viernes, 14 de marzo de 2014

¿Maestro, Loco, Mentiroso o Dios?


¿Maestro, Loco, Mentiroso o Dios? Nació en una familia humilde y trabajó en una carpintería hasta los treinta años. Actuó de predicador itinerante por espacio de tres años. Sanó enfermos, echó fuera demonios y resucitó muertos. No llegó a escribir libro alguno. No desempeñó ningún cargo oficial. Nunca se alejó más de trescientos kilómetros de su pueblo natal. No tuvo posesiones materiales. Lo acusaron falsamente de sublevar al pueblo y lo clavaron en una cruz entre dos ladrones. Murió y lo enterraron en un sepulcro ajeno. Más de veinte siglos han transcurrido desde entonces.

Todos los ejércitos que han marchado, todas las flotas de guerra que se han construido, todos los parlamentos que han sesionado y todos los reyes y gobernantes, todos los filósofos, pensadores y escritores, en conjunto, no han ejercido una influencia tan palpable en la historia del mundo como esa figura singular, que transformó el mundo. ¿Quién fue él?

Hay quienes aceptan a Jesús como un gran maestro, pero no aceptan su afirmación de ser Dios. Sin embargo, un hombre que sin ser Dios, diga: Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy! ¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! El Padre y yo somos uno, no sería un gran maestro. Él sería un lunático, un mentiroso o un endemoniado, pero no un gran maestro. Lo que Jesús dijo no deja abierta esa posibilidad. Tu debe elegir. O Jesús fue, y es, Dios hecho hombre, o fue un loco o algo peor. Tu puedes burlarte de Él o puedes caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero no vengamos con la tontería de llamarlo un gran maestro humano. Yo creo que no era ni un loco, ni un mentiroso, ni un demonio, y en consecuencia, lo acepto como mi Señor y Dios, mi Salvador. Yo creo que Él resucitó y está vivo, sentado a la derecha del Padre.

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