¿Es posible vivir sin tener problemas? Realmente no. En esta vida puedes tener problemas y ese es el costo de la vida. Pero lo importante no es que los problemas existan, sino como reaccionas ante ellos.
Si te dedicas a acumular el peso de temores, miedos, heridas, dolores, resentimientos, angustias, tristezas, rencores y desesperanzas, caerás en tierra como piedra, porque ese gran peso, no te dejará avanzar ante los problemas.
Avanzarás con tanta fuerza que podrás volar, si vives con esperanza, fuerza, voluntad, fe y aceptas tu realidad con decisión de vivirla. Debes aceptar tu destino, pero tener la voluntad de trabajar para mejorarlo, superándote, agregándote valor al capacitarte y logrando metas.
Tu actitud debe ser positiva para abrir nuevos caminos y sembrar nuevas semillas. Ten un plan de vida con metas claras y fechas de cumplimiento. Da siempre un buen ejemplo cumpliendo con tu deber y viviendo basado en los principios y valores que Dios te ha enseñado.
Enfrenta la adversidad aunque te duela y lucha por tus metas sin rendirte. Sigue soñando independientemente de las circunstancias y ama a tu prójimo como a ti mismo, tratándolo como quieres que te trate a ti. Realmente vuelas cuando entregas tu corazón a los propósitos de Dios.
Temor, rencor, angustia y tristeza, son pesos que te impiden avanzar. Si buscas el propósito de Dios y perseveras, volarás como un águila.
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