Los fabricantes y comerciantes están obligados a darte una garantía escrita que detalla tus derechos de comprador, en caso de que el producto que hayas comprado este defectuoso o no cumpla con lo prometido por el fabricante.
Dios también te ha dejado por escrito y con el respaldo de Su palabra, la garantía de sus promesas. Todo lo que Él te ha prometido, lleva Su sello de garantía por escrito y Él nunca fallaría a su esencia de amor y verdad. Así que, si Él te prometió algo, ¡no lo pongas en duda! Y puedes decirle: Señor, Tú lo prometiste, así que, yo se que lo cumplirás. Sin embargo, es importante distinguir entre "Persuasión y Fe". La "Persuasión" es una creencia casi mística de que lo que uno desea profundamente, sucederá. Mientras que la "Fe" es la confianza en algo que ha sido prometido con el respaldo de una garantía que le da validez, aunque no veas aún cumplido lo que se te ha prometido.
Por eso es importante recordar que no debes guiarte por vista sino por fe, teniendo la plena seguridad de que vas a recibir lo que El Señor te ha prometido con Su garantía escrita.
Guíate por fe y no por vista. Ten seguridad de la realidad de las promesas de Dios, aunque no puedas verlas todavía. Tienen Su Garantía.
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