¿Qué haces cuando Dios te llama? ¿Buscas excusas para no ir? Quizá le digas que estás ocupado con tus negocios, con tus asuntos profesionales o familiares. No hay problema, Dios llamará a otros y tu seguirás en tus asuntos. Pero quien pierde la bendición eres tu. No estoy hablando de castigo o de ir al infierno, ni nada parecido. Perder la bendición es lo que le pasa al hijo que no hace lo que el padre le pide. Sigue siendo hijo, pero el otro hijo que si hace lo que le pide el padre, tiene su bendición. Jesús contó la historia de un hombre que preparó una gran fiesta y envió muchas invitaciones, pero todos comenzaron a poner excusas y el hombre igualmente llenó su casa pero con otras personas. Ese pasaje está en Lucas 14:15-24. No te pierdas la bendición de participar en el gran banquete en el reino de Dios. Cuando el te llama, responde rápido y sin excusas. Ahora ve y recibe tu bendición.
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