Juan y Pablo son hermanos y desde niños han sido fanáticos del Béisbol. Sin embargo, hubo un momento en el que los dos niños comenzaron a diferenciarse. Mientras Juan continuó disfrutando del Béisbol como fanático, Pablo decidió ser un jugador y le puso tanto empeño y perseverancia a su trabajo, que llegó a ser jugador del equipo del que ambos eran fanáticos. Ahora, los dos hermanos, ya adultos, siguen siendo fanáticos del mismo equipo. Pero mientras Juan sólo disfruta hablando de su equipo, leyendo los reportajes y viendo los partidos, Pablo realmente trabaja duro para lograr que su equipo gane. Lo mismo sucede con Jesucristo. Puedes ser un fanático de Jesús, hablando, leyendo y disfrutando las reuniones o puedes decidir ser un jugador y trabajar con empeño y perseverancia para que "el equipo gane". Jesús dijo: Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos. Debes decidir: ¿vas a ser hablador o hacedor? ¿vas a leer la palabra o obedecerla? y finalmente ¿vas sólo a disfrutar ser cristiano o vas a trabajar para Jesús? Esa es la diferencia entre fanáticos y jugadores y Jesús no está buscando fanáticos sino obreros.
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