Se humilde al defenderte. Recuerda que los que usan la espada, morirán a espada.: Mientras Jesús hablaba, llegó Judas, uno de los doce discípulos, junto con una multitud de hombres armados con espadas y palos. Los habían enviado los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo. El traidor, Judas, había acordado con ellos una señal: «Sabrán a cuál arrestar cuando lo salude con un beso». Entonces Judas fue directamente a Jesús. —¡Saludos, Rabí! —exclamó y le dio el beso. Jesús dijo: —Amigo mío, adelante, haz lo que viniste a hacer. Entonces los otros agarraron a Jesús y lo arrestaron; pero uno de los hombres que estaban con Jesús sacó su espada e hirió al esclavo del sumo sacerdote cortándole una oreja. «Guarda tu espada —le dijo Jesús—. Los que usan la espada morirán a espada. ¿No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato? Pero si lo hiciera, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que describen lo que tiene que suceder ahora?». Luego Jesús le dijo a la multitud: «¿Acaso soy un peligroso revolucionario, para que vengan con espadas y palos para arrestarme? ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí todos los días. Pero todo esto sucede para que se cumplan las palabras de los profetas registradas en las Escrituras». En ese momento, todos los discípulos lo abandonaron y huyeron. Mateo 26:47-56 NTV
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