¿Es Sólo Con El Tiempo?
Se dice que:
Con el tiempo aprendemos que amar por interés no es posible.
Con el tiempo aprendemos que no se puede apurar el amor.
Con el tiempo aprendemos que el verdadero amor nos acepta como somos.
Con el tiempo aprendemos que buscar la compañía de personas no nos cura de la soledad.
Con el tiempo aprendemos que el amor vale más que el dinero.
Con el tiempo aprendemos que para tener más hay que dar más.
Con el tiempo aprendemos a buscar el amor detrás de las máscaras que usan las personas.
Con el tiempo aprendemos que podemos retirar las palabras pero no el daño que hacen.
Con el tiempo aprendemos que sin la capacidad de perdonar no podemos crecer ni triunfar.
Con el tiempo aprendemos que las heridas se curan pero quedan las cicatrices.
Con el tiempo aprendemos que la experiencia de una persona no es repetible en otra.
Con el tiempo aprendemos que es mejor escuchar que hablar.
Con el tiempo aprendemos que la soberbia lleva al fracaso y la humildad nos al éxito.
Con el tiempo aprendemos a vivir hoy porque ayer ya pasó y el mañana no lo controlamos.
Con el tiempo aprendemos que sin buenos consejeros no podemos triunfar.
Con el tiempo aprendemos que la calma produce más triunfos que el enojo.
Con el tiempo aprendemos que todo tiene su tiempo y no lo podemos apresurar.
Con el tiempo aprendemos que hay que cosechar a tiempo o perder la cosecha.
Con el tiempo aprendemos que el futuro que anhelamos, lo podemos vivir hoy.
Con el tiempo aprendemos que para aumentar los conocimientos hay que compartirlos.
Con el tiempo aprendemos que amar al que se ya se fue no tiene sentido.
Lamentablemente es sólo con el tiempo que se aprende todo esto.
¿Es el tiempo el que nos puede hacer sabios?
El tiempo hace envejecer al ser humano, pero ¿puede el tiempo hacernos sabios?
Llegar a ser sabio es más difícil y complejo, que el proceso del paso del tiempo.
La pregunta es: ¿Dónde conseguimos la sabiduría? ¿Cuál es la fuente de sabiduría?
Salmos 19:7
La enseñanza del Señor es perfecta, porque da nueva vida. El mandato del Señor es fiel, porque hace sabio al hombre sencillo.
Salmos 90:12
Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestra mente alcance sabiduría.
Salmos 111:10
La mayor sabiduría consiste en honrar al Señor; los que lo honran, tienen buen juicio. ¡Dios será siempre alabado!
Salmos 119:98
Tus mandamientos son míos para siempre; me han hecho más sabio que mis enemigos.
Proverbios 1:7
La sabiduría comienza por honrar al Señor; los necios desprecian la sabiduría y la instrucción.
Proverbios 1:20-33
Por calles y avenidas la sabiduría hace oír su voz; proclama sus palabras por las puertas, por los puntos más concurridos de la ciudad: Jóvenes inexpertos, burlones y necios, ¿hasta cuándo amarán la inexperiencia, y hallarán placer en sus burlas, y despreciarán el saber? Presten atención a mis correcciones y yo los colmaré de mi espíritu; les daré a conocer mis pensamientos. Yo los he llamado, los he invitado a venir, pero ustedes no han querido hacerme caso. Al contrario, han rechazado mis consejos; no han querido recibir mi corrección. ¡Ya me tocará reír cuando les llegue la desgracia! ¡Ya me burlaré cuando estén muertos de miedo, cuando vengan sobre ustedes temores y problemas, desesperación y angustia, como un torbellino que todo lo destruye! Ese día me llamarán, pero no responderé; me buscarán, pero no me encontrarán; pues desprecian la sabiduría y no quieren honrar al Señor. No desean recibir mis consejos; desprecian mis correcciones. ¡Pues sufrirán las consecuencias de su conducta! ¡Quedarán hartos de sus malas intenciones! A los inexpertos los mata su falta de experiencia, y a los necios los destruye su despreocupación; pero el que me preste atención, vivirá en paz y sin temor de ningún peligro.
