El tren de la vida. Desde el momento en que nacemos, nos montamos en el tren de la vida, que continuamente anda hacia adelante y nunca se devuelve. El tren de la vida tiene un propósito marcado por Dios y es llevarnos a la eternidad y depende de cada uno de nosotros, entender que fuimos creados por Dios, para cumplir con el propósito que El nos asignó.
Lamentablemente, muchos desconocen el propósito, no han conocido a Dios y el tren los puede llevar a cualquier estación menos la de Dios. Pero quien esta dispuesto a conocer y obedecer a Dios podrá estar seguro que el tren llegara al destino final que Dios ha marcado para todos aquellos que le aman.
No hay comentarios:
Publicar un comentario