El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad! Por tanto, digo: El Señor es todo lo que tengo. ¡En él esperaré! Bueno es el Señor con quienes en él confían, con todos los que lo buscan. Lamentaciones 3:22-25
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