Hipócrates, se considera padre de la medicina. El enseñó a sus discípulos a observar el estado emocional y antecedentes generales de sus pacientes. Decía que el estado de ánimo influye en la salud y que para estar sano es necesario la armonía con uno mismo y con el mundo que nos rodeaba.
Muchos médicos han observado la conexión entre la vida emocional de los pacientes y su salud, porque la mente y las emociones influyen en nuestra parte física, contribuyendo a sanarnops o a enfermarnos. Existe una estrecha relación entre actitud y salud.
Los efectos terapéuticos de la risa y la alegría, son objeto de elogio en el libro de Proverbios, que dice que un buen remedio es el corazón alegre, pero que el ánimo triste resta energías. La receta para la salud es una fórmula de Dios. Dedicar atención a la Palabra de Dios y sus principios se da como el secreto de la vida para los que las hallan y medicina para todo su cuerpo. Nadie es inmune a los problemas de la vida, pero si contraemos alguna enfermedad, recordemos que Dios es la fuente de la salud.
Tu actitud y estado emocional influyen en tu salud. Deja que Dios entre en tu vida y te llene de optimismo, positivismo, esperanza y salud.
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