Mientras caminábamos por nuestro vecindario, nos encontramos una serpiente en el medio de la calle y nos paralizamos por el miedo. Nunca sabremos quién estaba más asustado, si la serpiente al vernos a nosotros o nosotros al ver a la serpiente. Después de unos segundo decidimos correr, lejos de la serpiente. Así como nos paralizamos por una situación que nos atemoriza, también nos paralizamos ante los problemas que se presentan en la vida y que nos producen temor. Pero la solución no está en paralizarse ante el miedo, sino en actuar sobre la circunstancia que nos produce miedo y la fuerza para vencer el miedo está en saber que Dios está de nuestro lado. Cuando David fue a enfrentarse con Goliat, dijo: El mismo Dios que me ha protegido antes, me protegerá de este filisteo. Cuando la tormenta amenazaba con hundir la barca, Jesus reprendió el viento y dijo:¿Por qué tienen miedo? ¿Por qué tienen tan poca fe? Si algo te produce miedo, no te paralices, mas bien confía en Dios y actúa.
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