Dios siempre hace justicia y siempre dicta sentencia. Sin embargo, Dios tiene Su Tiempo perfecto para cada cosa y también tiene un tiempo específicamente reservado para llevar a cabo Su Justicia. Toda acción produce una reacción, toda semilla da su cosecha y toda infracción tiene su consecuencia. En su tiempo. En el tiempo perfecto de Dios.
En La Palabra de Dios están las promesas, los mandatos, los principios y las advertencias. La justicia Divina siempre se hará presente porque Jesús dijo: Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos. Además Isaías profetizó sobre Jesús: Aquí está mi siervo, a quien he escogido, mi amado, en quien me deleito. Pondré sobre él mi Espíritu, y proclamará justicia a las naciones. No protestará ni gritará; nadie oirá su voz en las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas humea, hasta que haga triunfar la justicia.
La voluntad de nuestro Padre que está en el cielo y la verdad, son la base de la justicia Divina, de acuerdo con lo que nos enseñó Jesús: Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado. Pero si juzgo, mi juicio está de acuerdo con la verdad, porque no juzgo yo solo, sino que el Padre que me envió juzga conmigo.
Por lo tanto, si tenemos hambre y sed de justicia, sabemos que seremos satisfechos y que recibiremos justicia, donde la verdad siempre resplandecerá y la sentencia siempre estará de acuerdo con la voluntad de Dios, nuestro Señor, nuestro Padre que está en el cielo. Esta es una realidad debe producirnos una gran paz, si la creemos.
Siempre tendremos la oportunidad de recibir la justicia de Dios. Hay tiempo, porque el tiempo de Dios es perfecto. ¿Sabremos esperar?
Mateo 5:6
Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos.
Mateo 12:18-20
Aquí está mi siervo, a quien he escogido, mi amado, en quien me deleito. Pondré sobre él mi Espíritu, y proclamará justicia a las naciones. No protestará ni gritará; nadie oirá su voz en las calles. No romperá la caña quebrada ni apagará la mecha que apenas humea, hasta que haga triunfar la justicia.
Juan 5:30
Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.
Juan 8:16
Pero si juzgo, mi juicio está de acuerdo con la verdad, porque no juzgo yo solo, sino que el Padre que me envió juzga conmigo.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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