Si la felicidad está en el dinero, el poder, el placer, la comodidad, el conocimiento, la fama, el reconocimiento, la salud, la fortaleza física, la belleza, el atractivo personal, la popularidad y la aceptación, entonces las personas más felices del mundo serían: los ricos, los poderosos, los que viven una vida de placer y comodidad, los eruditos, los famosos, los fuertes y sanos, los atractivos y bellos, los populares y aceptados.
Sin embargo, sabemos que no eso no es verdad, porque lo hemos visto en personas que conocemos o en las biografías que hemos leído. Las pruebas históricas nos comprueban que el dinero, el poder, el placer y la comodidad, el conocimiento, la fama y el reconocimiento, la salud y la fortaleza física, la belleza y atractivo personal, la popularidad y aceptación, no representan fielmente, los aspectos que producen la verdadera felicidad.
Cada uno de esos aspectos no tiene nada de malo y de hecho son muy agradables de tener. El problema está en que nos deslumbran, nos ciegan y nos hacen perder la perspectiva correcta y el equilibrio necesario para el logro verdadero de la felicidad. la Pregunta es entonces: ¿Dónde está la felicidad?
No busques felicidad donde ya sabes que no está. Búscala donde Dios te ha dicho que la hallarás. El que tenga oídos para oír que oiga.
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