¡Adelante! Pero Con Paso Firme!
El trabajo, los negocios, las actividades humanas y toda la acción creadora y generadora del ser humano, son básicamente una parte importante del plan de Dios para nosotros y para este mundo que habitamos, y por lo tanto, dependemos de Dios aunque no lo entendamos y además, todo lo hacemos para Él aunque no lo comprendamos muy claramente. Ahora ¿Qué sucede con el trabajo que hacemos y del que no vemos resultados inmediatos? ¿O más aun, que sucede con el trabajo que hacemos y no resulta, se pierde y sale mal? ¿Jesús nos da ayuda y consejo sobre la manera de enfrentar el trabajo y las actividades humanas? Si, Jesús tiene mucha ayuda y consejo. Aquí hemos sacado solamente de las parábolas del sembrador, de la mala hierba y de las monedas, tres principios que podemos aplicar a cualquier actividad que pensemos realizar. Hay muchas más en las enseñanzas de nuestro Señor, pero por ahora veamos estas. Les aseguro que nuestro trabajo nunca es en vano, aunque en algún momento así lo podemos sentir.
1. Siembra en buena tierra: No junto al camino, ni en terreno pedregoso, ni entre espinos (Mateo 13:19).
· Junto al camino: Sembrar junto a camino es sembrar donde la semilla no es apreciada. Cualquiera la puede pisar y los pájaros vienen y se la comen porque nadie la cuida. Por lo tanto tu trabajo o tu negocio y tus acciones, no deben ser hechos donde no son apreciados y donde pueden ser “pisoteados” o donde no pueden ser cuidados y otro se los “come”. Evalúa para quien trabajas y quien cuida lo que haces.
· En terreno pedregoso: Sembrar en terreno pedregoso es sembrar donde no hay mucha tierra. Es posible que la planta brote muy pronto, justamente por esa falta de tierra, pero se seca rápido. Por lo tanto, tú trabajo o negocio no debe ser hecho de una manera superficial que comience rápido pero que se seque igual de rápido. Tu trabajo y negocio deben tener buena profundidad de tierra. Analízalo bien y evalúa las “raíces” que puedes echar. Si no tienes espacio donde establecer buenas raíces en el futuro, se te puede secar antes de tiempo.
· Entre espinos: Sembrar entre espinos es sembrar donde la semilla al crecer va a ser ahogada por otras plantas más fuertes y agresivas. Por lo tanto, tú trabajo o negocio no debe ser hecho al lado de otros más agresivos y fuertes que te puedan ahogar, o en condiciones muy fuertes y agresivas que te puedan ahogar. Evalúa al lado de quien desarrollas tu trabajo y en que condiciones.
2. Cuando recibas ataques y cuando algo sale mal: concéntrate y no te desvíes (Mateo 13:2430).
· Si ves circunstancias negativas, si algo sale mal o si alguien te ataca en tu trabajo o negocio, concéntrate en lo tuyo y no te dejes distraer.
· Muchas veces las situaciones o circunstancias negativas que nos rodean o los ataques recibidos, nos distraen de nuestra visión y misión y el daño mayor no viene de la situación, circunstancia o ataque, sino de nuestra actitud al distraernos de nuestro rumbo principal. No te distraigas. No te desvíes. No te dejes engañar.
3. Utiliza todos tus recursos intelectuales, físicos, académicos, financieros y de tiempo (Mateo 25:1430).
· No le niegues a tu trabajo o negocio ningún recurso que esté a tu disposición. Todos tus recursos disponibles deben ser “sembrados” para que se reproduzcan y crezcan.
· Por supuesto, esto no aplica solamente para el trabajo remunerado sino para todas las actividades que una persona debe desarrollar para tener una vida balanceada.
· Todo lo que tengas ponlo a trabajar para algo que crezca.
Siembra, siempre siembra. No caigas en rutinas, ni creas en paradigmas. No te dejes engañar. ¡Siembra!
Mateo 13:1-9
Aquel mismo día salió Jesús de casa y se sentó a la orilla del lago. Como se reunió mucha gente, Jesús subió a una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la playa. Entonces se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; esa semilla brotó pronto, porque la tierra no era muy honda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte de la semilla cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra, y dio buena cosecha; algunas espigas dieron cien granos por semilla, otras sesenta granos, y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan.
Mateo 13:24-30
Jesús les contó esta otra parábola: Sucede con el reino de los cielos como con un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero cuando todos estaban durmiendo, llegó un enemigo, sembró mala hierba entre el trigo y se fue. Cuando el trigo creció y se formó la espiga, apareció también la mala hierba. Entonces los trabajadores fueron a decirle al dueño: Señor, si la semilla que sembró usted en el campo era buena, ¿de dónde ha salido la mala hierba? El dueño les dijo: Algún enemigo ha hecho esto. Los trabajadores le preguntaron: ¿Quiere usted que vayamos a arrancar la mala hierba? Pero él les dijo: No, porque al arrancar la mala hierba pueden arrancar también el trigo. Lo mejor es dejarlos crecer juntos hasta la cosecha; entonces mandaré a los que han de recogerla que recojan primero la mala hierba y la aten en manojos, para quemarla, y que después guarden el trigo en mi granero.
Mateo 25:14-30
Sucederá también con el reino de los cielos como con un hombre que, estando a punto de irse a otro país, llamó a sus empleados y les encargó que le cuidaran su dinero. A uno de ellos le entregó cinco mil monedas, a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad. Entonces se fue de viaje. El empleado que recibió las cinco mil monedas hizo negocio con el dinero y ganó otras cinco mil monedas. Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil fue y escondió el dinero de su jefe en un hoyo que hizo en la tierra. Mucho tiempo después volvió el jefe de aquellos empleados, y se puso a hacer cuentas con ellos. Primero llegó el que había recibido las cinco mil monedas, y entregó a su jefe otras cinco mil, diciéndole: Señor, usted me dio cinco mil, y aquí tiene otras cinco mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Después llegó el empleado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: Señor, usted me dio dos mil, y aquí tiene otras dos mil que gané. El jefe le dijo: Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo. Pero cuando llegó el empleado que había recibido las mil monedas, le dijo a su jefe: Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció. Por eso tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Pero aquí tiene lo que es suyo. El jefe le contestó: Tú eres un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses. Y dijo a los que estaban allí: Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
¿Quieres recibir la “Lectura Diaria” en tu buzón de correo electrónico? Por favor, entra en este link para suscribirte:
Igualmente puedes ver todas nuestras publicaciones en:
Derechos de Autor: “Siguiendo a Jesús” publica todas sus lecturas, otorgando todos los derechos de uso, copia, reproducción y distribución, de manera totalmente gratuita. El único requisito que se exige es que todas aquellas personas u organizaciones que usen, copien, reproduzcan o distribuyan estas lecturas, lo hagan igualmente de manera totalmente gratuita y sin obtener ningún tipo de beneficio material, ganancias económicas o rentabilidad.
Mateo 10:8b
Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren tampoco por emplearlo.
1 Pedro 4:10
Como buenos administradores de los diferentes dones de Dios, cada uno de ustedes sirva a los demás según lo que haya recibido.
2 Juan 1:8
Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario