martes, 5 de mayo de 2009

Presentemos El Caso Al Juez

El diccionario dice que un juez es una persona que tiene autoridad y potestad para juzgar y sentenciar. Autoridad es el poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho. Potestad es el dominio, poder, jurisdicción o facultad que se tiene sobre algo. Juzgar es deliberar acerca de la culpabilidad de alguien, o de la razón que le asiste en un asunto, y sentenciar lo procedente. Finalmente el diccionario dice que juicio es la facultad del alma, por la que el hombre puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso.

Por supuesto que el hombre para vivir en sociedad necesita leyes para mantener el orden y una vez que ha definido leyes, necesita jueces que juzguen a los que se acusa de haberlas trasgredido. No estamos hablando de ese tipo de juez y juicio. Es correcto que las leyes del hombre deben tener hombres como jueces. Pero ¿quién puede ser juez de las leyes de Dios?

Las leyes de Dios sólo pueden tener a Dios como juez y lo que nos contamina constantemente es nuestra costumbre de juzgar subjetivamente, el estado espiritual de nuestros hermanos, de acuerdo con lo que observamos en sus actitudes, palabras y acciones. Haciendo esto, robamos la autoridad que sólo le corresponde al Señor. Debemos recordar que el juicio a quien le pertenece es a Dios. El es el único que conoce nuestros corazones. Por lo tanto debemos, dejar todo juicio en las manos de Dios y preocuparnos, más bien, por nuestro propio estado espiritual.

El Señor nos ha dicho:

  • Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.
  • No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes.
  • No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes.
  • Perdonen, y Dios los perdonará.
  • ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo?
  • Solamente hay uno que ha dado la ley y al mismo tiempo es Juez, y es aquel que puede salvar o condenar; tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

Génesis 2:15-17
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.

Mateo 7:1-5
No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.

Lucas 6:37
No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen, y Dios los perdonará.

Santiago 4:11-12
Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal de su hermano, o lo juzga, habla mal de la ley y la juzga. Y si juzgas a la ley, te haces juez de ella en vez de obedecerla. Solamente hay uno que ha dado la ley y al mismo tiempo es Juez, y es aquel que puede salvar o condenar; tú, en cambio, ¿quién eres para juzgar a tu prójimo?

Santiago 5:9
Hermanos, no se quejen unos de otros, para que no sean juzgados; pues el Juez está ya a la puerta.

Salmos 7:11
Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo.

Salmos 9:4
Tú eres juez justo: te has sentado en tu trono, para hacerme justicia.

Salmos 50:6
Y el cielo declara que Dios es juez justo.


Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.

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