Sientes que tienes un trabajo muy pesado y que necesitas esforzarte mucho cada día, desde el amanecer, hasta el anochecer. El trabajo es duro, sientes que no avanzas y llegas a tu casa cansado. Sientes que todos tus esfuerzos son en vano y puedes llegar a sentirte frustrado y desilusionado.
Sin embargo, deberías estar agradecido porque a través de todas estas circunstancias te has fortalecido y la adversidad te ha hecho crecer. Gracias a esas pruebas ahora dispones de mayores habilidades y has aprendido a trabajar por fe.
Si quieres lograr el éxito verdadero, debes seguir luchando aunque estés agotado y nadie te apoye, aunque tus fuerzas mengüen y tus ojos humanos no vean que avanzas. Debes seguir luchando aunque sienta deseos de desistir.
También necesitas restaurar tu agotamiento y alimentar tus fuerzas gastadas. Necesitas que te apoyen en tu lucha para lograr avanzar hacia el éxito y la victoria. Y definitivamente, para poder seguir luchando necesitas fortalecer tu voluntad.
Para lograr la victoria en tu lucha por el éxito, busca la ayuda de Dios, para que ilumine tu camino, guíe tus pasos, quite todos tus miedos y dudas, calme las tormentas, sostenga tu mano y no te deje caer, provea tus necesidades diarias y mueva la montaña que está delante de ti. Podrás seguir luchando porque Dios vive en tí.
Gracias Señor, por hacer posible, lo que para mí es imposible.
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