Hoy estuve leyendo el capítulo 3 de Mateo, donde leemos acerca de la obra de Juan el Bautista, a quién Dios envió a preparar el camino para Jesús. Juan el Bautista le decía a la gente: Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca y produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. ¿Qué aprendimos? Primero, no es suficiente arrepentirse, sino que debemos producir frutos que demuestren arrepentimiento. O sea, tu quieres cambiar y lo dices, pero debes comenzar a dar demostraciones de ese cambio en tu vida. Juan bautizaba con agua exteriormente, simbolizando arrepentimiento y cambio. Pero Jesús bautiza con el Espíritu Santo y fuego, interiormente y realmente nos cambia y transforma desde adentro. Si aceptas que debes cambiar algunas cosas en tu vida, haz un cambio verdadero desde adentro. Y eso sólo puedes lograrlo si le pides a Jesús que entre en tu corazón y haga de ti la persona que él diseñó, en lugar de la persona que el mundo moldeó. Logra el potencial y la libertad que Dios diseñó para ti, permítele a Jesús bautizarte con el Espíritu Santo y fuego. Que tengas un feliz y bendecido día.
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