Proverbios 2
Haz tuyas mis palabras, hijo mío; guarda en tu mente mis mandamientos. Presta oído a la sabiduría; entrega tu mente a la inteligencia. Pide con todas tus fuerzas inteligencia y buen juicio; entrégate por completo a buscarlos, cual si buscaras plata o un tesoro escondido. Entonces sabrás lo que es honrar al Señor; ¡descubrirás lo que es conocer a Dios! Pues el Señor es quien da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios. El Señor da su ayuda y protección a los que viven rectamente y sin tacha; cuida de los que se conducen con justicia, y protege a los que le son fieles. Sabrás también lo que es recto y justo, y estarás atento a todo lo bueno, pues tu mente obtendrá sabiduría y probarás la dulzura del saber. La discreción y la inteligencia serán tus constantes protectoras; ellas te librarán del mal camino y de los hombres perversos, de los que dejan el buen camino y se van por senderos oscuros, que se divierten haciendo daño y festejan sus malas acciones, que andan por caminos torcidos y se han desviado del recto sendero. Te librarán también de la mujer ajena, de la extraña de palabras seductoras que abandona al compañero de su juventud y olvida su compromiso con Dios. Tomar el camino que lleva a la casa de ella es tomar el camino que lleva a la muerte; los que entran en su casa ya no vuelven, jamás vuelven a recorrer el sendero de la vida. Anda, pues, por el buen camino, y practica la conducta de los justos. Porque los que viven rectamente y sin tacha vivirán para siempre en la tierra; pero los malvados y traidores serán arrancados y expulsados de ella.
Proverbios 3:6-8
Ten presente al Señor en todo lo que hagas, y él te llevará por el camino recto. No te creas demasiado sabio; honra al Señor y apártate del mal: ¡esa es la mejor medicina para fortalecer tu cuerpo!
Proverbios 8
La sabiduría clama a voz en cuello; la inteligencia hace oír su voz. Se para en lo alto de las colinas, se detiene donde se cruzan los caminos, se hace oír junto a las puertas, a la entrada de la ciudad: Para ustedes los hombres van estas palabras mías. Jóvenes inexpertos y necios, ¡aprendan a ser prudentes y entendidos! Atiendan, que voy a decirles cosas importantes e irreprochables. Lo que voy a decir es la verdad; no me gusta hablar mentira. Todas mis palabras son justas; no hay en ellas la menor falsedad. Para el inteligente y entendido, mis palabras son claras e irreprochables. En vez de plata y oro fino, adquieran instrucción y conocimiento. Vale más sabiduría que piedras preciosas; ¡ni lo más deseable se le puede comparar! Yo, la sabiduría, habito con la inteligencia, y sé hallar los mejores consejos. Honrar al Señor es odiar el mal. Yo odio el orgullo y la altanería, el mal camino y la mentira. En mí están el plan y su realización, yo soy el buen juicio y la fuerza. Gracias a mí reinan los reyes y los gobernantes establecen el derecho. Gracias a mí dominan los jefes de estado y dictan sentencia las autoridades. Yo amo a los que me aman, y los que me buscan, me encuentran. Yo doy riquezas y honra, grandes honores y prosperidad. Lo que yo doy es mejor que el oro más refinado; lo que yo ofrezco es mejor que la plata más fina. Yo voy por el camino recto, por las sendas de la justicia. A los que me aman les doy su parte: lleno sus casas de tesoros. El Señor me creó al principio de su obra, antes de que él comenzara a crearlo todo. Me formó en el principio del tiempo, antes de que creara la tierra. Me engendró antes de que existieran los grandes mares, antes de que brotaran los ríos y los manantiales. Antes de afirmar los cerros y los montes, el Señor ya me había engendrado; aún no había creado él la tierra y sus campos, ni el polvo de que el mundo está formado. Cuando él afirmó la bóveda del cielo sobre las aguas del gran mar, allí estaba yo. Cuando afirmó las nubes en el cielo y reforzó las fuentes del mar profundo, cuando ordenó a las aguas del mar no salirse de sus límites, cuando puso las bases de la tierra, allí estaba yo, fielmente, a su lado. Yo era su constante fuente de alegría, y jugueteaba en su presencia a todas horas; jugueteaba en el mundo creado, ¡me sentía feliz por el género humano! Y ahora, hijos míos, escúchenme; sigan mi ejemplo y serán felices. Atiendan a la instrucción; no rechacen la sabiduría. Feliz aquel que me escucha, y que día tras día se mantiene vigilante a las puertas de mi casa. Porque hallarme a mí es hallar la vida y ganarse la buena voluntad del Señor; pero apartarse de mí es poner la vida en peligro; ¡odiarme es amar la muerte!
Proverbios 9:10
La sabiduría comienza por honrar al Señor; conocer al Santísimo es tener inteligencia.
Proverbios 15:33
El honrar al Señor instruye en la sabiduría; para recibir honores, primero hay que ser humilde.
Mateo 11:25
En aquel tiempo, Jesús dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que escondiste de los sabios y entendidos.
Lucas 7:35
Pero la sabiduría de Dios se demuestra por todos sus resultados.
Lucas 21:15
Porque yo les daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de sus enemigos podrá resistirlos ni contradecirlos en nada.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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