Siempre Juntos. Una de nuestras amigas tuvo un problema bastante serio, y nos unimos para apoyarla en ese momento tan duro. El dolor era tan grande que ninguno de nosotros se atrevía a hablar, lo único que hicimos fue abrazarla y llorar con ella. Sorprendentemente, eso ayudó a calmar a nuestra amiga y encontro paz. La unión entre los seres humanos tiene un poder muy especial. En el capítulo 17 del Evangelio de Juan, Jesús ora para que Dios nos mantenga unidos, como si fuéramos uno y que gocemos de una unidad perfecta. Años más tarde, en la primera carta a los Corintios, Pablo nos pidió que viviéramos en armonía los unos con los otros, sin divisiones y unidos en pensamiento y propósito. La lección que debemos aprender es que unidos podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos. Dejemos de buscar el protagonismo personal y el poder de controlar a los demás. Entremos juntos en el poder de la unión. Necesitamos practicar aquí, porque en el cielo todos estaremos juntos sin protagonismo personal.
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