¿Qué haces cuando no logras triunfar o cuando pierdes lo que con tanto esfuerzo lograste? ¿Te detienes? ¿Te rindes?¿Abandonas la tarea? De ninguna manera. Debes comenzar de nuevo y continuar, una y otra vez, hasta que logres el éxito. Por más que te golpee la vida, te desgastes de la lucha diaria, veas tu confianza traicionada y tus metas no alcanzadas: ¡No te entregues nunca! Di una oración, pon tu esperanza y tu confianza en Dios y arremete de nuevo. No importa lo que pase, no desmayes, sigue adelante. La verdadera fe y confianza en Dios, te proveerá de la perseverancia que necesitas para triunfar.
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