Jesús no está en un lugar geográfico, ni en un aposento o templo, ni en un objeto o imagen, ni en un rito, culto o religión, ni en una organización.
Jesús dijo que se iba para estar con el Padre. Que el Padre estaba en Él y Él estaba en el Padre. También dijo que Él estaría en nosotros y nosotros estaríamos en Él y por eso, también nosotros estaríamos en el Padre y el Padre en nosotros. Nosotros somos Su nación, Su iglesia y Su templo, por lo tanto, Él vive en nosotros.
Jesús también dijo que Él nos ama a nosotros, como el Padre lo ama a Él y nos mandó a permanecer en ese amor que Él nos da. Nos dijo que si obedecemos sus mandamientos, permanecemos en su amor, así como Él obedece los mandamientos del Padre y permanece en su amor. Finalmente nos dijo que su mandamiento era este: Que nos amemos unos a otros, como Él nos ha amado a nosotros.
Por lo tanto, el rito, culto y religión de Jesús, es el amor y cualquier organización que predique a Jesús, debe predicar el amor. Jesús vive en tu corazón y nadie te puede quitar su amor.
Si enseñemos que Jesús está en un lugar, una tradición, un rito o un culto, enseñamos una religión que Él no enseño. Jesús vive en el amor.
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