Trabajamos para tener más pero terminamos con menos. El ser humano lucha toda su vida para aumentar su riqueza y tener más bienes. Eso no se ve mal a simple vista, el problema está en que la acumulación de riqueza y bienes, es la meta principal de nuestras vidas, y ese enfoque hace que nuestros principios se adapten para ajustarse a ese valor o meta principal. Ese ajuste de principios hace que actitudes negativas se vean como positivas y terminamos destruyendo valores fundamentales al buscar principalmente el éxito financiero, eliminando el tiempo que requiere el desarrollo de nuestra vida espiritual, nuestras relaciones familiares y personales y nuestra salud. La búsqueda de la riqueza como valor principal, logra que tengamos más cantidad de bienes, pero menos calidad de vida. Jesus nos enseño: ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo? El que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten. Aprendamos la lección y asegurémonos de buscar a Dios y obtener en esta vida lo que es importante y trascendente.
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