sábado, 25 de agosto de 2012

Mi Esperanza

Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Muchas son, Señor mi Dios, las maravillas que tú has hecho. No es posible enumerar tus bondades en favor nuestro. Si quisiera anunciarlas y proclamarlas, serían más de lo que puedo contar. Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad;
tu ley la llevo dentro de mí. No me niegues, Señor, tu misericordia; que siempre me protejan tu amor y tu verdad. Salmos 40:1, 5, 8, 11


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