En La Escuela De Dios
Moisés vivió ciento veinte años y su vida se divide en tres períodos de cuarenta años, como si se tratase de tres clases en la escuela de Dios.
1. Vivió sus primeros 40 años en Egipto, en la corte de Faraón, como su hijo. Allí aprendió toda la sabiduría de los egipcios y conoció todo sobre el mundo, sus placeres y su vanidad.
2. Pasó los siguientes cuarenta años en Madián, una región pobre y rocosa cerca del Sinaí. Como simple pastor de ovejas. El que había experimentado los honores del palacio real, guardaba el rebaño de su suegro. Allí, en la soledad, humildemente aprendió a conocerse a sí mismo. Y ante todo, aprendió a buscar a Dios.
3. Durante sus últimos cuarenta años, condujo a Israel a través del desierto hacia la tierra prometida. Allí aprendió a conocer a Dios y a tener una verdadera relación personal con Él.
Uno puede sorprenderse de que Moisés haya tenido que pasar tantos años en cada una de esas tres clases. Pero, la pregunta es: ¿Y dónde estamos nosotros? ¿En qué clase estamos? ¿Ya hemos aprendido a conocer el mundo, su sabiduría, sus placeres y su vanidad? ¿Hemos aprendido a conocernos a nosotros mismos? ¿Hemos aprendido a buscar a Dios? ¿Conocemos a Dios en toda su grandeza? ¿Ya tenemos una verdadera relación personal con Él?
Este es el orden aparente:
1. Conoces tan bien al mundo que ya ha dejado de interesarte.
2. Has llegado a conocerte tan bien que buscas desesperadamente a Dios para que llene tus vacíos.
3. Aprendes a conocer al verdadero Dios Santo, al Dios de Amor y conoces su perdón y la maravillosa sensación que produce su compañía, te decides a seguirlo sin dudas ni objeciones y por fin desarrollas una relación personal con Él
Parece que hasta no completar una clase no pasaremos a la siguiente. Quizá creemos tener una relación personal con Dios, pero seguimos jugando con el mundo y aún no nos conocemos lo suficientemente bien como para buscar a Dios desesperadamente. Mucho menos hemos llegado a la clase donde aprendemos a querer seguirlo sin dudar.
Hechos 7:20-22
En aquel tiempo nació Moisés. Fue un niño extraordinariamente hermoso, y sus padres lo criaron en su casa durante tres meses. Cuando tuvieron que abandonarlo, la hija del faraón lo recogió y lo crió como si fuera su propio hijo. De esa manera Moisés fue instruido en la sabiduría de los egipcios, y fue un hombre poderoso en palabras y en hechos.
Hebreos 11:24-25
Y por fe, Moisés, cuando ya fue hombre, no quiso llamarse hijo de la hija del faraón; prefirió ser maltratado junto con el pueblo de Dios, a gozar por un tiempo los placeres del pecado.
Juan 12:25
El que ama su vida, la perderá; pero el que desprecia su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna.
Mateo 10:38
El que no toma su cruz y me sigue, no merece ser mío.
Lucas 9:62
Jesús le contestó: El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.
Mateo 19:21
Jesús le contestó: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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