Además de compartir con el prójimo nuestra riqueza, ayudémoslos a descubrir la propia.
El medio más seguro de hacernos la vida agradable, es hacérsela agradable a los demás.
El no tiene, tu sí y es él tu hermano, por lo menos, comparte con él tus bienes. Si no, ¿cómo puedes llamarte cristiano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario