Cuando enciendes un aparato eléctrico, esperas que funcione. Lo enciendes, con seguridad del resultado y si no funciona sabes que no tienes energía eléctrica o que el aparato está dañado. Cuando liberas el poder de Dios con la oración, no sabes que esperar, ni tienes seguridad de que funcione. Oras con inseguridad y cuando no funciona, no sabes si el problema es de energía o de oración.
El problema es que te falta información sobre el Poder de Dios y la falta de conocimiento hace que no sepas que energía necesitas para que la oración funcione, ni para orar efectivamente. Acércate a Dios y Su Palabra, para comprender que necesitas tener Su Espíritu dentro de ti, porque esa es la energía que hace funcionar tus oraciones. Para tener el Espíritu de Dios dentro de ti, debes regresar a Él y aceptarlo como tu Padre, con autoridad sobre ti y obedeciéndolo en todo. Es por eso que para que la oración sea efectiva debe ser hecha de acuerdo a Su Voluntad. Poco a poco obtendrás resultados y entonces orarás con más confianza, fe y seguridad.
Si tu casa tiene electricidad, un botón hace funcionar todo. Si tu tienes el Espíritu de Dios, tu oración logrará la voluntad de Dios.
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