Entonces ¿Por Qué Lo Haces?
Aquí hay dos situaciones que no esperamos y que definitivamente no deseamos:
1. Te informan que tienes una enfermedad terminal y que te queda poco tiempo de vida.
2. Te ves atrapado por una situación de desastre y catástrofe, por un hecho accidental o natural y comprendes que no podrás escapar con vida.
Cuando sabemos que vamos a abandonar este mundo en poco tiempo, todo cambia. Las prioridades cambian, lo que era importante deja de serlo y las urgencias pierden sentido. De repente nos damos cuenta de que hemos estado invirtiendo nuestro tiempo en cosas que ya no nos importan. Entonces, evaluamos qué es realmente importante y cuáles son las verdaderas prioridades. Ahora el tiempo se vuelve sumamente valioso.
Esto es una paradoja. Porque la realidad es que aunque no tengamos una enfermedad terminal, ni estemos en una situación de desastre y catástrofe, el hecho es, que estamos atrapados en este mundo y no podremos salir con vida. Indefectiblemente, moriremos. No importa si nos quedan 2 años ó 50 años. Vamos a morir y nos enfrentaremos a la eternidad. Solo que la mayoría de nosotros no sabemos cuándo sucederá. Podría ocurrir inmediatamente, o en el corto, mediano o largo plazo. Por lo tanto, debemos hacernos las mismas preguntas que se hacen las personas que están en las dos situaciones descritas arriba, pero a la luz de la eternidad. Porque la eternidad a la que nos enfrentaremos depende de nuestra vida aquí. El presente es importante. ¡Vital!
1. ¿Cuáles deben ser nuestras prioridades actuales, que tendrán sentido e importancia cuando nos enfrentemos a la eternidad?
2. ¿Qué es realmente importante y que debemos hacer hoy, pensando en la eternidad?
3. ¿Las urgencias que atendemos nos apartan de lo que es importante para la eternidad?
4. ¿Estamos invirtiendo nuestro tiempo con el criterio de escasez que se desprende del hecho que desconocemos la fecha de nuestra partida?
5. Estamos constantemente evaluando las verdaderas prioridades con el criterio de que el tiempo es sumamente valioso.
De las cosas que ofrece este mundo ¿Por cuáles luchamos? ¿Cuáles hacemos prioritarias? ¿Dinero, poder, fama, belleza, placeres, diversión? ¿Cuáles de esas tienen importancia para la eternidad? La realidad es que a la luz de la eternidad, todo eso es vano.
Entonces ¿Por qué lo hacemos?
Quizá no sea obvio a primera vista pero lo único importante, frente a la eternidad es: Amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Nada es más importante que esto porque de Dios venimos y a Él iremos. Eso fue lo que El Señor nos mando a hacer y todo lo que se nos ofrece fuera de Él carece de importancia eterna. Este orden de ideas nos lleva a priorizar el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la bondad, la amabilidad, la fidelidad, la humildad y el dominio propio.
Lo único que el mundo puede darnos: una satisfacción temporal. No hay nada en el mundo que pueda satisfacer las ansias del alma. Es por eso que necesitamos seguir a Jesús. Él es único camino que nos aparta de mezquinas ambiciones y de nuestra miope concepciónde nuestro propósito de vida, para llevarnos a la verdadera vida abundante que encontramos en los propósitos de nuestro Padre que está en el cielo.
1 Juan 2:15-17
No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre;porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre.
Mateo 22:34-40
Los fariseos se reunieron al saber que Jesús había hecho callar a los saduceos, y uno, que era maestro de la ley, para tenderle una trampa, le preguntó: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? Jesús le dijo: Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Pero hay un segundo, parecido a este; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. En estos dos mandamientos se basan toda la ley y los profetas.
Mateo 6:25-34
Por lo tanto, yo les digo: No se preocupen por lo que han de comer o beber para vivir, ni por la ropa que necesitan para el cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Miren las aves que vuelan por el aire: no siembran ni cosechan ni guardan la cosecha en graneros; sin embargo, el Padre de ustedes que está en el cielo les da de comer. ¡Y ustedes valen más que las aves! En todo caso, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?¿Y por qué se preocupan ustedes por la ropa? Fíjense cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, les digo que ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo,se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡con mayor razón los vestirá a ustedes, gente falta de fe! Así que no se preocupen, preguntándose: ¿Qué vamos a comer? o ¿Qué vamos a beber? o ¿Con qué vamos a vestirnos? Todas estas cosas son las que preocupan a los paganos, pero ustedes tienen un Padre celestial que ya sabe que las necesitan. Por lo tanto, pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas estas cosas. No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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