Señor, ahora, en el silencio y la quietud que queda después de las fiestas, te digo desde lo más profundo de mi corazón: Gracias.
Gracias Señor, por todo cuanto me diste en el año que terminó. Gracias, por todo lo que me concediste este año. Gracias, por todo lo recibido, sin haberlo merecido. Gracias, por todas las circunstancias que me acercaron a Ti. Gracias, por todo lo sucedido porque ¡Tú sabes lo que haces! Gracias, por la esperanza y por iluminar las tinieblas. Gracias, por levantarme cuando caí y por perdonar mis errores. Gracias, por todo aquello que ignoro y que has hecho por mi bien.
¿Qué te pediré para el año que empieza? Lo que Tú quieras Señor. Dame lo que tú sabes que me conviene y no se pedir. Derrama tu gracia sobre mi. Libérame de la envidia, el odio y la guerra. Lléname de comprensión, contentamiento, perdón, amor y paz. Enséñame a amar verdaderamente a mi prójimo. Enséñame a tratar a los demás como quiero que ellos me traten a mi. Que mi travesía por este año esté llena de ti. Así sea. Amén.
Gracias Señor, por lo recibido hasta hoy. Ahora, dame lo que tú sabes que me conviene y no se pedir. Que este año, mi vida esté llena de ti.
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