Una Luz Que Brilla Para Siempre

La luz del sol desapareció y la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad. Y aquel que era la luz del mundo, se extinguio por un breve instante, para luego brillar eternamente como Rey.: Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde. La luz del sol desapareció. Y, de repente, la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad. Después Jesús gritó: «Padre, ¡encomiendo mi espíritu en tus manos!» . Y con esas palabras dio su último suspiro. Cuando el oficial romano encargado de la ejecución vio lo que había sucedido, adoró a Dios y dijo: «Este hombre era inocente de verdad». Y cuando todas las multitudes que habían venido a observar la ejecución vieron lo que había sucedido, regresaron a casa con gran dolor;  pero los amigos de Jesús, incluidas las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando de lejos. Luke 23:44-49 NTV