El problema no es lo importante, sino como se ve el problema desde nuestra perspectiva y desde la perspectiva de Dios. Eso es lo que hace la diferencia. Cuando creemos que nosotros podemos enfrentar los problemas y no necesitamos la ayuda de Dios, los problemas son mas difíciles y aunque usemos todos nuestros recursos, siempre sera mas difícil. Pero cuando le permitimos a Dios que sea El quien tome el control de los problemas, las cosas son diferentes, no importa si el problema se resuelve o continua, lo importante es saber que Dios esta en el control y lo que suceda, nos guste o no, es la voluntad de Dios y siempre sera lo mejor para nosotros. Entonces podemos experimentar paz en medio de la tormenta, porque hemos decidido confiar en Dios y no en nosotros mismos
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