Hay un principio que ha sido mal interpretado: Dios es nuestro Padre y nos provee de todo lo necesario. El principio es cierto, pero se ha mal interpretado, como que Dios nos va a dar todo lo que queremos y le pedimos. Ningún padre terrenal responsable, haría eso. ¿Cómo podría hacerlo Dios, que es perfecto, justo, todo lo sabe y nos ama más que nadie?
Ningún padre responsable y en su sano juicio, le daría a sus hijos todo lo que ellos quieran y pidan? Así los hijos se vuelven dependientes y débiles y además, a veces no tenemos la capacidad de darles lo que piden aunque fuera correcto. Para Dios nada es imposible y puede darnos cualquier cosa que le pidamos, pero no siempre lo hace.
A veces le pedimos lo que no nos conviene y Él dice: No. A veces le pedimos lo que no estamos preparados para tener y Él dice: Todavia No. A veces dice: Si y eso nos gusta. Pero hay una cuarta opción que es la que Dios más usa y que menos comprendemos. Dios nos dice: Si, pero te voy a dar la oportunidad de que luches por eso y lo logres.
El plan de Dios se basa en proactividad. Dios da alimento a las aves, pero no se lo pone en el nido. Dios crea la oportunidad, aprovéchala.
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