No sientas temor, ni tengas una actitud negativa. El miedo genera más miedo, en un círculo vicioso. Además, lo que más temes es lo que probablemente te sucederá. Así lo reconoció Job cuando cayó en desgracia y dijo: Todo lo que yo temía, lo que más miedo me causaba, ha caído sobre mí.
Sin embargo, Dios no te creó para que fueras temeroso, sino para que confiaras en Él. Dios todo lo sabe y nada es imposible para Él. Es tu Padre y Señor de señores, Rey de reyes y creador de todo lo visible e invisible. Por eso, no debes sentir temor.
El espíritu de poder, de amor y de buen juicio que Dios te ha dado, te permite vivir confiado y en un ambiente positivo, en lugar de vivir temeroso y rodeado de negatividad. De esta manera hacemos nuestro entorno más seguro, espiritualmente hablando.
Por lo tanto, ama sin limitaciones. Acéptate y acepta a los demás. Haz contacto con la gente. No juzgues, no critiques y no te quejes. No participes en chismes ni murmuraciones. Desea el bien a todos los que te rodean. Trata de estar siempre alegre, contento y feliz. Ayuda y sirve a las personas que tengas cerca y trátalos como quieres que te traten.
La fuerza del amor es universal, expansiva y positiva. Te ayuda a ti y a todo tu entorno. ¿Tienes un problema? Resuélvelo con amor.
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