jueves, 22 de diciembre de 2011

Haz Una Pausa

¿Cuántos minutos vivimos vertiginosamente y ajetreadamente en medio de la vorágine de compras, decoración, elaboración de comidas, reuniones y fiestas durante la época de navidad? Sin embargo, la pregunta es: ¿Cuántos minutos vivimos en compañía de aquel cuyo nacimiento y vida constituyen el verdadero motivo de esta celebración?

Jesús es la esencia de la Navidad. Los obsequios que Él nos trajo son de paz, amor y alegría de corazón. Sin embargo, nunca podremos recibir esos regalos si estamos hipnotizados por una cantidad de actividades que Jesús no nos encargó y que nos mantiene demasiado ocupados para pensar en Él y buscarlo para celebrar con Él y disfrutar de su compañía.

No podemos experimentar la paz y la alegría que nos da la presencia de Jesús, si nos concentramos en cumplir freneticamente con las tradiciones. Así nos perdemos de la única alegría auténtica y duradera y el único amor perfecto que podemos tener en esta vida y para siempre. Hagamos menos y disfrutemos más. Disfrutemos la belleza y la presencia de Jesús. Él nos trae regalos muy significativos y los ofrece gratis y sin trajines. El verdadero y único espíritu de la Navidad se halla en Jesús.


No sientes la paz y la alegría de Jesús, si estás en una carrera de actividades y compras. Recuerda su nacimiento con amor y paz.

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