Pedro: Él va a Galilea para reunirlos de nuevo; allí lo verán, tal como les dijo.
Lucas 24:4-7
No sabían qué pensar de esto, cuando de pronto vieron a dos hombres de pie junto a ellas, vestidos con ropas brillantes. Llenas de miedo, se inclinaron hasta el suelo; pero aquellos hombres les dijeron: ¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea: que el Hijo del hombre tenía que ser entregado en manos de pecadores, que lo crucificarían y que al tercer día resucitaría.
Hechos 4:33
Los apóstoles seguían dando un poderoso testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y Dios los bendecía mucho a todos.
Romanos 1:3
Es el mensaje que trata de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, quien nació, como hombre, de la descendencia de David, pero a partir de su resurrección fue constituido Hijo de Dios con plenos poderes, como espíritu santificador.
Romanos 8:11
Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.
Romanos 10:9
Si con tu boca reconoces a Jesús como Señor, y con tu corazón crees que Dios lo resucitó, alcanzarás la salvación.
1 Corintios 15:12-23
Pero si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos. Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar. Así como por causa de un hombre vino la muerte, también por causa de un hombre viene la resurrección de los muertos. Y así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos tendrán vida. Pero cada uno en el orden que le corresponda: Cristo en primer lugar; después, cuando Cristo vuelva, los que son suyos.
Efesios 1:18-22
Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia cuando resucitó a Cristo y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, poniéndolo por encima de todo poder, autoridad, dominio y señorío, y por encima de todo lo que existe, tanto en este tiempo como en el venidero. Sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo.
Colosenses 1:18
Además, Cristo es la cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para tener así el primer puesto en todo.
1 Tesalonicenses 4:14
Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.
1 Pedro 1:3-4
Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse.
1 Pedro 3:21-22
Y aquella agua representaba el agua del bautismo, por medio del cual somos ahora salvados. El bautismo no consiste en limpiar el cuerpo, sino en pedirle a Dios una conciencia limpia; y nos salva por la resurrección de Jesucristo, que subió al cielo y está a la derecha de Dios, y al que han quedado sujetos los ángeles y demás seres espirituales que tienen autoridad y poder.
(21 de marzo) GANAR EMPATANDO
¿Es posible ganar empatando? ¿Podemos tratar de ganar, tratando de empatar? Pues eso es lo que intenta hacer la venganza. La venganza es un ciclo oscuro y tenebroso que busca obtener satisfacción por los agravios y daños recibidos, tomando las acciones en nuestras propias manos. Con la venganza, juzgamos a alguien y llevamos a cabo la sentencia nosotros mismos. Una vez que hemos ejecutado nuestra venganza, la otra parte puede a su vez intentar tomar también acciones de venganza, repitiendo el ciclo, que lamentablemente puede llegar a ser un ciclo sin fin.
Así se puede comenzar una guerra, entre países, ciudades, comunidades, empresas, organizaciones, familias y personas. Las acciones de venganza pueden ser físicas, verbales, emocionales o las más oscura de todas, espirituales. Pueden ser ejecutadas directamente por el “vengador” o por un tercero a quién se ha delegado o “contratado” la venganza.
¿Estamos atrapados dentro de un ciclo de venganza? Sea cual fuere ese ciclo y por la razón que sea, nuestro Señor quiere que termine. No importa si nos consideramos los agraviados o no. Igualmente El Señor quiere que termine. Él habló claramente contra la venganza y nos enseñó cual es el arma para romper ese terrible ciclo de la venganza: el amor, el perdón, la bondad, la humildad, el dominio propio y la búsqueda de la paz. Nuestro Señor Jesucristo no quiere que seamos vencidos por el mal, sino venzamos con el bien el mal.
Jesús nos ordenó: No enojarnos, no insultar, no injuriar, no resistirnos al que nos haga algún mal, poner la otra mejilla, dar lo que nos pidan, amar a nuestros enemigos, ponernos en paz con nuestros hermanos, ponernos de acuerdo y ser perfectos como nuestro Padre que está en el cielo. En el plan maestro de nuestro Padre, sólo Él puede juzgar lo que está bien y lo que está mal, sólo Él puede dictar la sentencia y sólo Él puede llevar a cabo esa sentencia. A nosotros se nos ordena amar igualmente a quienes nos aman y a quienes nos odian, a nuestros amigos y a nuestros enemigos.
Difícil ¿Verdad? Sin embargo, eso es lo que significa: Seguir a Jesús.
Mateo 5:21-26
Ustedes han oído que a sus antepasados se les dijo: No mates, pues el que mate será condenado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano, será condenado. Al que insulte a su hermano, lo juzgará la Junta Suprema; y el que injurie gravemente a su hermano, se hará merecedor del fuego del infierno. Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Si alguien te lleva a juicio, ponte de acuerdo con él mientras todavía estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo.
Mateo 5:38-48
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado. También han oído que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.
Romanos 12:17-21
No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer lo bueno delante de todos. Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. Queridos hermanos, no tomen venganza ustedes mismos, sino dejen que Dios sea quien castigue; porque la Escritura dice: A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré, dice el Señor. Y también: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergüenza. No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal.
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