¿Cómo Quieres Tus Alas?
Seguramente ya has leído la historia de la mariposa que no podía salir del capullo y que un hombre ayudó cortando el capullo para facilitarle la salida. Esta historia ha circulado tanto en Internet que seguramente ya la leíste. El hombre logró ayudar a la mariposa a salir fácilmente del capullo. O sea, tuvo éxito en el logro de su objetivo. Sin embargo, el resultado final fue que las alas de la mariposa se atrofiaron, porque para desarrollarse completamente necesitaban la lucha para romper el capullo. El hombre tuvo buenas intenciones pero su objetivo era errado y realmente hizo daño. La mariposa nunca pudo volar.
Le gente lee esta historia y dice: ¡Qué lindo! ¡Qué buen mensaje! ¿Pero, lo entendemos realmente? ¿Lo internalizamos y aplicamos en nuestra vida? ¿Qué vamos a hacer la próxima vez que estemos en aprietos? ¿Rogar para que nos corten el capullo? ¿Será por eso que tenemos las alas atrofiadas?
Algunas veces, el esfuerzo, la lucha contra las adversidades, los problemas y los obstáculos, es justamente lo que precisamos en nuestra vida. Si Dios nos permitiera pasar a través de nuestras vidas sin tener que romper el capullo, él nos dejaría lisiados y nunca podríamos volar.
Dios permite que las dificultades te toquen, que los problemas lleguen, que tengas que trabajar, que necesites vencer obstáculos y además te hace ayudar a otras personas. Pero, El Señor, nuestro Padre hace eso para que seamos fuertes, sabios, prósperos, valientes y que estemos llenos de amor.
Si cuando lleguen las circunstancias difíciles, no tenemos la actitud correcta, corremos el riesgo de terminar siendo débiles, necios, pobres, cobardes, amargados y llenos de odio. Nuestras alas estarán atrofiadas.
Nuestro Padre es todopoderoso y soberano. Él puede darnos todo lo que queremos, de regalo, de gracia, así de fácil. Muchas veces, Él nos sorprende con regalos así. Sin embargo, la mayoría de las veces, lo que nos da son las oportunidades de lograrlo por nosotros mismos. Él quiere que nuestras alas sean fuertes y que podamos volar.
Es muy probable que no recibamos del Señor exactamente lo que pedimos, porque no estamos pidiendo correctamente y si Dios nos diera exactamente todo lo que pedimos, como lo pedimos y cuando lo pedimos, seríamos sus hijos, atrofiados. Puedes confiar en que tu Padre celestial te dará, por su gran amor, todo lo que necesitas, aunque eso no sea exactamente lo que tú has pedido.
Haz lo mismo con tus hijos y con todos los que dependen de ti. Aprende a ser un buen hijo y un buen discípulo, para que puedas ser un buen padre, un buen “coach”.
Mateo 7:7-12
Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes sería capaz de darle a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O de darle una culebra cuando le pide un pescado? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a quienes se las pidan! Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes; porque en eso se resumen la ley y los profetas.
Lucas 11:9-13
Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!
Santiago 4:13
¿De dónde vienen las guerras y las peleas entre ustedes? Pues de los malos deseos que siempre están luchando en su interior. Ustedes quieren algo, y no lo obtienen; matan, sienten envidia de alguna cosa, y como no la pueden conseguir, luchan y se hacen la guerra. No consiguen lo que quieren porque no se lo piden a Dios; y si se lo piden, no lo reciben porque lo piden mal, pues lo quieren para gastarlo en sus placeres.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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