El nuevo concepto de riqueza no mide cuánto tienes, sino cuánto tiempo puedes mantenerte sin trabajar. Ahora, el más rico no es el que más tiene, sino el que menos necesita. Mientras menos atado estés a hacer dinero para mantener tu estilo de vida, más ricos eres y por cierto, serás más libre también.
Para llegar a este tipo de riqueza, debes maximizar la eficiencia de tus ingresos, evitando gastos superfluos, viviendo de acuerdo a un presupuesto, cuidando lo que tienes, evitando las deudas y dirigiendo tus ingresos hacia el ahorro y la inversión. Estas t[ecnicas resultarán en tu independencia financiera, dentro del concepto de no tener que trabajar para vivir.
Sin embargo, este concepto, aunque muy acertado, aún no cubre el concepto de la verdadera riqueza, que no es exterior, sino interior. Jesús te dijo que acumules tesoro en el cielo y no en la tierra. Tu pasarás muchísimo más tiempo allá que aquí y los tesoros que acumules aquí, no te sirven de nada en el cielo. Conéctate con Dios, la fuente infinita de abundancia, porque tu verdadera riqueza es directamente proporcional a la riqueza de tu vida espiritual.
Si tienes una vida espiritual rica, no serás pobre. Si tienes una vida espiritual pobre, no serás rico. La verdadera riqueza te la da Dios.
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