Celebremos una Navidad enfocada en Jesús. Siempre le pedimos a nuestro Padre que está en el cielo, que venga a nosotros Su Reino. El Reino de Dios viene a nosotros cuando Su Espíritu vive en nosotros y produce amor, alegría, paz, paciencia, gentileza, bondad, fidelidad, humildad y control propio. Sin embargo, no podemos experimentar el fruto que el Espíritu de Dios produce en nosotros, si nos concentramos en una frenética carrera de actividades y compras. Disfrutemos de la belleza y la presencia de Jesús, porque Él es la luz que Dios envió al mundo para iluminar nuestros corazones. Que en esta Navidad, Jesús nos traiga todo lo bueno que produce en nosotros la presencia de Su Espíritu y que pidámosle que Él viva en nuestros corazones para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario