El mundo se está desplomando en la anarquía y la confusión total. No hay orden de ninguna clase. Perece que no existe una base moral, ni un código de conducta, ni un sentido de lo acertado y de lo equivocado, del bien y del mal.
Sin embargo, lo que está pasando es lógico porque nos hemos olvidado de Dios:
1. Si somos solamente animales que evolucionaron, vivamos como animales.
2. Si la supervivencia es del más fuerte, vivamos para vencer al prójimo.
3. Si no hay un gran diseñador, vivamos sin un plan.
4. Si no existe una autoridad máxima, vivamos sin reglas y sin orden.
5. Si no hay quien juzgue, vivamos sin pensar en las consecuencias del delito.
Para librarnos de Dios hemos tenido que deshacernos de los principios y valores absolutos, inmutables y eternos, sobre los cuales, Nuestro Padre que está en el cielo, creó este mundo.
Sin los principios y valores de Nuestro Padre, perdemos la noción del bien y el mal. El resultado es el caos y la locura, creando una demencia total que ha lanzado al mundo hacia la destrucción total.
El mundo que cosecharemos dependerá de los principios y valores que sembremos.
Génesis 1:1-2
En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.
Génesis 2:8-9
Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Génesis 2:15-17
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16 le dio esta orden: Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.
Génesis 3:1-5
La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer: ¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín? Y la mujer le contestó: Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos. Pero la serpiente le dijo a la mujer: No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.
Mateo 5:19
Por eso, el que no obedece uno de los mandatos de la ley, aunque sea el más pequeño, ni enseña a la gente a obedecerlo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Pero el que los obedece y enseña a otros a hacer lo mismo, será considerado grande en el reino de los cielos.
Mateo 7:24-27
Por tanto, el que me oye y hace lo que yo digo, es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía su base sobre la roca. Pero el que me oye y no hace lo que yo digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y la casa se vino abajo. ¡Fue un gran desastre!
Mateo 19:17
Jesús le contestó: ¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Bueno solamente hay uno. Pero si quieres entrar en la vida, obedece los mandamientos.
Mateo 28:19-20
Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Por mi parte, yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.
Lucas 1:17
Este Juan irá delante del Señor, con el espíritu y el poder del profeta Elías, para reconciliar a los padres con los hijos y para que los rebeldes aprendan a obedecer. De este modo preparará al pueblo para recibir al Señor.
Lucas 6:47-49
Voy a decirles a quién se parece el que viene a mí y me oye y hace lo que digo: se parece a un hombre que para construir una casa cavó primero bien hondo, y puso la base sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero ni moverla pudo, porque estaba bien construida.Pero el que me oye y no hace lo que digo, se parece a un hombre que construyó su casa sobre la tierra y sin cimientos; y cuando el río creció y dio con fuerza contra ella, se derrumbó y quedó completamente destruida.
Lucas 11:28
Él contestó: ¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen!
Lucas 12:47
El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni lo obedece, será castigado con muchos golpes.
Juan 14:15
Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos.
Juan 14:21
El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
Juan 15:10
Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo obedezco los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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