Glenn Cunningham fue famoso hace mucho tiempo, con el apodo de "El Hombre de Hierro". En la década de 1930 fue miembro del equipo olímpico de los Estados Unidos. Ganó medalla de plata de 1.500 metros en las olimpíadas y después estableció récord mundial para 800 metros y para la milla. Se graduó en la Universidad con el más alto índice académico y luego obtuvo una Maestría. Se retiró de la competencia en 1940 y ese año obtuvo un Doctorado en Educación Física. Luego abrió un Rancho, para ayudar a niños desfavorecidos. Murió en 1988.
Cuando niño, Glenn y su hermano Floyd se quemaron en un incendio en su escuela. Floyd murió y los médicos diagnosticaron que Glenn también moriría, pero Glenn sobrevivió. Los médicos estaban preparados para amputarle sus piernas, destruidas por quemaduras. Glenn se recuperó sin amputarle las piernas, pero quedó inválido. A pesar de eso Glenn comenzó a ponerse de pie sosteniéndose. Luego caminó tambaleándose. Cuando pudo caminó a la escuela. Después corría hasta la escuela, donde a los doce años era el campeón de atletismo.
El niño que debía haber muerto sobrevivió. Nunca debió caminar pero corrió como un atleta campeón. Fue famoso. Dejó huella. Ayudo a muchos. Sin embargo, sus piernas tuvieron problemas de circulación toda la vida y Glenn compensaba su desventaja con fuerza y determinación.
Si te esfuerzas y perseveras, Dios te ayudará a superar obstáculos y triunfar en la vida. Así tendrás éxito en lo que Dios te llamó a hacer.
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