De acuerdo con el diccionario, celoso es el que siente celos y celos significa: Cuidado, diligencia, esmero que alguien pone al hacer algo. Interés extremado y activo que alguien siente por una causa o por una persona. Recelo que alguien siente de que cualquier afecto o bien que disfrute o pretenda, llegue a ser alcanzado por otro.
De acuerdo con esta definición, todos somos celosos en algún grado y eso no parece malo en esencia. Es probable que el adjetivo "celoso" esté tan desprestigiado, por el nivel extremo y enfermizo, al que algunas personas llevan sus celos. Como conclusión, podemos decir que los celos no son intrínsecamente, ni buenos, ni malos. Lo que hay que evaluar es el nivel de intensidad de los celos y la falta de dominio propio en su aplicación.
Sin embargo, existe otro tipo de celos. En Éxodo 20:5, nos dice El Señor: Porque yo soy el Señor tu Dios, Dios celoso. Y en Éxodo 34: 14, nos dice: No adoren a ningún otro dios, porque el Señor es celoso. Su nombre es Dios celoso. En este caso la palabra "celoso" viene de la palabra hebrea qanna, que es una palabra de uso exclusivo para Dios. Este adjetivo nunca se aplica a una persona. Solo se utiliza para describir a Dios. Este celo, es un atributo esencial del Señor. Su nombre es Dios Celoso.
Si nos tomamos esto a la ligera y no le dedicamos el tiempo necesario para reflexionar sobre su significado, nunca comprenderemos cuan serio es el derecho que Dios tiene sobre nosotros y probablemente no comprenderemos por qué Él exige devoción exclusiva, ni por qué espera que nuestros matrimonios reflejen la misma cualidad. Eso pasa porque el celo mora en el centro de quién es Dios.
A nosotros nos han enseñado que Dios es amor y que el corazón de Dios es un corazón de puro amor. Y eso es cierto. Pero necesitamos comprender el amor de nuestro Padre celestial, antes de seguir actuando como si nuestro comportamiento es irrelevante. De acuerdo con la Biblia Dios nos ama, nos perdona y es compasivo, pero también dice que es extremadamente posesivo de lo que le pertenece. No tolerará duplicidad, ni intenciones engañosas. Nunca aceptará el adulterio espiritual. Nosotros le pertenecemos y nunca permitirá que divaguemos en nuestros afectos. Cualquier evangelio de amor, gracia y perdón que no incluya posesión, celo y fidelidad, es como una ceremonia de matrimonio a la que asisten los amantes.
Todos sabemos que Dios exige exclusividad en adoración, pero siempre visualizamos comportamientos de infidelidad con el servicio a dioses falsos. Pero no debemos pensar en esto, sólo como nuestra adoración a dioses paganos. Como las estatuas de los dioses griegos, romanos, cananeos, o las estatuas de los dioses paganos de hoy en día. Debemos pensar en términos de permitir que un dios falso dicte los términos de nuestra vida. La adoración a un dios falso puede incluir la adoración a cualquiera de estos dioses: dinero, poder, fama, apariencia, sexo, pornografía, placer, licor, drogas, televisión, internet, hobbies, etc.
Si hay algo que está tomando el primer lugar de nuestra dedicación, interés, esfuerzos y tiempo, entonces atendemos amantes. Porque según el diseño de nuestro Padre, el primer lugar es siempre para Él. Espiritualmente hablando somos adúlteros, tenemos amantes y provocamos el celo de Dios.
Esta frase es muy dura, pero totalmente cierta: Si lo que hacemos en este mundo, no es lo que Dios nos dijo que hiciéramos, entonces servimos a otro dios.
Mateo 22:37-38
Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos.
Marcos 12:29-30
Jesús le contestó: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Juan 2:17
Entonces sus discípulos se acordaron de la Escritura que dice: Me consumirá el celo por tu casa.
Mateo 6:24
Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Lucas 16:13
Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.
Mateo 4:8-10
Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos, le dijo: Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: Vete, Satanás, porque la Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.
Lucas 4:5-8
Luego el diablo lo levantó y, mostrándole en un momento todos los países del mundo, le dijo: Yo te daré todo este poder y la grandeza de estos países. Porque yo lo he recibido, y se lo daré al que quiera dárselo. Si te arrodillas y me adoras, todo será tuyo. Jesús le contestó: La Escritura dice: Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
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