domingo, 22 de enero de 2012

¿Todo o Sólo Una Parte?

Imagina que compras tu casa, pero no la compras completa sino que el dueño anterior se queda con una parte. Por ejemplo, se queda con unos baños o con unas habitaciones. ¿De quién sería la casa? ¿Del dueño anterior o tuya? Pues realmente sería de ambos pues ambas partes tienen una parte de la casa. Aunque tu tengas la mayor parte, no puedes decir que la casa es tuya, porque tu tienes solo una parte. A eso se le llama: Conflicto de Propiedad.


Igual pasa con tu relaci{on con Dios. No importa lo que pienses, anheles, desees, digas o hagas. No importa cuanto ores, ayunes, leas la Biblia, alabes y adores o que ritos practiques. Sólo hallarás la paz que sobrepasa todo entendimiento, la bendición integral de Dios, la unión de perfecta comunión con Él y podrás tener Su Espíritu en ti, si te entregas enteramente y sin reservas al Señor, tu Dios y Padre celestial, sin dejar ni siquiera una pequeña parte sin entregar.


Debes ofrecer tu vida entera a Él y pedirle que te tome y use para Su gloria. El Señor lo hará si eres sincero y te sometes en absoluta obediencia a Él.


Si eres honesto con Dios y te sometes a Él de verdad y en sincera obediencia, entonces, Él tomará control de tu vida y darás mucho fruto.

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