lunes, 29 de noviembre de 2010

Quiero Ser Cristiano

Quiero ser un lugar llegada y de encuentro.

Quiero ser una brújula en las manos del Señor.

Quiero ser un lugar de paz.

Quiero ser provisión de amor, salud, comida, techo, abrigo y compañía.

Quiero vivir sin temor porque Tú Señor estás conmigo.

Quiero saber con la seguridad de la fe, que la luz siempre derrotará a la oscuridad.

Quiero que esa luz, la luz de Jesús, brille en mí como un sol que ilumina el mundo entero.

Quiero ser sal y luz del mundo.

Quiero ayudar con mis manos y la luz de Jesús, a todos mis hermanos.

Quiero tener siempre un lugar para todo ser humano.

Quiero caminar junto a Ti Señor.

Quiero compartir con mi prójimo el pan, la fe, la esperanza y el amor.

Quiero descubrir que en mi corazón soy todavía un niño.

Quiero ser amigo de mi vecino y decirle: cuenta conmigo.

Quiero dejarme usar por Mi Señor para ayudar a mis hermanos.

Quiero dar todo cuanto puedo dar.

Quiero solamente seguir a Jesús, Mi Señor.

Quiero unirme a otros cristianos que siguen a Jesús, El Señor.

Quiero que el mundo nos escuche.

Quiero que la humanidad reciba la luz de Jesús reflejada en nosotros.

Quiero ser cristiano.

 

Mateo 4:16

El pueblo que andaba en la oscuridad vio una gran luz; una luz ha brillado para los que vivían en sombras de muerte.

 

Mateo 5:13-16

Ustedes son la sal de este mundo. Pero si la sal deja de estar salada, ¿cómo podrá recobrar su sabor? Ya no sirve para nada, así que se la tira a la calle y la gente la pisotea. Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo. 

 

Lucas 1:78-79

Porque nuestro Dios, en su gran misericordia, nos trae de lo alto el sol de un nuevo día, para dar luz a los que viven en la más profunda oscuridad, y dirigir nuestros pasos por el camino de la paz.

 

Lucas 2:30-32

Porque ya he visto la salvación que has comenzado a realizar a la vista de todos los pueblos, la luz que alumbrará a las naciones y que será la gloria de tu pueblo Israel.

 

Lucas 9:57-62

Mientras iban de camino, un hombre le dijo a Jesús: Señor, deseo seguirte a dondequiera que vayas. Jesús le contestó: Las zorras tienen cuevas y las aves tienen nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza. Jesús le dijo a otro: Sígueme. Pero él respondió: Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre. Jesús le contestó: Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve y anuncia el reino de Dios. Otro le dijo: Señor, quiero seguirte, pero primero déjame ir a despedirme de los de mi casa. Jesús le contestó: El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.

 

Juan 1:19

En el principio ya existía la Palabra; y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Él estaba en el principio con Dios. Por medio de él, Dios hizo todas las cosas; nada de lo que existe fue hecho sin él. En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no han podido apagarla. Hubo un hombre llamado Juan, a quien Dios envió como testigo, para que diera testimonio de la luz y para que todos creyeran por lo que él decía. Juan no era la luz, sino uno enviado a dar testimonio de la luz. La luz verdadera que alumbra a toda la humanidad venía a este mundo.

 

Juan 8:12

Jesús se dirigió otra vez a la gente, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, tendrá la luz que le da vida, y nunca andará en la oscuridad.

 

Juan 10:16

Entonces Jesús dijo: Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.

 

Juan 12:46

Yo, que soy la luz, he venido al mundo para que los que creen en mí no se queden en la oscuridad.

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