Puede ser muy deprimente llegar a la conclusión de que ya no queda nada por hacer. Porque si no queda nada por hacer ¿Para que servimos? ¿Cuál es el propósito de continuar? Sin embargo, debemos evaluar con mucho cuidado nuestro entorno y determinar si realmente ya todo está hecho. Cuando nos preguntemos ¿Qué queda por hacer? Miremos con atención, con ojos que quieren ver la verdad y descubriremos que siempre hay algo más que hacer en la vida. Siempre hay alguien que necesita ayuda, que necesita ser levantado, rescatado o sanado. Siempre hay algún vecino, amigo o familiar que enfrenta obstáculos y adversidad. Tu puedes ayudar a quitar las piedras del camino y encender la luz en la oscuridad. Si escuchas tu corazón, siempre sentiras que hay algo que te mueve a continuar, porque Dios, tu Padre celestial, siempre estará contigo para amarte y llenarte de Su Espíritu, para que seas reflejo de Su Luz para los que están en la oscuridad y puedas dar de lo que Él te da, aunque no recibas nada del mundo. Sigue adelante, queda mucho por hacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario