Vamos de Compras
¿Qué pasaría si vamos de compras y no sabemos lo que queremos comprar? El resultado no sería bueno porque el planteamiento inicial está errado. Hay otra situación similar: ¿Qué pasaría si vamos de compras sabiendo lo que queremos comprar, pero no podemos pagar el precio? En este caso el resultado tampoco sería bueno porque seguimos con un planteamiento inicial erróneo. Pues la vida es como ir de compras. Para lograr el éxito debemos saber que es lo que queremos y estar dispuestos a pagar el precio. Si sabemos lo que queremos y pagamos el precio, lo obtendremos.
Todo comienza con saber que es lo que queremos y esa es una pregunta nos proyecta en el tiempo, con todas las dudas e incertidumbres que eso implica. Para respondernos a nosotros mismos que es lo que queremos, debemos situarnos en algún punto del tiempo en el futuro y si no creemos posible lo que visualizamos, nunca lo llegaremos a querer lograr realmente. Pasaría a ser esos anhelos y deseos imposibles con los que sueñan aquellos que nunca triunfan. Necesitamos creer lo que queremos y querer lo que creemos. Eso es lo que significa tener fe: quererlo y creerlo, habiéndolo visto solo en nuestra mente. Lo queremos y estamos seguros de que lo vamos a recibir.
Una vez que hemos logrado determinar lo que queremos y lo creemos, seguros de que lo recibiremos, entonces comienza la lucha. Si queremos tener el éxito es necesario que tengamos la determinación y la perseverancia de pagar el precio para que ocurra. Debemos esforzarnos y asumir responsabilidad por nuestros resultados. Nunca debemos desanimarnos ni desalentarnos ante las circunstancias adversas y los fracasos que experimentaremos o por los errores que cometamos. Todo proceso tiene un tiempo de aprendizaje. Debemos ser valientes y no permitir que nuestros temores nos paralicen. Sentir temor es natural, el valor está en seguir adelante, hasta la victoria. El Señor, nuestro Padre celestial, espera de nosotros el máximo esfuerzo.
El éxito requiere de nosotros, metas claras, determinación, perseverancia, valor y máximo esfuerzo. O sea, lo mejor de nosotros y el mejor día para comenzar es hoy.
Mateo 9:29
Entonces Jesús les tocó los ojos, y les dijo: Que se haga conforme a la fe que ustedes tienen.
Mateo 15:28
Entonces le dijo Jesús: ¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres. Y desde ese mismo momento su hija quedó sana.
Mateo 17:20
Jesús les dijo: Porque ustedes tienen muy poca fe. Les aseguro que si tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, le dirían a este cerro: Quítate de aquí y vete a otro lugar, y el cerro se quitaría. Nada les sería imposible.
Mateo 20:32
Entonces Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó: ¿Qué quieren que haga por ustedes?
Marcos 4:40
Después dijo Jesús a los discípulos: ¿Por qué están asustados? ¿Todavía no tienen fe?
Marcos 11:22
Jesús contestó: Tengan fe en Dios.
Lucas 14:28
Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?
Lucas 17:6
El Señor les contestó: Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: Arráncate de aquí y plántate en el mar, y les haría caso.
Los versículos de la Biblia citados, son de la versión: Dios Habla Hoy.
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