Dios te ama. No importa lo que hayas hecho, tu Padre celestial te ama y te espera con sus brazos abiertos para recibirte con un abrazo paternal. Arrepiéntete y vuelve con Él a casa. Para ilustrar esta enseñanza, Jesús contó la historia de un hombre que tenía dos hijos. El hijo menor le pidió al padre su parte de la herencia y el empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada. Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país y él comenzó a morirse de hambre. Cuando finalmente entró en razón, regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. Su hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti y ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: Tenemos que celebrar con un banquete, porque este hijo mío estaba estaba perdido y ahora ha sido encontrado. Este pasaje estå en Lucas 15:11-32. Vuelve con Dios ¡El te está esperando con los brazos abiertos para abrazarte!
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